William Faulkner: consejos de escritores consagrados

Hoy les entregó un nuevo artículo del ciclo «Consejos de escritores consagrados», y hablaré de uno de los escritores más famosos y prestigiosos del siglo XIX, William Faulkner. Si te gusta, no dejes de leer los artículos anteriores del ciclo, sobre Cortázar, Quiroga, Poe, Conrad, Baudelaire y Gándara.

Sobre Faulkner

William Faulkner nació en Misisipi (Estados Unidos) el 25 de septiembre de 1897 y es uno de los únicos escritores que se consideran dentro del modernismo estadounidense.

Su prosa exquisita y delicada aborda temas fundamentales de la vida como los traumas de la infancia que llevan a una persona adulta a tener un determinado comportamiento, y temas que tienen que ver con el aspecto emocional de una persona.

La obra de Faulkner se caracteriza por el uso del monólogo interior , la inclusión de múltiples narradores y saltos de tiempos dentro de la narración y cabe mencionar que es uno de los que más ha influido en la literatura sudamericana del siglo XX.

Algunas de sus obras más reconocidas son «Luz de agosto«, «Mientras agonizo» y «¡Absalón, Absalón!» y fue autor además, de cuentos y relatos breves. Falleció el 6 de julio de 1962.

¿Cómo ser un buen novelista?

Para Faulkner no existe una fórmula para convertirse en un buen novelista, implica una serie de exigencias imprescindibles como talento, disciplina y trabajo (un 99% de cada uno, según William).

Habla de la importancia que tiene que un novelista busque superarse a sí mismo y no a sus contemporáneos o predecesores; y sobre todo que siempre sueñe con apuntar más alto porque nunca se hace lo suficiente y ser mejor que uno mismo debe ser la meta.

Me parece sumamente interesante este consejo puesto que a veces nos perdemos en comparaciones con otros artistas que no nos llevan a enriquecernos como autores sino a alimentar nuestro ego; apasionarse y tratar de dar todo de uno es la única forma de llegar a escribir obras que valgan la pena. Y si William usó este consejo, entonces entendemos que haya podido escribir como lo hizo.

Algunos creen que para ser escritor es necesario contar con una cierta libertad económica, para poder dedicarse a lo que a uno le gusta sin temor a que las cosas vayan mal; sin embargo, Faulkner asegura que quien es apasionado no presta demasiada atención a las cuestiones monetarias.

Un escritor necesita tan sólo un papel y un lápiz.  Agrega que no conoce a ningún gran escritor que haya tenido una situación económica holgada. Los grandes autores están muy ocupados escribiendo e incluso muchos de ellos son ladrones o llevan una vida poco recomendada. Lo único que puede afectar al buen escritor es la muerte, ni sus circunstancias emocionales o económicas lo privarán de escribir grandes y bellas obras.

La técnica

Con respecto a la técnica Faulkner asegura que aquellos escritores que viven preocupados sobre manera en ella posiblemente no consigan ser ellos mismos y realizar una labor adecuada.

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Así de simple es para él; dice que lo importante es aprender de los errores y tener esas enseñanzas como fundamentales a la hora de escribir más que cualquier regla o técnica impuesta por las academias.

Y agrega que el buen artista es aquel que aprecia tanto su trabajo que considera que nadie sabe tanto como para darle consejos. Sin importar cuánto admire a un escritor, él se cree autosuficiente, capaz de superarse a sí mismo sin la ayuda de otros.

Posiblemente estas palabras puedan tener un doble sentido, imagino que Faulkner no expresa que no hay que escuchar a aquellos que ya llevan un camino andado en la escritura, más bien se refiere a que no debemos tomar las palabras o consideraciones de otros como el punto de partida para crear.

La técnica es una herramienta que permite que el autor pueda crecer y valerse de los recursos; es indispensable que el autor la tenga en cuenta, que cree sus propias reglas y escoja las palabras que cree necesarias en cada momento. Sin embargo darle más importancia a los personajes y sucesos y dejar que ellos lleven el curso de la historia puede ser muchas veces más enriquecedor que fiarse en exceso de la estructura o una determinadas normas.

Por otro lado, al hablar de la inspiración, Faulkner expresa que no sabe qué es, que no la conoce, aunque sí ha oído hablar de ella. Expresa que lo único necesario en un escritor es la experiencia, la observación y la imaginación.

Obras que hacen sufrir

Una de las obras más importantes para William es «El ruido y la furia«, la cual le hizo sufrir muchísimo durante su creación, la escribió cinco veces distintas porque necesitaba liberarse de un angustioso sueño (la historia se basa en él). Pese a lo difícil que le resultó escribirla le gustó mucho y asegura que una de las protagonistas, Dilsey, es uno de sus personajes favoritos; le gusta porque es generosa, valiente y honrada.

Esta obra surgió a partir de una imagen simbólica en su mente. Una niña subida a un peral que le contaba a sus hermanos parados debajo cómo se desarrollaba el entierro de su abuela (desde donde estaba encaramada alcanzaba a ver los sucesos).  A partir de ella William crea una historia fascinante, de una niña huérfana de madre y padre que escapa de su casa de acogida donde nunca recibió amor ni comprensión.

Comenzó escribiendo la historia desde la perspectiva de uno de los hermanos pero no le gustó, así fue pasando la voz narradora a los demás, hasta que consiguió la obra que estaba buscando, y se desprendió de esa imagen tan fuerte. Dice:

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Faulkner y los críticos

Por último, Faulkner habla sobre la crítica en general y los críticos en particular. Asegura que estas personas existen para decir «yo pasé por aquí» pero no son capaces de crear aquello que evalúan; se creen parados en un peldaño superior cuando en realidad jamás serán capaces de comprender de verdad el oficio del escritor ni la pasión verdadera por la literatura.

Agrega que cree que ningún artista debería prestar demasiada atención a los críticos, ellos dan su opinión, sólo es una visión de algo y como tal es absolutamente relativa. Dice:

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Faulkner no tenía necesidad de conversar acerca de sus obras, porque estaba demasiado ocupado escribiéndolas; y además, porque escribía para él, para sentirse orgulloso de sí mismo, para complacerse a sí mismo. Decía que si su obra le complacía, no tenía necesidad de hablar sobre ella; y si no lo hacía, entonces por mucho que hablara de ella no la haría mejorar, por lo que era mejor no hablar. Quizás en este punto resida uno de los mejores consejos que puedan darse jamás, escribir para uno mismo, para mejorar y para liberarse de aquellas cosas que pesan en nuestra mente. Éste es el único modo de crear arte al escribir.

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Y culmina agregando que el artista está por encima de los críticos porque es el encargado de escribir aquello que moverá al crítico a hablar o a trabajar, mientras que el trabajo del crítico es escribir algo que servirá a todo el mundo menos al artista.

Espero que estas palabras les sirvan tanto como a mí; y si no lo han leído, se los recomiendo. Recientemente he tenido el agrado de leer «Luz de agosto» ¡Una obra indispensable! sin lugar a dudas.

Comentarios6

  • Pruden

    Muy bueno. ¡Estupendo!

  • misitiodeliteratura

    Me parece que un hombre que no pensara así, como Faulkner, no podría haber escrito esas obras maravillosas.

  • Raoul Shade

    Muy buena presentación de Faulkner, autor clave del siglo XX. Lo único que no comparto es su adversidad hacia los críticos. Hay buenos y hay malos.
    Francia quizás tuvo los mejores críticos y fueron ellos los que descubrieron a Borges, Cortázar y otros grandes autores latinoamericanos, completamente ignorados en sus países de origen. El más grande poeta del siglo XX en lengua inglesa, Ezra Pound, reconoció la labor de los grandes críticos como Julien Benda, Remy de Gourmont y Charles Maurras, que también inspiraron a su gran discípulo T.S. Eliot (Premio Nobel).
    A final de cuentas fueron los críticos y no el público en general quienes reconocieron el genio del autor de “Absalón, Absalón!”. No nos olvidemos que Baudelaire fue un gran crítico de pintura y de literatura. Ezra Pound descubrió y lanzó a James Joyce y a otros grandes autores. Hemingway siempre le agradeció la ayuda. Faulkner, junto a otros grandes autores, firmó la carta que exigía la liberación de Pound del manicomio de Saint Elizabeth. Faulkner descubrió a Swinburne a través de Pound y su poesía fue influenciada por ambos: Swinburne y Pound. Faulkner también leía a Dickens todos los años y admiraba a J. Conrad. En fin un escritor imprescindible.

  • macridi

    Muchas Gracias por presentarme al gran escritor William Faulkner. Soy principiante en el arte de la escritura, y sus sugerencias me parecen de gran sabiduría. Buscaré alguna de sus obras. Saludos fraternos de macridi.

  • Ramon33

    Tes querida: estás consagrada en mi ánimo, gracias mil sigo pendiente de tus altas luces de inteligencia...

  • lauropolis

    Escribir para uno mismo, para mejorar y para liberarse de aquellas cosas que pesan en nuestra mente. Fantástico, para mí, ese es el camino.
    Saludos gaditanos.



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