París en la literatura

No podemos despedir el ciclo de «Ciudades en la literatura» sin mencionar posiblemente una de las ciudades más emblemáticas y que más tiene que ver con las letras, París. Así que hoy hablaremos de ella y su relación con este universo precioso de relatos y palabras que compartimos. Si te gusta, también puedes leer los artículos anteriores donde hablamos de Madrid, Buenos Aires, Londres y Macondo.

El encanto de París

Los que leemos desde chicos nos hemos acercado a esta ciudad, aún sin viajar, desde tiempos inmemoriales, porque París se encuentra iluminando la literatura e inspirando cientos de relatos, novelas y poemas desde hace siglos.

El escritor italiano Italo Calvino dijo una vez que cuando un lector llega a París enseguida tiene la sensación de llegar a un sitio que ya conoce, aunque nunca haya estado en Francia, porque quienes han leído a Dumas, Balzac o Malraux ya tienen en su mente una imagen de los principales cafés, calles, museos y lugares públicos, entonces al llegar no se está conociendo la ciudad, sino recordando.

Pese a que no comparto esta teoría, así como tampoco la que algunos afirman que se puede viajar sólo a través de la lectura porque no es lo mismo viajar con la mente que pisar las calles y respirar el aire de la ciudad, supongo que esto es lo que a muchos les ocurre y resulta ser una experiencia preciosa, de la que París es protagonista.

Julio Verne parisino y adelantado

París no sólo es un escenario indispensable para las letras, además es una ciudad que ha dado a luz a maravillosos escritores como Verne, Rimbaud o Baudelaire.

Posiblemente una de las obras más impresionantes para mí que hacía referencia a esta ciudad fue la de la novela «París en el siglo XX», una obra que permite encontrarse con una ciudad imaginaria, futurista en aquel entonces, y que no difiere tanto de lo que posteriormente fue.

En ella el protagonista, Michel Dufrenoy, se siente terriblemente angustiado por encontrarse en una ciudad donde la exagerada masificación y el uso de la tecnología demuestran que los números y las cuestiones matemáticas parecen mucho más importantes que las letras y las emociones; una sociedad donde ya ni siquiera se estudia griego o latín en el colegio y que los árboles son sacrificados para producir kilos y kilos de papel.

Esta fue una más de las obras de Verne en la que el autor predijo cosas que finalmente sucedieron, algunas de las presentes en «París en el siglo XX» fueron la existencia de trenes ultraveloces y automóviles que funcionan con gasolina, la red telegráfica mundial que no sería otra cosa que Internet y la silla eléctrica done los criminales son ejecutados a través de la descarga de electricidad.

Las calles literarias de París

Hace poco leí algo relacionado con esta ciudad que me pareció muy bonito. Decían que uno de los lugares comunes relacionados con París es el de que para ser escritor hay que ir a París y una vez allí caminar toda una tarde de lluvia por sus calles: el barrio Latino, Montmartre, boulevard Saint-Michel, etc, para así ser atraído por ese encanto literario que tiene esta ciudad como ninguna otra y que tan poco tiene que ver con el París real. Y después de haber visto esto poder sentirla como en los relatos de Baudelaire, Sartre, Anaïs Nin o el mismo Cortázar.

Lo más curioso y atractivo de París es que muchos cafés y restaurantes que en su momento sirvieron de refugio para famosos escritores, continúan abiertos al público, por lo que aquellos que visiten la ciudad podrán tomarse un café e imaginarse a su escritor predilecto sentado en esa misma mesa con su universo literario girando en torno a ella.

Uno de los lugares más antiguos es Le Procope, fundado en 1686 muy cerca del actual Carrefour Odeón. Este lugar fue el sitio predilecto de muchos autores tales como Racine, Moliere y Verlaine.

Otro que aún se encuentra en pie es el Grand Véfour, considerado como uno de los más caros y que en su momento fue frecuentado por escritores como Lamartine, Saint-Beuve y Victor Hugo.

Como éstos existen otros lugares literarios en París y cada lector sabe qué sitio le ha llamado más la atención de sus lecturas y qué ver al visitar esta ciudad.

Cabe recordar que el propio Vargas Llosa aseguró que en está ciudad no sólo terminó su primera novela «La ciudad y los perros» sino que considera que en ella se convirtió en escritor, en aquellos, los años más decisivos de su vida. Además allí conoció a otros escritores cuya amistad fue muy importante en su carrera como autor: Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges y Miguel Ángel Asturias. Al igual que Calvino lo que Llosa tiene para decir de París es:

poem

En París se han escrito maravillosos libros, se han representado impresionantes obras teatrales y han surgido los personajes más emblemáticos de la literatura. Seguramente, si se busca una cuna para la literatura vanguardista no puede tener otro nombre que París.

Comentarios1

  • Raoul Shade

    Lástima que todo ese encanto literario parisino de los años veinte y los años treinta, que también vio florecer a la mejor fotografía europea con Atget, Kertész, Cartier-Bresson, Brassai, Koudelka, Jan Lucas, Man Ray, entre otros, también vio caer la cultura francesa en el abismo de la barbarie nazi de los años cuarenta, convirtiendo Paris en el Infierno Europeo de los grandes escritores como Thomas Mann, Stefan Sweig, Gertrude Stein. J. P. Sartre, en su libro “Réflexion sur la question juive” (Ed. Gallimard, 1954), fue el único escritor que denunció el antisemitismo francés.
    El gran productor Serge Silbermann que financió a Buñuel, filósofos como Bergson, o cineastas como Fritz Lang (que huyó de Alemania)y Erich von Stroheim, no pudieron refugiarse en Paris, por el simple hecho de ser judíos.
    Mucho se habla de Picasso en Paris y nunca de Chagall que tuvo que huir a los Estados Unidos antes de ser capturado por la Policía Francesa de Vichy. Recientemente, el actual presidente François Hollande pidió perdón por la activa y voluntaria participación del pueblo francés en el Holocausto. Esto lo aclaro para aquellos que desconocen el tema o que nunca han profundizado sobre el verdadero origen del mal y piensan que sólo Hitler era el malo. Casi toda Europa lo fue. Sobretodo Francia, Croacia, Romania, Ucrania y Polonia.
    No nos olvidemos que el más grande poeta, Rimbaud, huyó de Paris horrorizado por la falsedad de los círculos literarios.
    Lamentablemente la vida no es de rosa Téxil, sino asquerosa. Hay que enseñar las dos caras de la moneda.



Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.