Una vez confirmada la noticia del fallecimiento de Alicia Jurado, las letras argentinas volvieron a teñirse de negro en señal de luto. Quien partió en esta oportunidad había llegado al mundo el 22 de mayo de 1922 y, al crecer, pudo demostrar que era una de esas almas privilegiadas que saben hacer maravillas con una pluma.
Esta mujer que se formó en Ciencias Naturales pero brilló a nivel internacional gracias a su sabia decisión de enfocar su atención en la actividad literaria ganó muchos premios en reconocimiento a su labor como escritora, pero muchos aficionados a las letras la recuerdan hoy como la amiga entrañable de otro grande de la cultura, Jorge Luis Borges.
A su colega, recuerdan desde Perfil.com, Jurado le aportó ideas para desarrollar «Qué es el budismo», así como también lo retrató de forma exquisita valiéndose de «recuerdos, sentimientos y opiniones propias», tal como confesó ella en una oportunidad, en «Genio y figura de Jorge Luis Borges».
A esta dama de las letras argentinas se la extrañará como a tantas personalidades que dejaron una huella imborrable como artistas pero, como siempre ocurre ante la partida de un intelectual, reconforta saber que su espíritu permanecerá siempre vivo a través de su legado.
Aquellos que recién hoy descubren la figura de esta autora deberían saber que quien se ha marchado esta vez fue una exponente del campo literario que perteneció a la Academia Argentina de Letras (así como también al Centro Argentino del PEN Club Internacional), que le dio forma a varias novelas, cuentos, biografías y memorias y que acumuló galardones como el Primer Premio Municipal de Novela y de Ensayo, la Faja de Honor de la Asociación Argentina de Escritores y el Premio Interamericano Alberti-Sarmiento. Sin dudas, por todo lo que ha significado para la literatura, la ausencia de Alicia Jurado será imposible de disimular a nivel literario.
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