En 1942 se publicó por primera vez «El extranjero», una novela creada por Albert Camus protagonizada por el señor Meursault, un sereno burócrata que se siente extraño en lo que debería ser su propio entorno.
Como consecuencia de esa realidad que lo lleva a considerarse extranjero no sólo en su tierra sino también en su cuerpo, el personaje se llena de angustia. En ese marco, Meursault, ajeno al alcance moral de su accionar, llega a convertirse, por impulso y motivaciones imposibles de explicar, en asesino. Pese a recibir como castigo la cárcel, en este hombre no surge ni rebeldía ni esperanza: sólo indiferencia.
Lejos de ser un diario personal donde el protagonista de la historia vuelca sus pensamientos y explica las razones de su comportamiento, en «El extranjero» Camus, quien en 1957 fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura, plasma las vivencias de un hombre cuyo destino resulta imposible porque, para él, su existencia es absurda e inabordable. Ni siquiera el fallecimiento de su madre logra que Meursault reaccione.
A la hora de elaborar este interesante y provocador relato ambientado en Argelia (país en el cual nació el también creador de obras como «La peste» y «El hombre rebelde»), Camus tuvo la intención de hacer hincapié de un modo sencillo (pero no por eso sin dramatismo) en el perfil absurdo de la vida.
«El extranjero» no es un cuento infantil para leer antes de dormir. Tampoco es un tratado filosófico, pero es un material que requiere de la concentración y de la predisposición del lector tanto para la lectura como para el análisis de cada uno de los párrafos que conforman la propuesta. Si están dispuestos a reservar parte de su tiempo para leer y reflexionar, entonces no duden en conocer el contenido de este atractivo libro surgido de la imaginación de Camus.
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