Ricardo Molina Tenor

Colaborador e impulsor de la revista “Cántico”, apasionado del flamenco, creador de numerosas poesías, profesor… La trayectoria del español Ricardo Antonio de San Francisco de Sales Molina Tenor, quien en varias ocasiones utilizó el seudónimo de Eugenio Solís para firmar sus obras, es interesante y digna de tener presente.

ricardo_molinaEste hombre, cuya vida comenzó el 28 de diciembre de 1917 en el municipio de Puente Genil, completó el bachillerato en el Instituto Nacional de Enseñanza de Córdoba, ciudad donde se instaló desde 1925 en compañía de sus padres y hermanos.

En su juventud asistió a la Universidad de Sevilla para formarse en la Facultad de Filosofía y Letras, pero al desencadenarse la guerra civil española interrumpió sus estudios. Apenas le fue posible retomó sus clases y, en 1940, Ricardo Molina consiguió el título de licenciado en Filosofía y Letras especializado en Historia y Geografía. Ya recibido, trabajó como profesor en diversas academias; antes, el autor fue parte del Ejército Nacional, donde permaneció dos temporadas en campaña.

Quien fuera amigo del cantaor sevillano Antonio Mairena (con quien desarrolló el ensayo titulado “Misterios del arte flamenco” y organizó el Primer Concurso Nacional de Cante Jondo en Córdoba) e integrara la Real Academia de Córdoba en el rol de académico numerario enriqueció al ámbito poético con propuestas como “El río de los ángeles”, “Elegías de Sandua”, “Tres poemas”, “Elegía de Medina Azahara” y “A la luz de cada día”, por mencionar algunas a modo de referencia. De sus amistades con artistas e intelectuales hay que resaltar también su vínculo con Pablo García Baena, poeta al que conoció en la tertulia organizada por el profesor Carlos López de Rozas y junto a quien integró el Grupo Cántico.

Cabe resaltar que la muerte de Ricardo Molina Tenor ocurrió el 23 de enero de 1968 en Córdoba.



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