Hella Haasse

Septiembre ya se ha ido, pero el vacío que dejó ese mes en el plano literario aún no ha podido ser superado. Es que a pocas horas de la llegada de octubre se produjo el fallecimiento de Hella Haasse y, con su partida, las letras holandesas han quedado huérfanas.

Hélène Serafia Haasse, tal el verdadero nombre de la autora que ha partido recientemente, fue una mujer que se destacó a escala internacional como creadora de novelas pero que también demostró grandes aptitudes para la elaboración de obras de teatro, poemas y ensayos.

La pianista Katherina Diehm-Winzenhöhler y el inspector Willem Hendrik Haasse fueron los padres de esta escritora que llegó al mundo el 2 de febrero de 1918.

Según se cuenta, la mayor parte de la infancia de Hella transcurrió en Batavia, aunque entre 1924 y 1928 residió en Davos junto a su madre.

Todavía era pequeña cuando esta gran aficionada a la lectura se animó a desarrollar su primera novela histórica, pero su debut como escritora profesional llegaría años más tarde.

En 1938, Haasse se trasladó a los Países Bajos, donde en 1943 completó su formación en teatro. Sin embargo, en 1944 optó por alejarse de ese camino artístico para dedicarse por completo a la actividad literaria. Ya casada con Jan van Lelyveld, Hella incursionó primero en la poesía y después amplió su producción con obras teatrales, ensayos y novelas.

«Oeroeg», «El bosque de la larga espera», «La ciudad escarlata», «Un gusto a almendras amargas», «Los señores del té» y «El ojo de la cerradura» son algunos de los títulos que forman parte del interesante legado de esta autora que, a lo largo de su trayectoria, vio recompensada su labor a través de distinciones como el Premio Visser Neerlandia, el Premio Atlántico Internacional, el Premio Blanco Literario, el Premio P.C. Hooft y el Premio de las Letras Neerlandesas, entre otras.



Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.