Eduardo Zamacois

El novelista español Eduardo Zamacois, sobrino del destacado pintor Eduardo Zamacois y Zabala (1841-1878), nació en la ciudad cubana de Pinar del Río en 1873, pero su infancia y adolescencia transcurrió en España, más precisamente en Madrid, donde el grupo familiar se instaló tras residir en Bruselas, París y Sevilla.

Seducido por el mundo de las letras, durante su juventud decidió abandonar su formación universitaria para dedicarse por completo al ejercicio del periodismo y probar suerte como novelista, dos desafíos que superó con éxito.

«La enferma» y «Punto negro» fueron las primeras obras de su autoría que vieron la luz. Con los años, su producción literaria se ampliaría con títulos como «El seductor», «Memorias de una cortesana», «El misterio de un hombre pequeñito», «Las raíces», «Los muertos vivos», «El asedio de Madrid», «Un hombre que se va» y «Desde mi butaca», por citar algunos.

Cabe resaltar que, a lo largo de su trayectoria, Zamacois complementó su actividad literaria con otras tareas relacionadas a las letras, ya que fue colaborador del semanario «Germinal», trabajó en «El Gato Negro» y en «¡Ahí Va!», brindó conferencias en Hispanoamérica, África y Europa, y dirigió las publicaciones «Vida Galante», «El Cuento Semanal» y «Los Contemporáneos». Además, durante la Primera Guerra Mundial se desempeñó como corresponsal en París del periódico «La Tribuna».

La última etapa de su vida, según se advierte al recopilar información sobre sus vivencias personales, lo encontró en un primer momento exiliado en Francia y, después, residiendo en México y Estados Unidos. Su último viaje tuvo como destino el territorio argentino, donde la muerte lo encontró en 1971.



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