«Eugenio Oneguin», de Alexandr Pushkin

«Eugenio Oneguin», de Alexandr Pushkin

Hoy les traigo otro libro que se suma a los rescatados en el Desván de los Libros Perdidos; es una obra que, aunque no se ha perdido del todo, me gusta demasiado como para dejarla fuera de una lista de libros que creo imprescindibles.

Se trata de «Eugenio Oneguin» de Alexsandr Pushkin, publicado por primera vez en pequeñas entregas entre los años 1821 y 1831. Una novela que posee la particularidad de contener una poesía auténtica y revolucionaria, al mejor estilo Pushkin.

Clásico fundamental

Si bien «Eugenio Oneguin» es una obra que se encuentra en la lista de los clásicos fundamentales, muchas personas desconocen su existencia. Y esto podría ser aceptable si fuera una más de muchas historias; lo extraño es que fue un libro absolutamente insurrecto, literariamente hablando, que marcó las cualidades con las que desde entonces contaría el héroe literario de las novelas rusas; y, por si esto fuera poco, además se encuentra escrito con una maestría y una frescura insuperables.

Pushkin utilizó para este libro un modo de versificación que recibe el nombre de tetrámetro yámbico y que procede de la poesía antigua, pero le impuso algunas variaciones: elaborando un esquema de rimas femeninas y masculinas muy particular; tanto que, desde entonces, se lo conoce como versificación oneguiana.

Es interesante también la forma en la que se presenta la historia. El narrador no sigue un hilo discursivo claro y, por momentos, se deja llevar por el agua mansa de sus reflexiones; esto plantea un caos en la lectura que la acerca muchísimo a lo monologal. No es un libro para leer por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta; una escritura en prosa que, como todo lo escrito por Pushkin, te deja anonadado y te invita a ir más allá.

«Eugenio Oneguin», de Alexandr Pushkin

La amistad que termina en duelo

Eugenio Oneguin es un joven ruso que hereda las tierras de su familia y se muda para residir en ellas. Allí conoce a un poeta, joven como él, cuyo nombre es Vladímir Lensky, con quien entabla una amistosa relación.

Por una mala jugada de Lensky, Oneguin se enfurece y lo reta a un duelo a muerto que termina con la muerte del primero. Oneguin es embargado por una tristeza muy densa y abandona el campo: desde entonces se dedica a viajar de pueblo en pueblo, conociendo todos los rincones de Rusia pero sin poder olvidarse del hecho terrible.

Hay otro personaje importante que se llama Tanya; es la concuñada de Lensky y se enamora perdidamente de su amigo. Una tarde le escribe una carta en la que le declara su amor; pero él la rechaza, considerándola poca cosa y pretenciosa por querer estar con él. Un hecho al que volvemos una y otra vez, y una historia que podría enlazar todos los sucesos narrados en este libro.

A Pushkin se lo ha criticado mucho por el desenlace de esta historia. A mi juicio porque pocos lectores han podido entender las razones del autor para llegar a él. Pushkin parece olvidarse de su héroe, lo deja a merced de la decepción y el olvido. Pero eso, que a simple vista puede parecer deliberado se encuentra medido con exacta precisión. Pushkin que siempre había perseguido la idea del héroe como personaje indestructible manifiesta así que no existen tales héroes, y que una persona que fue amada y adorada en un momento puede ser olvidada y despreciada en otro; lo que le pasó a Oneguin y lo que posiblemente también le haya sucedido a Alexsandr con el personaje.

«Eugenio Oneguin», de Alexandr Pushkin

Lectura y escritura

Desde otra perspectiva este libro puede servir como una guía de lectura y análisis literario. En sí mismo representa los fundamentales cuestionamientos de la escritura: ¿hasta dónde debe caber la ficción y a partir de dónde la realidad debe ser protagonista? y ¿cómo se interpreta la realidad a través de la escritura? Y finalmente, tiene lugar en estas páginas el choque entre cuatro culturas importantes para las letras: la inglesa, la alemana, la francesa y la rusa. Los puntales, qué duda cabe, de la literatura moderna.

Eugenio Oneguin es una obra extraordinaria que no debería faltar en ninguna biblioteca y que, para los amantes de la literatura poética, puede ser un libro al que regresar cada cierto tiempo en busca de esos detalles sólo posibles en la escritura de un grande tan inmenso como Pushkin.

Otras recomendaciones hechas en el Desván de los libros perdidos son: «La caída del rey«, de Johannes V. Jensen, «Cuando Lugones conoció el amor«, de María Inés Cárdenas de Monner Sans, «El navegante dormido«, de Abilio Estévez y «La cara del miedo«, de Nikolaj Fröbenius.

«Eugenio Oneguin», de Alexandr Pushkin

Comentarios3

  • esthelarez

    bastante interesante
    Saludos Tes

  • Rapsodico

    Pues lo anotaremos en la carpeta de pendientes 😉

  • Carmen Ubeda Ferrer

    Me parece muy interesante y lo tendré presente. Gracias.

    Saludos Carmen.



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