9 curiosidades sobre Charles Dickens que desconoces

Si hay un autor de los considerados clásicos que cobre especial protagonismo cada vez que llega la Navidad ese es el británico Charles Dickens (1812 – 1870). ¿El motivo? Que una de las obras tradicionales de estas fiestas y que ha pasado de generación en generación salió de su pluma. Nos estamos refiriendo a Cuento de Navidad (1843).

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Que aprovechaba sus relatos y novelas para acometer una fuerte crítica a la sociedad o que escribió otros libros como Oliver Twist (1838) o David Copperfield (1849) son otros de los datos que se saben de este literato. Sin embargo, hay muchas curiosidades y aspectos que se desconocen por la gran mayoría. Sigue leyendo y descubrirás singularidades del mismo de las que no tenías ni idea:

  1. En más de una ocasión utilizó para firmar sus escritos el seudónimo “Boz”. En concreto lo empleó para realizar distintos artículos y crónicas sobre la realidad social del Londres de aquel momento.

  2. Su dura infancia, que estuvo marcada por su trabajo desde los 12 años en una fábrica de betún, fue una de sus principales fuentes de inspiración. Buena muestra de eso es que la reflejó, incluso en cierta medida a sí mismo, a través de personajes de niños desvalidos y con una existencia complicada como el mencionado Oliver Twist, David Copperfield o el pequeño Philip Pirrip, el protagonista de Grandes Esperanzas (1860).

  3. Se considera que es uno de los primeros escritores que se convirtió en un auténtico fenómeno de masas, como así lo demuestran la expectación que conseguían sus nuevas obras o la acogida que tenían las conferencias que realizaba.

  4. Fue el verdadero precursor de los derechos de autor, ya que se manifestó absolutamente en contra de que en Estados Unidos sólo se protegiera a los escritores nacionales. Una circunstancia esta que hacía que cualquiera pudiera publicar las obras de aquel sin pagarle nada.

  5. Que Charles Dickens era alguien muy reivindicativo y luchador contra lo que consideraba injusto no sólo se ve en sus obras, donde intentaba darle protagonismo y voz a las clases más desfavorecidas, sino también en su trayectoria. Y es que fue una persona muy activa contra la esclavitud, contra la pena de muerte y también a favor de la dignidad de las prostitutas.

  6. Uno de los libros que más éxito tuvo en su momento y que se desconoce por completo es uno de cocina que realizó junto a su esposa Catherine Thompson Hogarth, con la que llegó a tener diez hijos: ¿Qué podemos cenar? Eso sí, lo publicó bajo el seudónimo Lady Maria Clutterbuck.

  7. Una de sus más fieles seguidoras era la reina Victoria I (1819 – 1901).

  8. Consiguió hacer amistad con otras dos grandes plumas de la historia de la literatura universal: Julio Verne y Alejandro Dumas.

  9. Una de sus novelas, El guardavía (1866), está inspirada en un trágico suceso que le ocurrió. Concretamente en un accidente de tren que tuvo cuando regresaba de Francia, en el que varios vagones del mismo de primera clase cayeron a un precipicio, salvo en el que él se encontraba. Rápidamente se puso ayudar a heridos y así permaneció durante horas. No obstante, nunca habló demasiado de esa circunstancia ni tampoco se le preguntó al respecto. ¿Por qué? Porque viajaba con su amante, una actriz llamada Ellen Ternan, que se considera que fue la última causante de la separación de Dickens y que le acompañó hasta el fin de sus días.

Comentarios2

  • susan collazo

    Muy agradecida, todas son interesantes, pero la ocho y la nueve, las que más me han gustado.

  • Raoul Shade

    Se te olvidó la décima curiosidad: el antisemitismo de Dickens, con su Fagin el Judío en Oliver Twist. Eso de endiosar a los autores clásicos lo encuentro totalmente aborrecible. Nadie es perfecto y es inamisible censurar sus lacras aberrantes. La censura oficialista ha llegado a tal extremo que las nuevas ediciones de las obras completas de Voltaire omitan sus descarriados y despiadados ataques a los judíos, tan cargados de odio como los de Martin Lutero. Seria impresentable no censurarlo.
    Shakespeare demostró su antisemitismo con El Mercader de Venecia (hoy sería impensable publicarlo). Cervantes odiaba a los judíos, como se puede apreciar en un pasaje de El Quijote II-VIII y en sus libros: Los Baños de Argel, Persiles etc. En fin, la lista de grandes autores antisemitas es demasiado larga para este breve comentario y las excepciones pocas: Nietzsche, Sartre, Borges, Joyce, Shostakovich, admiraban a los judíos. Entre los autores contemporáneos se destaca Fernando Vallejo con su desconcertante y asombroso libro: La Puta de Babilonia. Este escrito se lo dedico a la Decima Sinfonía de Mahler, quien tuvo que convertirse al catolicismo para poder ejercer su derecho de conducir la Filarmónica de Viena, ciudad notoria por su antisemitismo. La mitad de los músicos eran miembros del partido Nazi y sólo hasta hace poco es que permiten investigar sus archivos.



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