Apuntes sobre la escritura poética. Poesía VI

Te dejamos algunos apuntes sobre la escritura poética en la voz de poetas maravillosos. Nueva entrega del ciclo «Poesía».


 
 
En este ciclo de Poesía, seguimos ahondando en algunos conceptos relacionados con el trabajo de escritura poética. En esta ocasión vamos a repasar algunas consideraciones de poetas con cierto prestigio, para poder aprender de ellos algo que nos sirva para nuestro propio camino poético.

Espero que te resulten útiles estos consejos.

 
 

Lo cotidiano y el delirio

Le escribe Szymborska en una de sus cartas a una joven de Starachowice que para escribir hay que quitarse las alas y escribir con los pies sobre la tierra. No sé si existe un consejo más hermoso y necesario. Y también, uno de los desafíos más difíciles. Porque escribir poesía es embeberse de un lenguaje rico que sobrepasa lo cotidiano, pero lo ideal sería recordar siempre que escribimos para nombrar el mundo, y el mundo está aquí, ahora.

La postura de Octavio Paz también tenía que ver un poco con esto que dice Szymborska, aunque pensando en el lenguaje como una especie de regalo que permite cautivar la realidad y ponerla en su sitio, llegar a comprenderla y a describirla. También él hablaba sobre la importancia de ser un poeta laborioso: de ejercitar la paciencia y la entrega para sacar lo mejor de nosotros en ese esfuerzo.

Otra postura es la de Alejandra Pizarnik, que decía que el poeta es víctima del delirio poético y escribir es lanzarse a un trabajo en el que todo está fuera de control. Esta idea, que entronca con las bases del superrealismo es realmente fascinante. Lo de mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos no es otra cosa que dejarse fundir con lo Maravilloso y perder el contacto con la realidad, para que la poesía sea un espacio nuevo, que no está del todo aquí pero que tiene mucho de nosotros.

No todos los poetas miramos el mundo de la misma forma, no todos llegamos a la poesía por el mismo camino ni entendemos este construir en palabras igual. No obstante, nos une la pasión por hacer del lenguaje un instrumento flexible, que sirve para construir castillos en la arena y también para escribir lo que no hemos podido poner en palabras.

La poesía para cambiar el mundo

Hay quienes afirman que la poesía no sirve para nada, pero que es un bien precioso del que podemos disfrutar. Prefiero a los que, como Walt Whitman se apoyan en la fuerza del lenguaje, el gran poder de las palabras para cambiar la realidad. También la poesía. Él, que escribió desde un yo íntimo que abarcaba la realidad colectiva, sabía y nos enseñó, que un buen poema puede hacernos ver la realidad de otra manera. ¿Y qué otra cosa es cambiar el mundo?

También Oliverio Girondo se decantaba por esta utilidad de la poesía, porque la poesía es siempre aquello que todos ignoran hasta que un poeta lo descubre, lo escribe, lo cuenta. Y con su voz, consigue darle visibilidad a esa realidad dormida.

Evidentemente, la poesía da para todos los gustos pero en lo que cualquier estética se acerca es en que como oficio es laborioso, exigente y, muchas veces, injusto. No obstante, ¿quién va a negarnos el placer íntimo de haber conseguido esos versos que se nos resistían?

Fue Szymborska también la que recomendó escribir sobre lo que observamos en nuestro entorno. Apoyándose en palabras del propio Rilke. Sin duda, es un excelente consejo para hacer de la poesía un espejo de la vida. Aquí puedes leer el artículo completo sobre los consejos de Wislawa Szymborska sobre la escritura poética.

Aprovecho para invitarte a pasar por las entregas anteriores de este ciclo de Poesía, donde hablamos sobre los elementos principales de un poema, para qué sirven las pausas y los encabalgamientos y cuáles son los recursos literarios más usados en poesía.

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