Francisca Aguirre

Varios son los artículos de Poemas del Alma que dan cuenta de la importancia que ha tenido Francisca “Paca” Aguirre para el ámbito de la literatura. Pese a su desaparición física su legado sigue vivo, por eso hoy mencionaremos sus obras más trascendentes y aportaremos datos sobre sus vivencias a fin de honrar la figura de esta escritora y renovar el interés por su producción.

La creadora de “Historia de una anatomía” (merecedora del Premio Estado Crítico 2010 y del Premio Nacional de Poesía 2011, por ejemplo) nació el 27 de octubre de 1930 en Alicante.

Al término de la Guerra Civil, esta española que cultivó el hábito lector desde la adolescencia se exilió en suelo francés junto a su familia. De nuevo en su patria, la descendiente del pintor Lorenzo Aguirre participó con frecuencia en las tertulias del Café Gijón y el Ateneo de Madrid.

En 1963, la ganadora del Premio Nacional de las Letras 2018 contrajo matrimonio con el poeta Félix Grande y, fruto de ese amor, en 1965 nació su hija Guadalupe.

Quien fuera parte del Instituto de Cultura Hispánica entre 1971 y 1994 dio muestras de habilidades literarias a través de “Ítaca”, “Los trescientos escalones”, “Espejito, espejito”, “La herida absurda” y “Nanas para dormir desperdicios”. También ha logrado reconocimiento eterno con “Pavana del desasosiego”, “Los maestros cantores” y “Conversaciones con mi animal de compañía”. Con el tiempo, su producción fue traducida a múltiples lenguas y le permitió a la escritora obtener distinciones como el Premio Leopoldo Panero, el Premio Internacional Miguel Hernández y el título que, en 2012, la reconoció como Hija Predilecta de Alicante, por detallar otros de los estímulos que recompensaron su buen desempeño poético.

Francisca Aguirre, tal como en su momento informamos a través de este portal de literatura, encontró la muerte el 13 de abril de 2019 en Madrid y sus restos fueron llevados al cementerio municipal de Tomelloso.

Comentarios1

  • Antonio José Royuela

    A Francisca la conocí, Verónica. Pocas personas me impactaron tanto como ella. Leímos junto en Cosmopoética y desde entonces mantuve una amistad con ella que aún guardo en la memoria. Me invitó varias veces a tomar café en su casa, un templo, del arte. Siempre la recordaré y ella vivirá sin duda. Imprescindible que la tengamos presente!! Gracias por hacerlo, Verónica. Un abrazo.

    • Verónica Gudiña

      ¡Gracias por compartir tu testimonio, Antonio! Los recuerdos de amigos, colegas y familiares son muy valiosos a la hora de conocer en profundidad a alguien. Tu aporte es muy enriquecedor 🙂 Un beso grande.



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