La noticia era esperable. Los grandes héroes nunca mueren, y más si constituyen fantásticos negocios. Por eso, cuando J.K. Rowling anunció que el séptimo libro sería el último de la saga del mago Harry Potter, la duda quedó flotando en el aire. Ahora, a pocos meses de la publicación de la obra, la autora británica confesó que, “en momentos de debilidad”, planea el desarrollo del octavo libro.
Sin embargo, Rowling se planteó un plazo mínimo de diez años para retomar la historia y presentar la continuación de “Harry Potter y las reliquias de la muerte”. Cabe destacar que este libro rompió todos los récords de ventas en el Reino Unido y en los Estados Unidos.
Rowling aclaró que, de retomar la historia, Harry Potter no sería el protagonista central del libro, ya que cree que el aprendiz de mago ha cumplido con su ciclo.
La escritora mencionó que su hija Jessica, de 14 años de edad, es quien más la impulsa a escribir el octavo libro. Sus dos hijos más pequeños (David, cuatro años, y Mackenzie, dos años) también son partidarios de la idea.
En la actualidad, Rowling trabaja en dos proyectos literarios: una novela para adultos y una “historia de hadas política”, según la ha definido con sus propias palabras.
Hace pocas semanas, la autora regresó a la habitación de Edimburgo donde comenzó a escribir la historia de Potter. Pese a que en la actualidad la escritora vive a unos pocos kilómetros de distancia, hacía más de una década que no pasaba por ese lugar. Al ingresar a la habitación, motivada por la filmación de un documental sobre una persona, Rowling no pudo contener las lágrimas. Mucho ha cambiado desde época en la que ganaba 100 euros semanales hasta la actualidad, cuando su fortuna se estima en unos 500 millones de libras (cerca de 700 millones de euros).