Los vecinos de la colonia Guerrero, en la ciudad de México, estaban desesperados: el olor nauseabundo que surgía desde el departamento ubicado en el cruce del Eje 1 Poniente Guerrero y Eje 1 Norte Mosqueta no cesaba y el propietario parecía no encontrarse en la vivienda. Preocupados, decidieron llamar las autoridades.
Una vez allí, los policías ingresaron por la fuerza al lugar y se encontraron con un espectáculo dantesco. Dentro de un armario, el tronco y la cabeza de una mujer; en la sala, parte de sus extremidades; en el refrigerador, sobre un plato, carne de una pierna y de un brazo, con los huesos ubicados a un costado en una caja de cereales. El menú se completaba con más carne en una sartén, sobre el horno.
Aunque parezca ficción, la escena es real y se conoció hoy en la capital mexicana. El autor del asesinato es un dramaturgo, poeta y escritor, de nombre José Luis Calva Zepeda. Junto a los restos de la mujer descuartizada (Alejandra Galeana Garavito, de 30 años de edad y madre de dos niños), se encontraba el borrador de una novela inconclusa, que el autor iba a llamar “Instintos caníbales o doce días” y que trataba sobre antropofagia, sexo y sadomasoquismo.
La faena de Calva Zepeda, al parecer, no se limita a esta infortunada mujer. El escritor también es relacionado con el crimen de Verónica Consuelo Martínez Covarrubias, su antigua pareja que fue asesinada y mutilada en abril de 2004, y con el hallazgo de una adolescente desmembrada en diciembre del año pasado. Las autoridades informaron que Calva Zepeda alquilaba también otro departamento en el mismo edificio, que sería donde descuartizaba a sus víctimas.
Al ser descubierto, el dramaturgo trató de escapar a través de una ventana y cayó al vacío desde un segundo piso, por lo que se produjo una fractura de cráneo y se encuentra hospitalizado bajo custodia policial.
Como una obviedad casi tragicómica, Calva Zepeda confesó a la policía que es fanático de Anthony Hopkins, el mítico Hannibal Lecter en “El silencio de los inocentes”.
Este autor caníbal que escribe sobre antropofagia puede emparentarse a Krystian Bala, el novelista que se dedicaba a los libros policiales hasta que fue condenado por asesinato. Otra prueba de que el mundo de la literatura también puede ser habitado por seres oscuros y tenebrosos.