Lo que dejó la Feria de Fráncfort 2012

A Alemania no la frena la crisis, los conflictos internacionales y ni siquiera lo hacen los resultados negativos que ha tenido la venta de libros en el último año. Una vez más, la feria del libro de Fráncfort abrió sus puertas de forma extraordinaria: con más de 7.400 expositores venidos de un centenar de países y un sinfín de actividades para visitantes de todas las edades.

Cabe señalar que en estas fechas, Fráncfort se viste de fiesta para recibir a turistas de todo el mundo, amantes de los libros y la cultura, deseosos de conocer lo último en editorial y de entablar un contacto con diversos autores o editoriales.

Sobre esta feria

La Feria Internacional del Libro de Fráncfort es considerada no sólo como una de las más importantes del mundo, sino que además consiste en el evento más prestigioso de todo Europa en lo que se refiere a mercado editorial.

Fue creada en 1949 por la Asociación de Libreros Alemanes con el objetivo de ofrecer una mirada a lo que se cuece en el mercado. Ampliándose con el tiempo para dar lugar a presentaciones de libros, firmas y debates de todo tipo.

El lugar exacto donde se lleva a cabo el evento es Fráncfort del Meno, una de las principales ciudades del país. Y para el mismo, los lugareños se preparan con especial entusiasmo para recibir a los cientos de turistas que se acercan para disfrutar de él.

Este año la invitada especial para la Feria del Libro de Fráncfort fue Nueva Zelanda y una vez demostró que la literatura ocupa un lugar fundamental en la vida, pese a que intentan hacernos lo contrario.

Entre los temas puntales de la feria se encontraron la publicación para niños, el espacio de los medios electrónicos y la relación entre estos y literatura y sobre todo, las formas en la que se puede apoyar y apostar por las nuevas voces de las letras en los diferentes lugares.

Una de las grandes ventajas de esta feria, en comparación con otras prestigiosas pero no tan vanguardistas, es el haber sabido acoplarse al paso del tiempo, haciendo un buen uso de las tecnologías presentes para reinventarse y ofrecer año tras año un espectáculo auténtico y fresco.

Ahora más que nunca la feria es para ver y dejarse ver, para entablar contacto con otras entidades interesadas en el sector editorial. Por eso, es importante que nadie se queda afuera, ni siquiera aquellos sectores pequeños, como lo es la industria neozelandesa.

Nueva Zelanda y los libros

Nueva Zelanda no es lo que podríamos llamar un país líder en lo que se refiere al ámbito editorial, es más se considera minúsculo; sin embargo, ha sido escogido como protagonista de ésta, una de las exposiciones literarias con más importancia en todo el mundo.

Cabe mencionar que es un país alejado, apartado del resto del mundo; por eso, a simple vista parece un invitado llamativo e insólito. Sin embargo les sorprendería saber que la mitad de la población de esta perdida isla es aficionada a la lectura y que, además de comprar una media de un libro al mes, suelen tomar prestados ejemplares de las bibliotecas.

Visto todo esto y que el mercado editorial en este país, pese a ser pequeño, está bien asentado, se comprenden claramente las razones de considerarlo un necesario invitado de honor.

Una de las grandes novedades de esta feria, fue la presencia del suizo Jöel Dicker. Un autor de 28 años que se ha estrenado con «La Vérité sur l»Affaire Harry Quebert», un thriller con un tinte estilográfico de Larsson, Nabokov y Roth. El mismo ya ha sido contratado por el sello Alfaguara para ser introducido en el mercado español. La directora de la editorial, Pilar Reyes, expresó:

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Cabe mencionar que ésta es la segunda novela de Dicker y ya se encuentra nominada para los premios Goncourt, Fémina, Interallié y Grand Prix de l»Académie Française. Alfaguara la publicará tanto en España, Latinoamérica como Estados Unidos; después de haberla conseguido en una subasta absolutamente reñida con otras ocho editoriales.

La historia se sitúa en Aurora, un pequeño pueblo de la costa de New Hampshire y su protagonista es Marcus Goldman, un joven escritor sumamente popular y su profesor de literatura, Harry Quebert, el cual ha sido acusado de asesinar a una niña, que era «su Lolita». Según las expectativas que giran en torno a esta obra, se cree que Marcus Goldman es el nuevo Nathan Zuckerman de la literatura actual.

De Fallois, el editor de Dicker, puso la novela en librerías en el mes de agosto. En un mes complicado para las ventas en París, tiempo en el que todo el mundo se va de viaje para vacacionar en otras zonas, el libro se agotó en un tiempo récord. En una sola semana, un librero de poca monta vendió 170 ejemplares con esta propuesta «Léalo, si no le gusta le devuelvo su dinero». Dicen que nadie regresó a por el dinero, sólo algunos lo hicieron, pero en busca de otro ejemplar.

Lo paradójico en Dicker es que a los 14 años presentó un cuento titulado «El tigre» para un concurso y el jurado no le dio el premio porque consideró que ningún niño de esa edad podría escribir de esa forma, seguramente lo había copiado, acotaron. Finalmente, Dicker consigue lo que deseaba, el respeto en el ámbito editorial. Su propio editor lo presenta diciendo:

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