Consuelo crepuscular
¿El lado hermoso de la vida?
Que tenga su complemento
en el otro lado abominable;
en nada lo hace más hermoso
aunque no lo aniquila.
Los dos están
incomprehensibles el uno al lado del otro.
Es particularmente difícil
desde los momentos oscuros ver algo
que de cualquier manera podría ser luz.
Francamente, no sabría dónde
en Rijmenam, dónde en el universo
encontraría consuelo.
Pero lo que deploro más:
no sé nada con que
pudiera consolar
Rijmenam o el universo.
Eso pone pena sobre pena.
Pienso. Inclino la cabeza,
sigo trabajando. Y callo.
Fa Claes
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Saldré al amanecer buscándote en los pétalos
mojados de la tierra. Tal vez entre las sombras
primeras yo te halle lloviéndote en los pechos
la luz y las pavesas desnudas de la aurora.
Sabré que habita en ti la miel de los racimos,
que agosto vive ya prendido de tu sexo,
oculto en el secreto salado de tus muslos.
Tal vez recogeré los frutos de las vides
rondándote la lengua con labios temulentos
y borraré palabras antiguas de abandono
copiando un palimpsesto con letras en tu boca.
Juan José Vélez Otero
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A mis buenos amigos
Yo seguiré andando por el camino que inspira
y elige un largo aliento;
seguiré pregonando por los cauces cerrados
que opacan mis memorias.
Recogeré piedra por piedra, espantando
luces y detendré las ramificaciones pasajeras que se van
poblando de angustia, las ojeras del tiempo.
De ayer a hoy, cuántas tristezas tenemos
apretadas en un rincón del atardecer;
Cuántos besos encimados
en los labios que no se gastan.
Tenemos mucho de andar,
espantando el tiempo que ha ido y no ha vuelto;
de amontonar piedra sobre piedra, apretando los senderos
que nos envuelven entre desconocidas memorias.
Y seguimos andando, borrando huellas,
apagando luces…
Artemio Villanueva
Escrito por Delfina Acosta en el Suplemento Cultural del diario ABC (Paraguay)
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