Los 5 poemarios imprescindibles del 2019

Te recomendamos estos cinco poemarios. Los he escogido entre todas las lecturas poéticas de este año porque considero que tienen un valioso equilibrio entre estética y búsqueda poética. ¡No dejes de leerlos!

Seguimos con las listas de libros que se han ganado nuestro corazón, escogidos entre las reseñas de este año. Ya publiqué una lista general con los que más me han gustado, que puedes leer aquí. Ahora vamos a ir repasando específicamente cada género y decidiendo cuáles son los libros indispensables. Eso sí, todo es relativo, la mirada lectora es variopinta y por eso las listas deben tomarse más como una recomendación que como una imposición, en la que se quedan fuera otras buenas lecturas. Léela, y si alguno de los libros te tienta, dale una oportunidad. Ése es mi objetivo. Pero de ninguna manera espero convertirme en una consejera determinista. Dicho esto, aquí van los poemarios que más me han encandilado este 2019.

«Elegías» de Antonio Rodríguez Almodóvar (Libros de la Herida)

Este libro de Antonio Rodríguez Almodóvar es una de las escrituras más lindas de las que he disfrutado este año. Es un libro que se va construyendo en base a preguntas vitales, filosóficas, sociológicas y espirituales, y que atraviesa ese punto del razonamiento donde pensamiento y sentidos se cruzan. Lo individual y lo colectivo no admiten fronteras cuando se trata de buscar las razones que nos mantienen vivos, disfrutantes, expectantes. Ésa parece la gran premisa o búsqueda del libro, que le sirve a Antonio para construir un poemario delicioso donde toda elegía se encuentra mirando a un arco de luz.

Puedes leer aquí la reseña completa

«El invierno a deshoras», de Valeria Correa Fiz (Poesía Hiperión)

A Valeria Correa Fiz la recomiendo como un panadero vende su mejor pan. La lectura de «El invierno a deshoras» me resultó realmente excitante. La forma en la que Fiz consigue hacer música y seducirnos desde el deseo y la mirada dislocada me parece extraordinaria. Pulsión y futuro son seguramente los dos empeños de quien lee, de quien escribe, porque lo son de quien ama y quien comparte. Esa idea flota y trasciende toda la lectura y nos deja una sensación de placer al terminarla. Nadie deje de leer este maravilloso poemario.

Publiqué una reseña completa que aunque posiblemente se me ha quedado corta respecto a lo que el libro se merece, puedes leer aquí.

«Tener», de Robin Myers (Kriller 71 Ediciones)

Este libro de Robin Myers es fascinante. La escritura como punto de encuentro entre el pasado extraño y el futuro aún más extraño, y la posibilidad de metamorfosearse en el camino, de reconocerse y esculpirse partiendo del cambio de norte. El punto de partida esta ahí, en esa extrañeza, en esa construcción. Y a través del proceso la poesía es atravesada por un lenguaje cercano pero exquisitamente cuidado, que ha sido trasvasado a nuestro idioma por el delicioso trabajo de traducción de Ezequiel Zaidenwerg. Memoria, infancia y literatura ocupan un lugar sustancial en este poemario que nadie debería perderse.

Puedes leer aquí la reseña completa.

«Observante», de Rocío Cerón (Ediciones Liliputienses)

También sigo recomendando este libro de Cerón, que me ha dejado varias semanas pensando en él, revolviendo sus efectos. En este caso, el uso de un lenguaje de ida y vuelta, que choca contra los bordes y se apoya en nociones de paisaje e identidad para devenir poesía, es exquisito. Hay una complejidad en las construcciones aparentemente casuales que lo vuelven absolutamente recomendable para los buenos lectores del género. Sin lugar a dudas, no podía dejarlo afuera de esta lista.

Aquí puedes leer mi reseña completa sobre esta maravilla.

«Manual para la comprensión del insomnio», de Alicia Louzao (Ediciones El Transbordador)

Y termino esta lista de mejores poemarios con esta maravilla de Alicia Louzao. «Manual para la comprensión del insomnio» es un libro que explora los límites entre realismo y onirismo, y como si ambos se constituyeran de material plástico, los amasa, fusiona y ofrece un mural de miradas y nuevas voces interiores. Un libro exquisito que nos permite trascender las barreras entre lo vital y lo literario y que nos acompaña en las horas de desvelo. Prontito publicaremos una entrevista con Alicia, en la que ahondaremos en muchos de los aspectos fundamentales de este libro y del proceso de escritura. Mientras tanto, puedes leer aquí la reseña completa.

La lectura seguramente es uno de esos placeres íntimos que más potencial tienen. Nos permite comunicarnos con los demás, que piensan y sienten el mundo y, a la vez retrotraernos y observarnos desde un lugar nuevo. Leer es aprender(nos) y seguramente terminar el año haciendo un balance de los grandes libros que nos han acompañado es una de las mejores formas de mirar el pasado reciente y decidir cuál será nuestro próximo paso, lector y vital. ¡Que vivan los libros, y la poesía!



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