Litoral, revista poética por excelencia

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¡Cuánta razón tenía Lorca! ¡Cuánto más rica sería la poesía de nuestros días si tuviera más amantes y menos partidarios! Seguramente la línea editorial de Litoral es una prueba que se puede tener muy buena poesía y compartirla de una forma elegante sin que esta pierda jamás su esencia artística y sus formas libres. En este pequeño artículo les contaré acerca de la historia de esta importantísima revista, sin la cual la poesía española no sería lo que es.

Primeros pasos en Málaga

Un día del año 1926 Emilio Prados y Manuel Altolaguirre decidieron fundar una revista de poesía. Con la ayuda de un grupo de colaboradores de diferentes áreas, tales como poetas, dibujantes y prosistas emprendieron un bello sueño, la revista Litoral. Hoy 60 años después, continúa siendo una de las mejores, sino la mejor, revista de poesía de España.

El primer número de la revista salió en otoño del ´62 con una portada de color azul del mar y un pez saliendo del agua. Esto hacía referencia a esa pasión por el mar que compartían sus integrantes, de hecho buscaban que fuera una publicación que evocara al mar en cada número. Eso fue lo que le expresó en una carta Emilio Prados al pintor encargado de realizar dicha portada, Manuel Ángeles Ortiz. Esta primera portada marcó el sello distintivo en litoral.

Pero ciertamente no eran símbolos ajenos a la vida cotidiana de los que trabajaban en la editorial, ya que esta no sólo se hallaba a unas pocas calles del puerto de Málaga. Además la imprenta tenía forma de barco, con barandas y salvavidas e incluso una escafandra adornando una de las esquinas. Era un pequeño taller con cuadros de Picasso, música de Manuel de Falla y libros de Juan Ramón Jiménez en los estantes.

Es difícil hablar de la Generación del ´27 sin nombrar a Litoral, porque este nombre engloba no sólo una revista literaria especialmente dedicada a la poesía, sino también el eje donde tantos poetas españoles se unificaron y lucharon en favor de la lírica y la libertad. Litoral fue sin lugar a dudas fundamental para la configuración de esa generación de poetas que todos conocemos. El grupo literario más importante del siglo pasado en lo que se refiere a literatura española.

Esta revista significó un espacio donde los artistas encontraron una forma de luchar, manifestaron sus ideas comunes y se dieron a conocer. Que Málaga haya sido la ciudad escogida para tal acontecimiento puede llamar la atención por un lado, dado que hasta ese momento no contaba con una tradición poética y artística de gran repercusión, sin embargo siendo una tierra tan bondadosa e inspiradora, no me extraña que haya surgido en ella Litoral y menos aún que haya tenido tanto éxito y continúe siendo publicada.

Emilio Prados era un verdadero apasionado de la poesía, estaba convencido que la poesía era lo único que podría salvarle a él y a los poetas. Su entusiasmo sabía transmitirlo tal es así que poetas como Luis Cernuda, Ramón Gómez de la Serna, García Lorca y Rafael Alberti estuvieron muy gustosos de colaborar con varios poemas en diferentes números. Además en el tercer número de Litoral aparece en portada el primer dibujo publicado de Federico García Lorca en el cual podía verse a un marinero con una rosa dibujada sobre su corazón y en su gorra llevaba escrita la palabra «amor».

Tiempos difíciles para el arte

A finales del ´27, luego de haber lanzado 7 números desde que saliera a la luz, Litoral cierra temporalmente sus puertas. Hasta el ´29, año en el que José María Hinojosa se incorpora a la dirección junto a Prados y Altolaguirre; a partir de entonces comienza una nueva era para la revista con un rumbo totalmente surrealista.

La constante presión política y las circunstancias sociales provocaron que a partir de los años ´30 el grupo de artistas que le diera vida a esta extraordinaria revista se dispersara, tomando diversos caminos.

Cuando en el ´31 se proclama la II República de España, Prados se inclina hacia las posiciones de izquierda, mientras que Altolaguirre vuelve al mundo editorial publicando «Cuadernos de poesía«. Comienzan años sumamente difíciles y en el ´36, luego de que Hinojosa fuera fusilado por un pelotón de milicianos republicanos, Prados sale rumbo a México junto a un gran número de artistas exiliados.

En 1944, Prados y Altolaguirre resucitan aquel proyecto editorial y retoman la lucha. Litoral vuelve a ver la luz, con homenajes a imprescindibles intelectuales como José Moreno Villa, Juan Rejano y Francisco Giner de los Ríos. En esta nueva etapa participan muchos poetas que viven en el exilio, aquellas voces que habían sido silenciadas por la Guerra Civil, vuelven a oírse.

Algunos de los que participaron en estos primeros números de lo que sería la tercera etapa de Litoral fueron: Juan Ramón Jiménez, Max Aub y León Felipe. La mayoría de estos hombres, poetas y artistas nunca regresaron a España, murieron lejos de su familia, porque prefirieron luchar desde las sombras que darse por vencidos frente a un régimen que privaba las libertades y que censuraba la poesía.

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Nuevamente Málaga

Y de nuevo Málaga, con su Alcazaba y su ancho mar fue el lugar escogido por la revista para resurgir. Cuando en Francia se estaba desarrollando el Mayo Francés y cuando podían notarse las nefastas consecuencias que la dictadura había obrado en los pueblos y en la gente, Litoral vuelve a existir y viene para recordarles a todos a aquel grupo de entusiastas poetas, apasionados por la poesía y por la vida, en memoria de esos hombres que fueron capaces de dejarlo todo por la lírica Litoral vio la luz por cuarta vez; corría mayo de 1968.

En la dirección de la revista se encontraba José María Amado, quien escogió esa pequeña imprenta vecina al puerto de Málaga y contó con el apoyo de los pocos poetas que aún quedaban en España, Alberti, Bergamán, Aleixandre y Guillén.

Fue una revista con la ideología que habían querido para ella sus fundadores, con un espíritu libre y una buena calidad. Entonces surgió la idea de ilustrar en color rojo las letras de la portada y colocar un subtitulo que dijera «Revista de la poesía y el pensamiento».

Los primeros números de esta cuarta etapa estuvieron dedicados a homenajear a los grandes poetas que habían quedado atrás, tales como Lorca, Prados, Altolaguirre y Machado.Una de las características de esta nueva etapa fue que la revista se abrió a otras artes, plásticas y escénicas.

Hace pocos días estuve conversando con una chica que me dijo que lo que más le gustaba de Málaga era la luz, «el sol es más brillante que en otras ciudades«, me dijo. Esta frase me quedó dando vueltas. Ahora pienso en ella y me atrevo a decir que quizás sea la luz de tan extraordinarios poetas que han pasado por Málaga, o el destello de «Litoral» el que hace que todo en esta ciudad parezca mejor iluminado. A lo mejor es que incluso el sol está enamorado de ella, porque sin lugar a dudas, es irresistible.

Comentarios2

  • Pruden

    Muy buena y completa esta información. Gracias, Téxil.

  • Higorca

    Muy buena la revista y la iniciativa siempre sobre poesía.
    Abrazos



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