La poesía de Miryam Hache

Te invito a leer «He visto a las mejores mentes de mi generación trabajando en un call center» de Miryam Hache.

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La poesía de Miryam Hache

Conocí a Miryam Hache hace ya muchos años en un seminario de superrealismo. Fueron unos días luminosos en los que la muerte rosa de Breton y la fascinación con la que el poeta Xoan Abeleira nos hablaba de los locos vanguardistas abrieron una puerta para una conversación infinita. Después de las clases nos quedábamos un rato conversando, quizá con el deseo de seguir un rato más en esa burbuja cálida donde lo único que importaba era entender el mundo a través del lenguaje. Le gustaba Abelardo Castillo y tenía una novela inédita, que me hizo leer y me pareció hermosa. Miryam era una chica distinta, inteligente, hermosa, con una forma de entender las cosas que me deslumbró. No volvimos a vernos después de aquella intensa experiencia que rozó el mundo de los sueños; sin embargo, al leer su libro He visto a las mejores mentes de mi generación trabajando en un call center volví a verla, a sentir que reanudábamos aquella conversación interrumpida. No dejes de leerla porque estoy segura de que podrás encontrar en su poesía un espacio de contención, esa burbuja frágil que nos mantiene a salvo del mundo.

El retrato de una (otra) generación perdida

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He visto a las mejores mentes de mi generación trabajando en un call center puede leerse como un diario de memorias íntimas y también como el retrato de una generación perdida en la nebulosa de las posibilidades y el deseo. El título es también su frase inaugural. Y, sin duda, no se podría comenzar un retrato generacional de forma más contundente. En este poemario encontramos una crítica a la sociedad de consumo, con las abismales consecuencias que trae en las mentes jóvenes, y también un canto a la libertad.

Usando como espacio creativo las relaciones humanas, Hache reconstruye la visión interior de un corazón helado por los fracasos sentimentales. La voz poética busca aferrarse a una identidad nueva, fuerte y sólida, en contraposición al miedo aprendido. Para ello enuncia el peligro y la violencia usando las palabras importantes. Al mismo tiempo, este libro es el registro que puede hablarnos de toda una generación, la nuestra, que ha nacido en un mundo que se tambalea, y a la que le cuesta encontrar un norte estable al que aferrarse.

La dicotomía del yo avanza a través de los poemas. Soy esto pero no sé qué sos vos. No sé de qué estamos hechos. Son algunas de las ideas que fluyen a medida que las palabras se abren camino. A través de ese desdoblamiento o de esa identidad fracturada la voz poética consigue denunciar lo que las imposiciones nos hacen, lo que el miedo nos hace, lo que el desarraigo provoca en nosotros. A través de poemas crudos y de una potencia inaudita vamos atravesando el mundo de una generación que se sabe sola y que también está sola.

En la poética de Hache hay un acercamiento contundente a la realidad, a la carne, a lo material. Pero eso no es todo. Detrás de cada una de sus frases encontramos un mundo simbólico, escondido, que se matiza con ironías y cierto pesimismo lúdico y que consigue mantenernos siempre atentos, siempre despiertos, porque el giro puede darse en cualquier dirección.

La poesía de Miryam Hache

Entre el deseo y el miedo

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Uno de los temas principales de todo el libro es el deseo. Los hombres que se encuentran heridos y que buscan una razón más importante que esa angustia vital, que no puede ser calmada con los libros de filosofía oriental. Pero también en el deseo, la semilla del miedo. Es un libro descarnado porque nos lleva de la mano a través de la oscuridad de la adicción. El polvo que venía de las estrellas ahora viene a estropearlo todo, a plantar un desasosiego formado de silencio y de carne rota. Son tremendamente imponentes y tan brutales algunos fragmentos que es difícil leer este libro como si no nos hablara a nosotros. De hecho, encontramos un plural que se avecina amplio, que no habla de un yo sino de un nosotros inclusivo, donde el propio lenguaje se deforma para dar espacio un «todxs» que atraviesa el borde de las cosas y marca una diferencia.

Miryam Hache trabaja con precisión las frases y extiende un conjunto de versos que nos hacen pensar en la fragilidad, en el miedo, en la orfandad que nos habita. «El feminismo ya no es necesario». Así se titula uno de los poemas más combativos y contundentes del libro. Un poema largo que reconstruye en clave íntima el gran camino recorrido de lucha e igualdad. Los padres que siempre quieren asegurarse de que la hija está encaminada hacia la proyección biológica de la especie, mientras ella reconoce que sus amigas la respetan más que cualquier amante.

La escritura se posiciona entonces como un rapto de posibilidad. La constancia de haber vivido a través del lenguaje, de ganarle al tiempo y de construir otra memoria, una memoria colectiva de espacio y soberanía sobre el cuerpo, sobre los cuerpos propios. Este poemario de Miryam Hache puede darnos la fuerza que necesitamos para reconstruir una voz colectiva que nos salve del infierno del mundo.

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Y aquí te dejo el bibliotráiler de este libro brutal.



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