
Cuando comenzamos a escribir no pensamos en publicar, lo hacemos porque nos envuelven tanto las letras que nos dejamos llevar… Y escribimos, y borramos y tachamos y volvemos a construir. Pero llega un momento en la vida de todo aficionado a las letras en el que hay que tomar la decisión de hacer o no públicas nuestras creaciones… Y algunos optamos por compartirlo.
Comienza entonces otra fase en nuestra vida, en la que nos movemos de aquí para allá en busca de alguien a quien le interese lo que escribimos y desee publicarnos.
Cuando somos nuevos, como yo lo soy, en esta etapa cometemos tonterías por dos razones. Primero porque la ilusión de ver publicada nuestra obra es tan grande que nos dejamos enceguecer y no analizamos todos los riesgos, y segundo porque las editoriales huelen la falta de experiencia y consiguen vendernos un paquete con millones de promesas y haciéndonos firmar abusivos contratos para después no cumplir con lo prometido.
¿El resultado? Destruir nuestra ilusión y condenarnos a mantener un contrato donde no recibimos lo que habíamos pautado.
En fin. No existen autores que no se quejen por el trato que han recibido de las editoriales, y cuanto más avanza la crisis mayor parece la decepción que se siente en este ambiente.
Pero con este artículo no intento echar abajo la ilusión que tienen en torno a la publicación de sus libros, sino utilizar este espacio para contarles acerca de mi experiencia y prevenirlos, puntualmente sobre una editorial: Novum Publishing que ahora se hace llamar United p.c.

Tomar la decisión de publicar
A finales del año pasado comencé a moverme para publicar mi primer poemario. No tenía idea de cómo iban estas cuestiones pero quise aventurarme; después de todo, tampoco era tannn joven. ¿Qué podía pasar? Muchos me decían que tuviera cuidado que había muchos timadores sueltos, pero inocentemente me dije que había que arriesgar y me aventuré.
Encontré una editorial que se llamaba Novum Publishing, a quien envié mi manuscrito y me respondió positivamente. Había otras editoriales que tenía en vista como Poesía eres Tú y Lapizcero. Esta última me había gustado especialmente y me proponía una bonita edición, sin embargo se me iba mucho del presupuesto, por lo que decidí optar por Novum.
Me interesó sobre todo una frase que aparecía en la web:
«Somos de la opinión que cada autor con un buen manuscrito debe de tener una oportunidad justa de presentar su obra a un amplio publico a nivel internacional. Nuestra tarea consiste en crear esta posibilidad.»
Cuando me puse en contacto con ellos, fueron absolutamente amables. Específicamente les pregunté acerca de la distribución; me interesaba una editorial que se ocupara de ubicar mi libro en algunas librerías. Me aseguraron que ellos se encargaban de todo y que incluso podían ayudarme a organizar alguna presentación de la obra.

¿Publicación gratuita?
La publicación era gratuita absolutamente; pero en cuanto comenzaron a marchar los trámites, comenzaron a aconsejarme apostar por este o aquel producto o comodidad. Carteles publicitarios, tarjetas de presentación, participación en ferias del libro o venta del libro en Amazon.es, todo esto podía tenerlo si pagaba. Los valores no eran muy altos, pero yo quería probar que a nivel básico se me daría lo que esperaba por eso decidí aguardar a ver cómo salía todo.
Al poco tiempo de haber firmado el contrato recibí un e-mail de la editorial en el que se me informaba que Novum Publishing ya no existía y que a partir de ese momento se llamaría United p.c. (Aún varios meses más tarde continúan manteniéndose las dos páginas web… Curioso ¿no?)
Un día recibí la noticia de que mi libro ya había sido publicado y me dieron un enlace donde podía adquirirlo. Pese a que la editorial había cambiado de nombre, el libro aparecía como publicado por Novum y no como United p.c, otro hecho que me resultó sumamente extraño.
A pesar de estas mínimas rarezas, seguí adelante. Hasta entonces todo iba más que bien, me sentía sumamente feliz. Incluso contacté con varias librerías de mi ciudad para saber si estaban dispuestas a vender mi obra; algunas me respondieron positivamente, lo cual me llenó aún más de entusiasmo. Sin embargo, poquísimo tiempo después comenzaron los problemas.
Escribí a la editorial solicitándoles el envío de cuatro ejemplares y me dijeron que previamente debía pagar por el valor de los mismos y me dieron una cuenta bancaria en el extranjero.
Entonces se me complicaba para enviarles el dinero por el asunto de las comisiones y como, en la página ponía claramente que la editorial tenía sede en Palma de Mallorca, solicité que me enviaran un número de cuenta de España. ¡No tenían! Y entonces aproveché para comentarles que varias librerías querían vender mi libro y quería saber qué debían hacer.
Su respuesta fue que las librerías los contactaran y ellos les enviarían los libros después de recibir el pago por adelantado. Entonces ya estaba todo perdido para mí. ¿Qué librería estaría dispuesta a pagar por adelantado por un autor que no era conocido, más aún, por una poetisa que no conocía nadie? Y encima, cuando se dieran cuenta que la editorial ni siquiera tenía abierta una cuenta bancaria en España era claro que no confiarían… Yo tampoco lo haría.

Contrato indeleble
A esta altura estaba absolutamente desencantada. La única salida que se me ocurrió fue abrirme, rescindir el contrato y empezar de nuevo; así que me puse en contacto nuevamente, diciendo que deseaba disolver el contrato (había firmado una exclusividad por tres años 🙁 ).
La respuesta de la editorial fue que no había ningún problema pero que debía pagar 300 euros por los gastos de la empresa, sin detallarme cuáles eran.
Y ahí termina la historia, es decir en esa instancia me encuentro. Varada junto a una imprenta, porque eso no puede llamarse editorial, con un contrato que ni siquiera sé qué validez tiene y con mi primer libro que no sólo no puede comprarlo nadie sino que ni siquiera puedo publicarlo con otra editorial. ¡Una verdadera decepción!
Lo que quería expresarles con este artículo es que nunca sabemos en quién confiar. Lo que aprendí con esta experiencia y el consejo que les dejo es que no se apresuren a firmar nada si no están realmente seguros. Lean previamente todo lo que puedan acerca de la editorial, de qué forma trabajan y sobre todo, duden de aquellas que les prometen el oro y el moro, porque lo más probable es que tarde o temprano se den cuenta del grave error que han cometido, como me ha ocurrido a mí.
Dicen que los poetas somos muy ingenuos, puede que tengan razón, pero debemos estar con todas las luces al presentarnos a cualquier editorial. Porque en este artículo hablo de Novum Publishing, pero hay muchas ahí afuera aguardando para timar y jugar con la ilusión de ver publicadas nuestras creaciones.
Espero que este artículo les haya servido y que sean menos atropellados que yo a la hora de tomar una decisión tan importante.
