El escritor y publicista zamorano David Refoyo, quien recientemente ganó un accésit del XXX Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma gracias a “El fondo del cubo”, aguarda con ilusión el lanzamiento de la obra galardonada, que será editada muy pronto por el sello Visor.
Mientras continúa inspirándose y trabajando para alimentar su producción literaria, el también creador de “Donde la ebriedad” y “Odio” contestó vía Twitter cinco preguntas para nuestro portal, respetando el límite de los 280 caracteres de extensión.
Antes o después de descubrir sus respuestas, tienen la posibilidad de conectarse con él mediante las redes sociales a fin de mantenerse al tanto de sus propuestas y novedades profesionales. De querer apreciar otros títulos de su autoría, hay que tener en cuenta a “25 centímetros” y a “amor.txt”.
– ¿De qué modo tus conocimientos y experiencia como publicista favorecen tu actividad literaria y la difusión de tus obras?
– Son dos formas diferentes de afrontar la escritura. En publicidad hay que tratar de alcanzar al mayor público posible, le hablas a una persona sin rostro que, a la vez, son todas las demás. La literatura debe llegar a los lectores de uno en uno. Es una conversación irrepetible.
– Si “Odio” no fuera de tu autoría, ¿qué comentarios o consultas le harías llegar al creador del libro?
– Me habría gustado como ejercicio de experimentación, de cómo darle la vuelta al lenguaje y a su uso. No creo que hablara con su creador. No lo hice cuando leí ‘Cortes publicitarios’ de Javier Moreno que exploraba un camino parecido. Me gustan esas exploraciones.
– ¿Cómo, y qué es, la poesía desde tu punto de vista?
– En mi próximo libro digo que mi poesía es -o fue alguna vez o, simplemente, quiso ser- “transformar lo cotidiano en un acontecimiento”.
– De obsequiarle “Donde la ebriedad” a una personalidad famosa. ¿A quién se lo regalarías y por qué razón?
– Al Papa Francisco. He leído que acepta la unión de homosexuales y que la iglesia admita la sola posibilidad me parece una buena metáfora de lo que es este libro. Actualizar la tradición, sacralizada e inamovible, por un viento renovador que ni siquiera es ya revolucionario.
– Como lector, ¿qué características debe reunir un poemario para captar tu atención y dejarte satisfecho? ¿Cuál es tu fórmula para que cada uno de tus trabajos tenga esas cualidades?
– Siempre he intentado escribir el libro que me apetecía leer en ese momento. A veces lo he conseguido. Lo único que no soporto es la obviedad. Si hay riesgo, si hay voluntad de ser eco, de quebrar una mirada, me puede servir. Luego ya el oficio, los temas, las referencias…
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