Silencios

Enrique Viloria Vera

 Poema siguiente



para Julio Pacheco Rivas


¿Dónde están las voces?
¿Qué pasó con la mirada?
del amor
¿Qué noticias tenemos?
La ciudad vive para sí misma
Plazas edificios avenidas
objetos sin uso
y sin denominación
carentes de alguien que los nombre
ejercen un señorío
parecido a la muerte
cercano a la indiferencia y al olvido
Un silencio largo
de autopista deshabitada
se suma al coro de mudeces
que aturde restaurantes y mercados
La palabra no existe
se la comió el color
el espacio la luz
el peso de la ausencia
vuelve sobre sus pasos
el tiempo
va y viene transcurre solícito
marcando horas sin destinatario
en ciudades privadas de prisas y contemplaciones

Nadie respira ninguno jadea
se perdieron los latidos
el calor del cuerpo
las apetencias de la carne
el sabor del beso y la saliva
el orgasmo de humedades compartidas
sólo nos queda un recuerdo esta muerte
que también se va diluyendo

Ver métrica Poema siguiente 

 Volver a Enrique Viloria Vera
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios4
  •  
    solobrother Tremendo, no hay lugar para la esperanza
  •  
    Evelio Pereira Salgado En el trayecto de la historia siempre a sido así.
    a veces si "contento" , a veces no "contento".
    Hasta el momento no hemos logrado en ningún lugar de mundo un ser "contento".
    Lo bonito de la poesía es, en sí , la comtemplación y consideración de un lugar, con sus respectivos y diferentes seres.

    Así es la verdad, dura pero sincera.

    eveliopereira@gmx.de



  •  
    Articuentos Experiencia pura...
  •  
    argantonio A veces vivimos perdida la memoria
    olvidamos que algunos vez fuimos
    merecedores de alguna gloria
    y cuando nos lo recuerdan, huimos

    Podemos ser modestos actores
    intérpretes de nuestro papel
    sin querer hacemos de confesores
    en una confusa torre de Babel

    Y una mujer de rostro aún juvenil
    me saluda a pesar del tiempo pasado
    y no sé si merezco tal cumplido

    Y yo me comporto de modo pueril
    sin ver su rostro tambien castigado
    quizá por un amor incomprendido
  • Debes estar registrado para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.