Déjenme solo esta noche,
que es noche por que se llevaron
el sol una tarde sin destino
y me dejaron, por luceros, los ojos
de un amor que nunca vuelve,
de un amor que no se va.
Quién, díganme quién, en la vida,
no se anduvo alguna vez
sumergido en esa sombra tibia
que calienta el fondo de un trago,
apurado en una copa de vino,
esperando ponerle mordaza
a una pena que el alma le mordía.
Quién, díganme quien, alguna vez,
no escarbo en la nube fugaz y
rebozante de un vaso de cerveza
para enterrar allí los pedazos grises
de aquellos besos que se fueron
una tarde que palabras no tenía.
Quién no quizo navegar profundo
en el trinar azul de una guitarra
para atrapar la letra de esa canción
que era igualita a la historia fría
que en su pecho de montaña,
la vida a golpes le escribía.
Déjenme solo esta noche
que es noche porque alumbran
faros negros en las rocas
de un mar que lleva en sus olas
un amor que nunca vuelve
un amor que no se va.
5.12.2023
- Autor: Gusechag (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de diciembre de 2023 a las 09:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Omaris Redman, alicia perez hernandez.
Comentarios2
"Quién no quizo navegar profundo
en el trinar azul de una guitarra
para atrapar la letra de esa canción
que era igualita a la historia fría
que en su pecho de montaña,
la vida a golpes le escribía."
Bella y sentida poesía!
Gracias por tu permanente visita a mis humildes escritos, amiga poetisa.
Abrazos
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