El pesebrista

Rafael Parra Barrios

 

El ilustre, Crisanto Sánchez 

El pesebrista 

Huellas del tiempo,
plasmadas en su rostro, 
el infinito portento,
refleja el don creador, 
que expuso contento, 
el insigne cultor.
Bellos pesebres
de magia, luz y color, 
nacían de manos célebres, 
así padres y niños,
visitaban a Belén.
La Familia y la fe, 
tras la obra de Crisanto, 
en pleno diciembre,  
entre gaitas y aguinaldos, 
cantaban vehementes,    honrando sus actos

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  • Autor: Rafael Parra Barrios (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de julio de 2022 a las 21:31
  • Comentario del autor sobre el poema: Clisanto Sánchez, un pesebre en el cielo! Ayer, 9 de julio, falleció un ilustre independence, Don Clisanto Sánchez, quien se caracterizó por ser un humilde hombre al servicio de su familia y de la cultura popular, ganándose el cariño y el reconocimiento de propios y extraños, que todos los diciembre, admiraban la obra que construía para deleitar a todos, en especial a niños y  niñas. Muy joven se vino de su natal Carora, estado Lara, a tierras yaracuyanas. San Felipe lo acogió, ubicándose en los predios del hoy, municipio Independencia. Así comenzó a escribir su peculiar historia y desde la década de los años 80, inició el arte de hacer imponentes nacimientos por sugerencia de su mamá y por sus creencias cristianas. Los pesebres de Clisanto, fueron construidos por décadas en el patio de su casa, ubicada en la Avenida Cartagena, con quebrada La Guayabal, los cuales se convirtieron en una hermosa tradición, visita obligada de yaracuyanos, así como de turistas, venidos de otros lares, en tiempos de navidad. Su creación era un espectáculo, pues el nacimiento lo armaba desde una perspectiva cristiana y tropical, donde San José y la Virgen Maria, la mula, el buey, múltiples animales y una frondosa flora, entre ríos, luces y fantasías, creaban las condiciones para darle la bienvenida al Niño Jesús, recibido con alegría, aguinaldos, regalos, cohetes y la algarabía de la gente. Las familias de la zona metropolitana con sus hijos, desfilaban por la casa de Clisanto, disfrutando la natividad, su pequeña Belén, donde se  tomaban fotos y compartían la noche buena. Clisanto ante los momentos difíciles se crecía, y a pesar de la crisis, apelaba a la creatividad y acudía al reciclaje y colaboraciones para mantener viva la tradición. Aún siendo un icono de Yaracuy, Clisanto vivía en un rancho en condiciones infrahumanas, de allí que cuando me correspondió ser Alcalde del municipio Independencia, le  construimos una casa digna, propia, dotada de los enseres básicos, como nevera, cocina, mesas y demas utensilios domésticos. Incluso en la oportunidad de eliminar el puente de guerra de la calle 12 con Guayabal, construimos  el Puente Independencia, la protección hidráulica del área y el Paseo de Clisanto, a los fines de honrar sus logros. Por eso decimos con orgullo, que a Don Clisanto Sánchez, lo honramos en vida, por su trayectoria, su hidalguía y por enaltecer la identidad local. Clisanto se ganó el cielo en vida, pues fue un hombre humilde, citadino, católico, haciendo de la fe, el camino, la obra y el servicio hacia el prójimo. Deja Clisanto una hermosa familia, un imborrable legado, pero sobre todo, su amistad, la cual sembró en todos los que tuvieron el privilegio compartir sus sueños, cuentos, anécdotas e historias. Clisanto descansa en paz. Estas en lo tuyo. Estás con Dios! Hasta luego viejo amigo! Fue un honor conocerte y solazar tu amistad! Bendecido viaje!
  • Categoría: Fecha especial
  • Lecturas: 21
  • Usuarios favoritos de este poema: Rafael Parra Barrios, Poemas de Pepita Fernández.
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Comentarios2

  • Poemas de Pepita Fernández

    Bello homenaje.
    Aplausos , Compañero de letras.

  • Hermes Antonio Varillas Labrador

    Modesto homenaje no solo a Crisanto Sánchez, extensivo a todos quienes en Venezuela mantienen con fervor cristiano esa bella tradición de representar en un sencillo pesebre el nacimiento de un niño Jesús que desde hace más de 2022 años nos trae como lección de moral y misticismo muy significativa el amor con humildad que debería privar en la especie humana. En los Andes es una tradición muy arraigada con casos muy insignes en cada aldea y pueblo, Seboruco, por mencionar uno de los ejemplos más emblemáticos.
    Saludos cordiales amigo Rafael Parra Barrios hasta tu bella y recordada tierra de dulces cañamelares.



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