QUIMERA

norberto marin bolivar

Una noche, sublime y estrella,

un lucero me mira vacilante;

y parece decirme en su mirada:

soy el alma de aquella flor errante

que te amó con pasión idolatrada.


Yo tan bien, como tú, sufro el flagelo

de esta ausencia mordaz que me devora;

de mis noches de amargo desconsuelo;

de mis días sin luz y sin aurora.


Tu recuerdo es la imagen que ilumina

el difuso sendero de mi vida;

y como alma perdida en la neblina

voy llorando el dolor de tu partida.


Esta noche escudriño el infinito

y ruego  a Dios que, un venturoso día,

me lleve por el mismo senderito

allá donde tú estás, amada mía.


Pero sabré esperar, con estoisismo,

el momento final de mi partida;

que la muerte me saque del avismo

fatal y doloroso de la vida.





 



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  • Autor: norberto marin bolivar (Offline Offline)
  • Publicado: 13 de septiembre de 2012 a las 12:21
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 104
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Comentarios2

  • guitarrbogs

    Hola, me gusto mucho tu escrito.

    Espero con ansias el siguiente

    Saludos amistosos. te invito a leer alguno mio. 😀
    😀

  • Flor amante

    Triste y con la esperanza de un encuentro muy hermoso tu poema



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