Apuntes sobre «Eternidades» de Juan Ramón Jiménez

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Si buscamos una lectura que nos enseñe a empaparnos de las palabras y a comprender la esencia que se esconde detrás de cada fonema, creo que la obra de Juan Ramón Jiménez puede ser una de las más útiles. En este artículo presentaré ciertas anotaciones que me han surgido al leer «Eternidades», una de las obras más intensas de Jiménez.

La muda de Juan Ramón Jiménez

«Eternidades» es una obra que te revuelve los sentires más profundos y te permite acercarte a una poesía intimista y absolutamente trabajada e ingeniosa, o injeniosa (según quien lo escriba 😉 )

Una obra llena de contradicciones, donde la voz poética es consciente de las mismas y lucha por encontrar un hilo de cordura.

La misma, marca un quiebre en la poesía de Juan Ramón. Dejando la seguridad manifiesta de «Diario de un poeta reciencasado», se acerca a la búsqueda de la reafirmación del «yo» frente al «tu». Y lo hace partiendo de las emociones íntimas hacia las experiencias comunes, las cuales se ven representadas por diferentes entidades, como el amor, la poesía, el mundo, la desesperación.

En esta obra Juan Ramón busca la verdad que desgarra (lo que es difícil poner en palabras) y la belleza en su estado más puro (escondida detrás de todo lo que nos rodea).

Apuntes sobre "Eternidades" de Juan Ramón Jiménez

La poesía como fuente de luz

En este libro existen muchos poemas que hacen referencia a la poesía como espacio en el que encontrar la luz, la consciencia, la razón.

En su poema «Luz» presenciamos las emociones del poeta en la búsqueda de la escritura. Con esos brotes de ansiedad frente a las palabras pero sin poder aferrarse a ellas. Las cuales se esfuman de forma irracional. La poesía llegando, la poesía arrebatándole la cordura. Y, más tarde, yéndose, dejándolo invadido de oscuridad… para seguir aguardándole.

En este mismo registro se encuentra el poema «La poesía» en el que se relata la relación que se entabla entre el poeta y la lírica. Los comienzos apasionados, llenos de ilusión y de sentimientos infantiles; más tarde llega la necesidad de convertir ese impulso primario en palabras bien concatenadas. Finalmente, consigue hilvanar una obra bien acabada, al entablar una relación madura con las palabras.

Por otro lado, la poesía es también fuente de luz porque permite la permanencia y la existencia más allá de la muerte. Hay un poema sin título que lo expresa de maravilla, dice:

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Continuando con la luz quisiera hacer referencia a los dos poemas que el poeta dedica a Edgar Allan Poe. En los mismos, Jiménez utiliza una serie de recursos sumamente inteligentes. Son poemas para leer detenidamente y analizar los conceptos opuestos enlazados en los versos. Me gustaría dejarles un breve fragmento:

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Cabe mencionar también esa capacidad del yo poético de eternizar al hombre. Solamente a través de la poesía, Juan Ramón siente que podrá acceder a la vida. La poesía como una herramienta fundamental para encontrar el espacio permanente, la esencia que consigue aflorar y proyectarse hacia los otros, convirtiéndose en historia.

Lo abstracto, lo moderno, lo Juanramoniano

Los sueños también aparecen reiteradamente en este libro. Hay algo que es sumamente interesante y que tiene que ver con la noción del pensamiento y los sueños. Esta idea podríamos resumirla en una frase: «Soñando se hace presente el futuro, pensando se hace futuro el presente«. A través de esta poesía podemos comprender que, por medio de la razón es posible conseguir que aquello que deseamos profundamente, se haga realidad. Y a través de los sueños, acceder a una realidad que no es factible en el presente.

El desdoblamiento del soñador en el momento de descanso podría compararse con la duplicidad del lenguaje, es decir con el desdoblamiento semiótico. El olvido de hoy implica la muerte o desaparición de la consciencia, y como resultado la definición del yo poético. De este modo, el yo poético adquiere un carácter ambiguo gracias a esa capacidad de utilizar un lenguaje en el que puede diferenciarse claramente lo real y lo onírico.

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Otro concepto que quiero resaltar y que se repite en varios poemas es el de la mujer desnuda como símbolo de la poesía. Esto puede compararse con ciertas ideas poéticas de Bécquer, San Juan de la Cruz o incluso Goethe. Aunque posiblemente fue Bécquer quien inspiró la primera poesía de Juan Ramón, con ciertos decoros artificiosos y modernistas. De todas formas, Jiménez fue más lejos, al establecer parámetros más profundos entre poesía e intelecto; brindándole a su lírica colores propios y que definirían su estilo y su voz poética definitivamente.

«Eternidades» es,como ya lo he dicho, una de las obras más intensas de Juan Ramón Jiménez. Cabe mencionar que fue escrita en el año 1916, período en el que el poeta atravesaba una etapa difícil, lúgubre en muchos aspectos y solitaria. A partir de la escritura, el poeta intenta acercarse a la verdad y a la belleza de la existencia; como si se tratara de un trabajoso esfuerzo por aferrarse a la vida. Sin lugar a dudas, la lectura de esta obra es la mejor forma de introducirnos en la lírica más auténtica, cálida y profunda de Juan Ramón.

Para terminar les dejo un pequeño poema donde puede apreciarse la ambigüedad del yo poético entre la realidad y el sueño:

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