El 25 de marzo de 1842 nació en Vicenza, Italia, el poeta y novelista Antonio Fogazzaro, un hombre retraído, sensible, romántico y enamoradizo que, durante su adolescencia, disfrutaba leer y hasta crear algunos textos que conservaba en un cuaderno.
En 1858, este integrante de una familia profundamente creyente donde muchos de sus integrantes eran sacerdotes o fervientes católicos, reveló su deseo de ampliar su formación académica con estudios vinculados al mundo literario, pero su padre lo obligó a estudiar Derecho en la Universidad de Padua ya que estaba convencido de que su hijo no tenía talento para la escritura.
Aunque cumplió, con gran esfuerzo, con el mandato familiar licenciándose en 1864 y, al año siguiente, sumando experiencia a través de su rol de auxiliar en un despacho de abogados de Milán, Fogazzaro nunca dejó de cultivar su faceta creativa, la cual lo llevó a escribir poesías que, en 1863, fueron publicadas por el periódico «Universo».
Ya casado con Margherita (la patricia vicentina descendiente de los condes Valmarana con quien llegó a tener tres hijos, uno de los cuales falleció a los 20 años de vida), superado los exámenes para poder ejercer su profesión y convertido en padre de una niña, este italiano apasionado por la escritura que, por casi una década, mantuvo un vínculo amoroso con la institutriz bávara Felicitas Buchner, comenzaría a darle forma al texto que, tiempo después, se transformaría en su primera novela. Con el tiempo, algunas de sus publicaciones se transformaron en libros prohibidos por la Iglesia, una institución a la que Fogazzaro criticó e intentó reformar.
«Miranda», «Malombra», «Daniele Cortis», «Pequeño mundo antiguo», «El Santo» y «Leila» son sólo algunos de los títulos que componen la obra literaria de este escritor que falleció en el hospital de Vicenza, el 7 de marzo de 1911, como consecuencia de un problema hepático.
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