Tinguinaki

Poemas 123  

Poemas fusionados publicados 0

  • No ha publicado poemas fusionados.

Participa en los poemas fusionados

  • No ha participado en poemas fusionados de otros usuarios.

Favoritos

Poemas favoritos

  • No ha marcado ningún poema como favorito.

Poemas de la comunidad favoritos

Poetas favoritos

  • No ha marcado ningún autor como favorito.

Poetas de la comunidad favoritos

Escritores favoritos

  • No ha marcado ningún escritor como favorito.

Libros favoritos

  • No ha marcado ningún libro como favorito.

Posts favoritos

  • No ha marcado ningún post como favorito.

El Muro de Tinguinaki19

  • El Hombre de la Rosa

    Muchas felicidades en el día de tu cumpleaños
    Saludos de amistad de Críspulo
    El Hombre de la Rosa

    • El Hombre de la Rosa

      *** Felicidades ***
      Desde la catedral de la poesía, Poemas del Alma, te deseo que pases un feliz día de cumpleaños amiga Tinguinaki...
      Críspulo el Hombre de la Rosa

      • Nuria Madrigal

        En esta época de reflexión
        Les quiero agradecer
        Con profundo amor
        Por compartir sus sentires
        Que día a día me regalan
        Con sus bellas letras
        Por enseñarme
        Que mis sentimientos
        No son solo míos
        Que lo que me inquieta
        Y me sosiega,
        Mis alegrías y tristezas
        En ustedes se reflejan
        Y confiada espero
        Que el amor y la hermandad
        Siempre encuentre hogar
        En cada uno de ustedes Poetas!
        Nuria

        • Tinguinaki

          Las Melodias del Alma

          Es bonito escuchar música, de todos los géneros, culturas y ritmos que se puedan encontrar. Aun en la gran diversidad de melodías, puedes evidenciar las más bellas promesas de amor que se acompañan con el suave susurro del viento y el corazón.
          Casi todas las melodías tienen un punto en común: el amor y la comunicación.
          Según escuchas música, encuentras que la mayoría de las letras tienen halos de amor,
          aquel que se convierte en un lenguaje universal con el cual expresamos lo que pensamos, sentimos o queremos decir. Pero en muchas ocasiones, este lenguaje sufre los embates que le acontecen al lenguaje cotidiano: de tanto usarlo, ya se nos olvida que es poesía y simplemente remitimos nuestras palabras a lo efímero y pétreo de nuestras necesidades.
          Todas tenemos una canción, una que nadie puede interpretar por nosotras porque representa los acordes, tonos y disonancias de nuestras vidas. Con nuestros pasos les damos forma a nuestras partituras y diseñamos la escala de sonidos que deseamos manejar. Y lo mejor de estas melodías es que no sólo hay sonidos, sino también espacios para contemplar el sonido del silencio, aquel que te posibilita escuchar las melodías de las personas que te rodean... ¿te has dado la oportunidad de escucharlas?
          -Las melodías de quienes te rodean-
          En muchas oportunidades no nos escuchamos ni escuchamos a los demás, así que nuestras creaciones quedan en el vacío, provocando situaciones de frustración, tristeza y decepción,
          sentimientos que sin lugar a dudas, nos dan un portazo en la cara que hace que nos sintamos solas, desoladas y poco amadas. Pero para ser escuchadas hay que escuchar, debemos abrir las puertas de nuestro corazón para darle paso a aquellas melodías que flotan en el aire, aquellas melodías que te regalan un pedacito de alma de las otras
          Entonces... ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a quedarnos sordas? ¿Vamos a seguir obviando esos sonidos estridentes que silenciamos? ¿Vamos a seguir en esa posición egocéntrica que hace que queramos ser escuchadas sin escuchar a las demás? ¿Acaso crees que puedes llegar a ser un o una interlocutora válida cuando no escuchas lo que las otras personas quieren expresarte? Pues no, simplemente te conviertes en un o una chiquilla caprichosa que habla por hablar, ¿y adivina? Empiezas a tornarte aburrida... O cuantas veces has escuchado palabras como: “¡Hay que pereza! Cuando empiezas a hablar no hay nadie que lo pare” o “A Juanita hay que aguantarle todo el cuento que echa cada vez que intentas entablar una conversación con ella”. Estos comentarios tienen algo en común: no hay sincronía, no hay melodía.
          Sólo con un o una interlocutora que se sintonice en tu frecuencia podrás ser tú misma,
          hallando esa transparencia que no tiene miedo de mostrar al mundo lo que tienes dentro. Es ésa melodía la que hace que no quieras imitar a nadie y te sientas orgullosa de tu autenticidad, esa que deja acordes de dignidad, tranquilidad, dulzura, amor y esperanza.
          ¿Escuchas tu melodía? ¿Permites que las demás escuchen los latidos de tu corazón? ¿Dejas espacios de confianza para que las demás quieran regalarte un concierto?
          sintonicemos la misma melodía
          Entonces debemos aprender a sintonizar con los demás, escucharles, darles la palabra, prestarles atención y escuchar la melodía de su alma.
          Espero hacer eso contigo.

          • Tinguinaki

            Todas vamos por la vida buscando alguien que nos llene la vida.
            Pero mejor nos iría si nos diésemos cuenta de que para llenar nuestro corazón lo que debemos hacer es compartir el amor que llevamos dentro. Dar y compartir sin lugar a dudas nos llevará por el sendero de la felicidad.
            El amor está dentro de nosotras. Cuando entregas amor eres como un árbol que reparte ese bello sentimiento por cada una de sus ramas, haciéndose así más grande y hermoso. Así es como debemos pensar en el amor, es para dar.

            Siempre decimos que para dar amor, debemos empezar por amarnos nosotras mismas, y eso está muy bien, pero...
            ¿qué pasa cuando das amor y no te dan lo mismo? Nuestro corazón se resiente, el dolor aparece y sentimos como si todo se secara dentro de nosotras.

            Por lo general, tendemos a esperar demasiado de las personas, y al sentir que das mucho más de lo que recibes, te frustras y sientes que todo el amor que diste ha sido desperdiciado, pero no es así.
            La persona que da siempre es más feliz que la que recibe, pues sabe que podría volver a dar una y mil veces. Sin embargo, quien no supo dar estará destinado a vagar por la vida buscando dónde depositar ese poco amor volátil y poco sano que tiene. No te sientas mal si un día te identificas con esta situación, no has sido tú quien ha fallado, es la otra persona por no haber sabido entregar amor.

            No hay amores eternos, hay amores de tiempo completo, ese amor que por voluntad propia se entrega sin necesidad de grandes promesas. Cuando una mujer ama lo hace sinceramente, no mide consecuencias, es como tirarse al vacío sin paracaídas, así ama una mujer –con un amor sano y maduro sin dobleces-.
            Si encuentras el amor es mejor darlo con respeto, con sinceridad, con diferentes formas y colores pero sin condiciones. Sólo se es feliz cuando los lazos que nos unen no se sienten como cadenas, cuando se ama libremente, sin sentirse atadas.Pocas veces en la vida se logra coincidir con una persona que nos ame tal como nosotras amamos, pero si en tu vida aparece esa persona, ama sin miedos, ama con el compromiso de compartirlo todo sin presiones, sin exigencias, sin hacer tantos esfuerzos para lograr el amor; así, el amor llegará suave y se quedará en ti y lo sabrás porque lo sentirás en tu corazón, ese que no te engaña.

            Recuerda:
            El amor nunca te hará sufrir, un amor verdadero no querrá que te veas afectada por nada y mucho menos te hará llorar. El amor es para disfrutarlo, para reír, para ver la vida de la mano de otra persona y saber que a pesar de lo vivido, a pesar de todo lo malo, ya no estás sola, ya no tienes miedo al amor, has encontrado a la persona correcta. Cuando vives un amor así todo tu ser estará en armonía, con mucha paz. Recuerda que en el amor es siempre añade, no quita, es más, no menos.

            ¿Cómo sabrás que es el amor que llega a ti?
            Alguien que te ama de verdad siempre te dará alas para volar tan alto como quieras, para desarrollarte como mujer y como persona.

            Los amores que te cortan todo, siempre va a morir en algún momento, para amar bien hay que amar con libertad.

            El amor es decirse mil cosas con la mirada, es tener la confianza

            de hablar sin temor a dañar, hablar sin miedos a ser criticadas, hablar para edificar futuros cimientos firmes y sólidos. -El amor y nuestra vida la construimos nosotros-

            Amar es lo más bello que tenemos, porque es algo que das sin pedir permiso, es un don que tenemos y si sabemos repartirlo, nos dará buenos frutos en el futuro.

            El amor y la amistad van de la mano. Sólo cuando logres tener las dos cosas juntas te darás cuenta que el amor en todas sus firmas es lo mejor de nuestras vidas.


            Sabremos que el amor ha llegado a nosotras cuando no nos hacemos todas estas preguntas, por lo tanto, vivamos felices por lo que nos está sucediendo. Cuando llega el amor no atiende a razones ni explicaciones, el corazón no entiende los porqué, sólo ama y somos felices que ese sentimiento nos llena la vida.

            EL AMOR es la clave de la felicidad en todas sus formas. Así como el ciego cree en el sol; no porque lo ve, sino porque lo siente.

            -Así se siente el amor-

            • Tinguinaki

              Todas necesitamos a quien amar. Todas necesitamos ser amadas.
              Durante los años que no encontramos a la persona “idónea”, buscamos y concedemos oportunidades. Siempre con la esperanza de que algún día llegue el hombre de nuestros sueños, aquel con quien desde pequeñas hemos soñado.
              Muchas veces la espera es larga y llena de tropiezos. Pero no perdemos la esperanza, porque en algún lado estará él, también buscándonos...
              Durante muchos años las mujeres vamos tras ese ideal de amor que la sociedad nos prometió que encontraríamos y que además nos pertenecía. Cuando estábamos solas nos decía “ya va a llegar el hombre indicado”; y presa en la fantasía de la certeza de que así sería nos hemos embarcado en muchas o –pocas- relaciones, pretendiendo descifrar si ese otro era o no el indicado.
              Algunas quizás comenzamos el viaje con requisitos previos fundados en creencias, costumbres o mandatos familiares.
              Un hombre indicado es profesional, tiene un buen empleo, y adora a su madre. Otras veces, un hombre indicado es un hombre tierno y cariñoso con los sobrinos; gusta de la lectura, la vida familiar, y hace deportes. Para otras, un hombre indicado es trabajador, apoya en las tareas de la casa, romántico, discreto, y conversador.
              Sea cuáles sean nuestras brújulas nos hemos lanzado a la mar del amor, “intentando” dar con ese otro que nos faltaba. Pues si “ya va a llegar” es porque de alguna u otra forma tenía nuestra dirección. De alguna manera sabía de nuestra existencia. Tal vez, en su memoria celular trae algún recuerdo de nosotras, o un chip incrustado en las vertebra s cervicales con una foto nuestra.
              No interesa “el cómo”, lo importante es que “ya va a llegar”. Y así, supimos sumar nombres a nuestro inventario amoroso, apodos, recuerdos, malos momentos, tristezas, sufrimiento, perdones, arrepentimientos.
              En la espera del hombre “indicado”, todas hemos sabido arriesgarnos, atravesar situaciones dolorosas y salir de ellas airosas. ¿Airosas? Nunca se sale “airosa” del amor y sus entuertos. Siempre un raspón, un moretoncito, una raspadita nos deja.
              Pero a la espera del “Indicado” igual seguimos batallando, combatiendo, y llorando. ¿Cuándo llegará? Porque hemos de saber que cada oportunidad con voz masculina que destella mariposas en nuestro vientre, para nosotras es “el indicado”.
              Y cuando al cabo de un tiempo resulta ser una mala copia, la desilusión es tan abrumadora, como la espera, “la espera vana” como decía TS Eliot.
              ¿Qué esperamos? ¿Qué deseamos encontrar después de todo lo que hemos conocido? ¿Aún quedarán esperanzas nuevas? ¿Mentiras que no hemos escuchado? ¿Olores de pieles diferentes? ¿Finales alegres? ¿Más finales? ¿Incomprensión?
              ¿Qué más estamos esperando? ¿Y si el “indicado” era cualquiera de esos que pasó sin gloria y con mucha pena? ¿Por qué no pensar que “el indicado” podría haber sido cualquiera de ellos?
              Todos necesitamos alguien a quién amar, desenfrenados buscamos a ese “ser”, que haga que nuestra presencia en el mundo tenga un matiz diferente.
              Todos necesitamos alguien a quién amar; y en la escasez de ese “alguien”, nos enredamos, aprisionamos y permanecemos con cualquiera que nos dé un poco de calor. No quiero que resistas lo que lees, no digas “yo no, yo soy distinta”; porque de nada sirve la resistencia. Todos alguna vez nos aturdimos de soledad, y nos conformamos con alguien que nos dé un poco al menos.
              Desilusionadas por no conocer al “indicado”, pensamos “esto es lo que hay” y lo tomamos, y aceptamos las reglas del juego, aunque esas reglas no se hayan establecido de común acuerdo. Decimos que “sí” porque tememos que si decimos lo contrario nos quedaremos solas, y todas necesitamos a alguien a quién amar.
              Es verdad, despierta. Todos necesitamos a alguien a quién amar. Pero “amar” no es la sumisión perversa de los dominantes, ni la victimización de las mujeres abandonadas a sus vidas; amar es mágico, es profundo, reverente, exigente, y estimulante.
              Todos necesitamos a alguien a quién amar, pero no a cualquiera; porque la química se enciende o se imagina; y en éste última caso, siempre habrá un amor unilateral.
              Todos necesitamos a alguien a quién amar, es verdad, empieza por ti. Tú eres la indicada; tú eres quién debe llegar a tu vida, a tus sueños, tus temores. Tú eres la persona que durante tanto tiempo has esperado.
              ¿Cuánto tiempo has vivido ajena a ti? ¿Cuántos? Muchos, seguramente. Vivir con nosotros mismos no es sinónimo de auto-conocimiento; sólo es señal de que no podemos separarnos.
              Tú eres ese alguien a quién amar, disfruta de ti; de quién eres, y conócete; para que cuando sea el tiempo de las parejas, puedas darle al otro “una versión en excelencia de quién eres”; tal vez así, los hombres que se acerquen a ti, sean hombres que a través de la comunicación y la entrega mutua, sean los indicados.
              Autor:Chuchi Gonzalez

              • Tinguinaki

                “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero el que esta teniendo tratos con los entupidos le ira mal” -Proverbios 13:20.
                Muchas veces escogemos a nuestras amistades basándonos solamente en la “química”, somos amigas de tal o cual persona simplemente porque congeniamos.
                Es muy importante sentirnos bien con los amigos, pero eso no debe ser el único criterio a la hora de escoger nuestras amistades...
                Una persona te puede “caer bien”, pero hay otras cosas a las que debemos poner atención a la hora de seleccionar nuestros amigos, cosas como sus cualidades más profundas, sus valores y costumbres. Porque “caerle bien a todos” no es suficiente, no le ponemos atención a esas cualidades y terminamos sufriendo grandes desengaños, el dolor que deja un mal amigo que traiciona la amistad se podría comparar con las rupturas sentimentales que dejan huellas de dolor y decepción en nuestra vida.
                Y al igual que en el amor y relación de pareja, también entre amigos debemos aportar integridad firme para con nuestros amigos, para poder en un momento dado ayudarnos mutuamente para poder así disfrutar los vínculos de amistad y hacerlos mas estrechos.
                En una relación de amistad las personas que se hacen llamar tus amigas, deberán demostrarlo con hechos tomando en cuenta que algunas veces es necesario para preservar la amistad hacer caso omiso de algunas cosas “malas” y tomarlas como tonterías o como algún “defecto” transitorio. Sin embargo hay cosas que no podemos ignorar y por mucho afecto que exista, es necesario alejarse de amistades que podrían hacernos mucho daño, por medio de una traición o falta de lealtad.
                Muchas personas alardean de la cantidad de amigos que tienen, pero al igual que en el amor no necesitamos de una persona que nos haga daño, tampoco en la amistad se necesita tener amigos que nos traicionen una y otra vez. En todo caso, no midamos a nuestros amigos por el número de ellos, sino por la calidad de persona. No es lo mismo que rían contigo, a que se rían de ti a tus espaldas, lamentablemente se han dado casos en los que un amiga traiciona a la otra, entablando una aventura con el esposo de la amiga, aprovechando la amistad y el abrigo que se le brinda.
                Habrá muchas mal llamadas “amigas” que nos hagan creer que nos respetan y admiran, hacen incluso uso de sus encantos y experiencias pasadas, para demostrar que nos comprenden por lo que estamos pasando en momentos malos, cuando en realidad, todo lo que hacen es burlarse a nuestras espaldas y criticarnos. Aun así, nos hacen creer que existe la amistad sincera, cuando ellas mismas saben que lo único que persiguen son intereses personales, sin importar como nos sintamos.
                Se piensa a veces que las preferencia de una amistad deben estar basada en si son parecidas o iguales a nosotras. Pero si lo importante es tener cosas en común, estas deben ser especialmente las cosas importantes, tales como los valores, la moral y espiritualidad. De este modo, no podemos esperar que siempre sean, actúen y piensen igual que nostras, pues cada una tiene su propia personalidad. Pero sí podríamos tomar ejemplos el uno del otro para enriquecer la amistad y a lo mejor para enriquecerse mutuamente.
                Para establecer un buen amigo, no es necesariamente rechazando al que ya se tiene, dejar aun viejo amigo por alguien que recién nos ofrece una amistad sincera. También se puede catalogar como traición, tomando en cuenta que nuestros viejos amigos son tesoros invaluables y no dar por sentado “que hoy te puedo dejar por un lado, y mañana encuentro tu amistad de nuevo, porque sé que eres leal”. En el momento de adquirir un nuevo amigo, sólo pensamos en nuestro propio beneficio, ya sea por que es una persona que admiramos más, o porque este tiene más que aquel y se puede sacar beneficios, fracasaremos en el intento.
                Por otro lado, si alguien digno pero sin valores materiales nos ofrece amistad no debemos rechazarlo, tomando en cuenta que al rechazarlo podríamos estar limitando nuestro mundo de la amistad a las razones egoístas e intereses mezquinos, sin pensar que la compañía y las charlas de un pobre, puede aportar sentimientos leales, sinceros y duraderos. Si en el pasado te traicionó un amigo puede que el resentimiento esté en ti, encerrándote en tu mundo bajo la excusa de que no te importa tener amigos. No debemos encerrarnos en un reducido mundo sin amistades, por temor a que todos son iguales.
                El entablar una amistad no se basa en esperar a que llegue ni con desear tener una nueva a amiga; se basa más bien en sufrir caídas (aunque no siempre) con alguna amiga que nos ha traicionado. Por ello, debemos dar gracias a Dios que diariamente nos pone frente a frente con personas de nobles sentimientos que nos ofrecen amistad a cambio de amistad. También debemos darle gracias, por el discernimiento y la sabiduría para saber elegir a nuestras amistades, pedirle por la tranquilidad y el perdón a sí mismas a las personas que de un u otra forma nos han traicionado, para que no se sientan rechazadas y traicionadas como alguna vez lo pudieron haber echo con nosotras.
                ¿Te ha traicionado alguien que pensabas era un/una buen amigo/a?

                • Tinguinaki

                  ¿Alguna vez has escuchado la frase: “Se acabó el amor”?
                  Es fácil asimilar lo que se pretende expresar con ella pues desafortunadamente se ha vuelto cotidiana, pues la interpretamos en el sentido en que se pronunció. Sin embargo, ¿realmente se puede acabar el amor?

                  Te invito a comenzar preguntándote si el amor es algo “tangible”, si es algo que se pueda “medir” o si dispone de algún sistema de medida, como por ejemplo pesarlo en Kilos o medirlo en Kilómetros..
                  Podría decirse que si el amor pesa muchos kilos el amor puede catalogarse como “pesado” ¿no?, o si mide kilómetros ¿eso querrá decir que si recorro esos kilómetros al final ya no tendré amor? Cualquiera sea el caso, tendría un principio y un final predeterminado desde su comienzo.

                  Les pregunto a todas las personas que aman o han amado si ese sentir puede ser expresado a cabalidad con palabras, si se puede describir y si pueden saber hasta “dónde” llega su amor o “cuánto” mide. No he encontrado a nadie que responda eso. ¿Usted podría?
                  Hasta el día de hoy, todo lo que tenga que ver con emociones y sentimientos no pueden ser medido, porque no se trata de algo “tangible”, mucho menos el amor para el cual se dice: “Las palabras sobran”. El centro de todo este preámbulo reside en que el amor está muy por fuera de todo razonamiento mental, por tanto con él no pueden ser usada técnica de medición alguna, lo que nos lleva a que el amor “no puede acabarse”, mas esto no quiere decir que el mismo no pueda ser -transformado.

                  El amor es energía pura en movimiento, por tanto no tiene inicio y no tiene fin, simplemente se transforma. Pero si esto es así, ¿dónde estuvo -eso- que ahora siento antes de que “naciera”? Todo el Amor que has sentido ha “nacido” dentro de ti, en realidad ha estado todo el tiempo allí, es sólo que ahora lo has expresado y gracias a eso has generado más y más amor, gracias a la generosidad de ese sentimiento.
                  El amor y el odio son los polos de una misma cosa, distintos grados, para entenderlo, imagina un termómetro, donde arriba y en mayor grado reside el amor y hacia abajo el odio tendiendo a lo frío. ¿Se podría decir que a nivel medio puede estar la indiferencia? Puede ser...
                  Ahora, nuestro cometido no es profundizar sobre las distintas ideologías respecto al amor, sino enfatizar que el mismo está muy por fuera de ser “medido” y que para entenderlo no puedes usar el razonamiento mental, así de simple.
                  ¡Hay personas que creen que no pueden compartir su amor con más nadie porque puede “acabarse”!

                  Tu Corazón es el Templo donde reside el Ser, este último es algo que va mucho más allá, Eres Tú en Pleno. Saint Germain expresa que: “Amar es igual a Ser”, por tanto, cuando amas estás siendo tú misma a plenitud. Todo eso maravilloso que conlleva ese sentir majestuoso eres tú misma, la manifestación de lo que Eres a cabalidad, la expresión de la Divina Individualización pues Eres y seguirás siendo un Rayo de Luz nacido del Amor Absoluto. Anclado en tu Corazón yace el Amor, absolutamente todo el Amor, que eres capaz de expresar y te aseguro que esa Fuente no puede secarse y del cual no puedes apartarte, ni te puede ser quitado, porque ese Amor Eres Tú Misma. Allí en tu Corazón habita El Magno Poder, el que todo lo puede y el que todo lo da... El Amor Absoluto en su manifestación individualizada.
                  Por tanto, no temas al pensar que tu amor “puede acabarse” si lo compartes con otra persona. Si amas a tu pareja también puedes amar a tus padres sin necesidad de sentir que “le quitas a uno para darle al otro”, o en ese otro caso en que se cree que no se puede pensar en otro hijo porque el que ya existe “debe tener todo el amor”, o quizás en el caso de los padres que abandonan a sus hijos porque prefieren concentrar todo el afecto en su nueva pareja.

                  El amor no puede ser medido, por tanto no es aplicable la frase de “quitarle a uno para darle al otro” porque no estamos hablando de un pedazo de pan, por ejemplo. Si das mucho amor a tu pareja, puedes darles mucho amor a tus padres y eso no implicará que se acabe.
                  Si de verdad crees que el amor se acaba probablemente así será, no porque el Amor tenga alguna limitante sino porque tú misma a través de tu razonamiento mental has limitado a tu propio corazón, te has limitado a ti misma. Tu amor es lo más maravilloso que pueda existir, pero cuando piensas de esta manera estás comparando tu corazón con un kilo de azúcar, por ejemplo. Un kilo de azúcar puede endulzar muchas cosas, puede ser muy útil al paso del día pero siempre vas a medir lo que usas, lo que das, cucharadita por cucharadita, porque es bueno pero se puede acabar, por eso lo “racionas”. Un kilo como este tiene principio y final predeterminado, porque cucharada tras cucharada el azúcar se acaba. Sin embargo, tú amor no es un kilo, ni varios kilos ni mide metros o kilómetros. Si midiera kilómetros, vamos a poner que sean mil kilómetros, quiere decir que tu amor abarca mil kilómetros pero ¿qué sucede cuando alguien especial para ti sale de viaje? ¿Dejarás de quererlo porque ha salido -del rango- de acción de tu amor? El que ama inmediatamente dice: “¡No! ¡Que salga de viaje no quiere decir que dejaré de amarle!”. Esto ratifica que tampoco se puede usar ese sistema de medida.

                  Te pregunto una cosa siguiendo con la idea del kilo de azúcar: ¿qué pasará cuando se acabe tu amor? Porque por más que lo raciones, se va acabar pues eso es lo que pasa con las cosas tangibles ¿o no? Piensa en ello. ¿No es mejor dejar de pensar que tu amor es “un kilo de azúcar” y convertirlo en “una despensa de dulzura”? La verdadera dulzura no depende de algo tangible y medible como el azúcar o la miel, es algo que va mucho más allá, pero lo comparamos con estas dos cosas que endulzan porque nuestra mente racional necesita una explicación. Pero el Amor no necesita explicación, no necesita medida y mucho menos necesita que lo limites a través de tu mente. ¿“Que yo siento que mi amor se puede acabar”? Te has dicho por mucho tiempo eso y te lo creíste, no se puede cambiar de parecer de un día para el otro y no tienes por qué cambiar de parecer porque alguien te lo diga, Eres Autónomo y lo que decidas creer entonces créelo pero piensa si lo que crees te beneficia, te hace crecer porque si no es así ¿de qué te sirve creer algo que no te hace ni te hará feliz?
                  ¿Has visto alguna vez un árbol cargado de frutos? Seguramente sí, ¿Qué pasa con esos frutos? Se caen de donde están y se puede disfrutar de ellos. El árbol comparte lo que Es, se carga de frutos y luego los deja ir para posteriormente seguir cargando frutos. ¿Qué pasaría si los árboles no compartieran esos frutos? Se pudrirían sin haber sido aprovechados por nadie, pero los árboles no son egoístas y comparten lo que son con quienes deseen aprovechar lo que ellos dan. Acaparar el amor propio o acaparar el amor de otra persona es ser egoístas, y ese egoísmo no es una característica del Amor ni del Corazón, viene total y absolutamente de la mente pensante. Acaparar amor puede darte algún grado de felicidad, sin embargo, la Libertad de Amar te dará la Felicidad Plena porque serás Tú Misma a Plenitud.

                  Allí Anclado en tu Corazón reside El Amor... El Magno Poder. Atrévete a descubrirlo. ¡Despierta!
                  Autor:Waldylei Yepez

                  • Tinguinaki

                    El ser humano, en su afán incansable de modificar todo aquello que no le agrada del mundo y de sus semejantes sostiene la idea de que es fundamental que los demás sean quienes cambien, para que las cosas puedan mejorar.
                    Pero es aquí cuando surgen interrogantes como: ¿y nosotras? ¿Por qué no nos damos también esa oportunidad de cambiar? ¿Acaso nuestras conductas y actos son siempre las mejores?
                    A veces resulta más fácil diagnosticar a los demás y opinar sobre lo que se debe hacer que inmiscuirnos en el asunto y comenzar por casa. Si nos diéramos a esa tarea sabríamos que la imagen que tenemos de nosotras no siempre suele corresponder con la imagen que perciben los demás acerca de nuestra persona.
                    La falta de concordancia entre un “yo pienso ser” y un “yo soy” por lo general es grande. La opinión que tenemos de nosotras mismas también puede ser grande respecto a la opinión de los demás acerca de nosotras.
                    Identificar esas diferencias no es sencillo: debemos buscar las percepciones acerca de nosotras mismas que tienen las personas que comparten más tiempo con nosotras, para a posteriori, compararlas con la autoimagen que hemos construido y poder realizar un balance del estado de correlación que hay entre el pensamiento de nuestros seres queridos y el nuestro.
                    Cuando buscamos sus opiniones y percepciones, conviene darle mayor relevancia a las características de personalidad que más repetidamente nos otorgan, así buscaremos librarnos un poco de la carga subjetiva que nuestras valoraciones tienen, para reconocernos tal y como somos, sin arandelas ni adornos, sólo con nuestras virtudes y defectos a flor de piel.
                    Descubrirse a si misma no es fácil, por algo existen frases como “conócete a ti misma y conocerás al mundo”, pero eso de descubrirse sin escisiones también implica el descubrirse a partir de las demás, pues si ellos no importasen, simplemente viviríamos en una isla desierta absolutamente solas.
                    Exteriorizas lo que eres... no olvides que tus actos son los que te definen.
                    Cuento Contigo

                    • Tinguinaki

                      Dios está contigo
                      Cuando el caminar parezcapedregoso y difícil.Cuando las ofensas traten de herirte.Cuando las palabras no salgan,y no puedas hablar.Cuando todos te condenen.Recuerda: Dios está contigo.
                      Cuando la inseguridad te agobie.Cuando el dolor y la amargura te invadan.Cuando parezca que te han abandonado.Cuando la enfermedadse vuelva agresiva.Recuerda: Dios está contigo.
                      Cuando seas perseguidoy humillado.Cuando prediques la Palabra y creas que no la han recibido.Cuando el caminar parezca doloroso.Recuerda: Dios está contigo.
                      Cuando hablen mal de ti.Cuando te sientas débil.Cuando te sientas solo.Cuando digas: "No puedo más"
                      Recuerda: Dios está contigo.

                      Ver todos los mensajes de este muro


                      Para poder dejarle un comentario a este usuario debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.