«Godot sigue sin venir. Vademécum de la espera», de Miguel Albero —Editorial Páginas de Espuma—

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«Godot sigue sin venir. Vademécum de la espera», de Miguel Albero —Editorial Páginas de Espuma—Esperamos nueve meses en el vientre de nuestra madre mientras afuera, con suerte, nos espera mucha gente. Esperamos cumplir la edad que indica el sistema de educación para comenzar nuestro aprendizaje (he sufrido especialmente esta espera en mi vida). Esperamos que la chica o chico que nos gusta nos devuelva alguna de nuestras miradas (y no. ¿Qué haríamos si eso sucediera?). Esperamos que nos tomen en un trabajo para el que nos hemos propuesto. Esperamos que salga la documentación para poder irnos del país (o quedarnos en el que estamos). Y otros esperarán el día que nos muramos para darle sepultura (santa o no) a nuestro cadáver.

La vida está llena de esperas; mejor dicho, es una sucesión de esperas, pero ¿cuánto sabemos realmente de ella? «Godot sigue sin venir. Vademécum de la espera» de Miguel Albero (Páginas de Espuma) es una obra llena de humor y de luz que intenta abordar una reflexión en torno a la espera, con el deseo de entenderla y desentrañar las razones por las que todos los humanos la aceptamos resignados y pacientes.

Este libro se ha hecho recientemente con el VII Premio Málaga de Ensayo y ha sido considerado por el jurado como un «apasionante recorrido por la espera«. Y lo es. En él Miguel Albero nos lleva de la mano a través de las diferentes formas y matices que adquiere la espera en nuestra vida y nos ofrece, a modo de Vademécum, algunas posibles formas de evitar la agonía que esa espera infringe sobre nuestro equilibrio emocional.

Las esperas nuestras de cada día

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Vivimos en un sistema que nos inocula la necesidad de esperar. No sólo nuestra vida se encuentra en sí misma atada a la espera por cuestiones naturales sino que, además, dependiendo del poder y estatus que tengamos dentro de la sociedad nos veremos atados a toda serie de dilaciones, algunas más engorrosas que otras. Desde esperar para pagar una compra en el supermercado hasta mantenernos en estado de espera porque hemos solicitado un permiso al ayuntamiento y aún no han tenido la amabilidad de respondernos. Y es que, como lo expresa Albero, la espera es uno de los métodos de manipulación por antonomasia; es decir que una de las formas de demostrar cuánto poder tiene un individuo sobre otro es haciéndole esperar. Porque mientras espera mantiene la esperanza de que su jefe llegue, o bien la ilusión de que finalmente le den ese permiso y llevar a cabo los planes que tenía pensados.

De un punto a otro. De los mitos a la literatura actual, desde Sócrates hasta Andrés Neuman pasando por Franz Kafka. Desde la forma en la que nos relacionamos como individuos con el amor (espera amorosa) hasta la manera en la que nos convencemos de que después de esto habrá otra vida (espera absurda), pasando por una de las formas más dolorosas de la espera, la que se le impone a un individuo al privarlo de su libertad (la espera angustiosa). Albero va picoteando nuestras debilidades hasta dejar al descubierto nuestra constante debilidad: la necesidad de esperar para creer, para amar, para comprar, para vivir.

A lo largo de las páginas de este libro, Albero irá desgranando cómo la espera adquiere formas inusitadas, incluso patológicas e irónicas; y lo hace valiéndose de una prosa directa y sin estrabismos. Algo que se agradece tratándose de un tema tan escurridizo y de un género que siempre se ha caracterizado por los senderos escabrosos y la solemnidad en el uso del lenguaje.

«Godot sigue sin venir. Vademécum de la espera», de Miguel Albero —Editorial Páginas de Espuma—

La espera en la literatura

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Vivimos esperando, porque nos resistimos a la mortalidad. Y es la consciencia de esa escasa durabilidad la que nos lleva a vivir la vida como una sucesión de esperas, con esa ansiedad que a veces impide el disfrute (espera existencial) o que nos lleva a vivir en el terreno de la fantasía (espera absurda). Sea como sea, esa consciencia de estar solos es la responsable de que vivamos palpitando entre una espera y otra.

«El desierto de los tártaros» de Dino Buzzati, «Fragmentos de un discurso amoroso» de Roland Barthes, «El mar de las sirtes» de Julien Gracq y «La espera» de Ginevra Bompiani, son tan sólo algunas de las obras que le sirven de timón a Albero para hundirnos en las reflexiones acerca de esa espera que es una constante en toda nuestra vida. A su vez, adquieren corporeidad en estas páginas los pensamientos de los autores principales de la mitología griega y romana y también escritores como Jorge Luis Borges, Franz Kafka, Margaret Atwood y muchos otros que meditaron en torno a este mismo tema usando para ello la ficción. Y es que como lo intentan muchos ensayos sin conseguirlo, también este vademécum funciona como una maravillosa lista de recomendaciones interesantes que al aparecer abren en varios caminos el discurso del libro y el hilo de nuestros pensamientos. Se me ocurre que una interesante forma de encarar esta lectura y apaciguar la espera puede ser continuar la reflexión yendo a esas muchas lecturas que propone Albero en este libro.

«Godot sigue sin venir. Vademécum de la espera», de Miguel Albero —Editorial Páginas de Espuma—

La literatura se ocupa desde hace mucho tiempo de la espera y ha intentado explicarla a través de tres caminos que devienen en tres tipos de esperas existenciales: la espera del enemigo imaginario (de una entidad que no existe o sí pero que se desea con ahínco que no llegue para que no interrumpa el acto de esperar), la espera del absurdo (todo se da normalmente pero la espera continúa y se posterga infinitamente) y la espera del hastío (la infinita postergación la ha convertido en espera de nada). Las cuales podemos encontrar en numerosas narraciones e incluso comprenderlas como todo un método de creación.

Y en este punto vale la pena hablar sobre la espera como recurso para acercarse al espectador, explotado también desde tiempos antiquísimos. Entre la numerosas apuntes que ofrece Albero me ha resultado muy interesante la diferenciación que establece entre el concepto de suspense (estrategia mediante la cual un creador consigue captar la atención del lector y hacerle vivir de forma intelectual y emocional una historia) y misterio (una serie de técnicas que le permiten al autor ofrecer en cuentagotas las diversas resoluciones del conflicto y que mantiene al lector atento de una forma meramente intelectual) En el primero, las consecuencias pueden ser más profundas; más allá de la historia, el lector vivirá lo que esta representa. Por supuesto, es inevitable (y Miguel no lo hace; evitarlo, digo) dar el ejemplo de Hitchcock y de Poe, porque seguramente no halla maestros más idóneos en el mundo del cine y la literatura para representar el suspense que ellos. (Más referencias a las que prestarles atención).

Y llegamos a Samuel Beckett, sin el cual, posiblemente, no existiría este libro tal cual lo conocemos. Beckett le dedicó a la espera la obra que da título a este libro y que se caracteriza no por contarla o intentar explicarla sino por ser en sí misma espera: unos pocos personajes esperan a Godot que nunca llega, y sigue sin hacerlo desde hace más de medio siglo. Cambia la escenografía, los actores, el idioma incluso, pero se mantiene esa ausencia que se materializa en espera, poniendo nerviosos a los espectadores y ofreciendo a los eruditos mucho tema de conversación. Y concluye Albero declarando que esta obra del irlandés podría ser la primera que no trata la espera como si se tratase de un material literario, sino que es en sí misma «espera».

El humor que interrumpe la espera

Este no es un libro de ensayo al uso, más bien es una interesante reflexión que se vale del humor para ir plasmando las muchas formas en la que los humanos nos enfrentamos a la espera. A través de la ironía y la reiteración, Albero construye un texto que roza la picardía pero se apoya en la reflexión y nos lleva a ahondar en la importancia de construir sobre buenos cimientos, ya sea en el arte como en la vida.

El propio título ya da juego al pensamiento (y a la risa); si tenemos en cuenta que un vademécum es ese libro que se utiliza en medicina para dejar plasmado el uso que debe darse a ciertos medicamentos, podríamos decir que este libro sirve como una forma de leer la espera pero no sólo de explicarla, sino también de buscar (o dar) soluciones para ella; como la literatura lo ha intentado, quizás sin conseguirlo del todo.

Y Albero se aferra a términos alucinantes, llenos de luz y de sentido como esperanza, paciencia, sorpresa, expectativa y les da la vuelta; porque no sólo todo lo que reluce no es oro, sino que incluso el valor que le dábamos al oro quizá fuese exagerado. Del mismo modo que pueden escribirse maravillosos ensayos usando el humor que es, sin duda, la mejor herramienta para activar el raciocinio.

Los animo a que se hagan con este maravilloso libro que no es para eruditos sino para criaturas sintientes y sentidas. ¡Lean «Godot sigue sin venir. Vademécum de la espera» y llenen sus tiempos de espera con la mejor actividad que ayuda a darle la vuelta a ésta, según Albero, la lectura!

«Godot sigue sin venir. Vademécum de la espera», de Miguel Albero —Editorial Páginas de Espuma—Godot sigue sin venir. Vademécum de la espera.

VII Premio Málaga de Ensayo

Miguel Albero

Editorial Páginas de Espuma, 2016

ISBN: 978-84-8393-196-7

304 páginas

18 €

 

Comentarios1

  • Rapsodico

    No suelo leer ensayo y me parece que toca cambiar el chip y no dejar de lado este apasionante género. Gracias por tus aportaciones, Tes.



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