El próximo 18 de junio se cumplirá un año de la muerte de José Saramago. Su ausencia, como tantas otras, es advertida y sufrida a diario por su entorno más cercano, pero también los aficionados a la literatura que solían admirar su labor como escritor añoran esas épocas en las cuales había materiales de Saramago por descubrir.
Si bien es imposible retroceder el tiempo y hacer que el corazón del Nobel portugués vuelva a latir, sí se pueden realizar actividades para sentirlo cerca y comprobar que su espíritu sigue vivo en su legado.
La lectura dramatizada que viene haciendo un grupo de mujeres en base a la obra del creador de «Memorial del convento» y la preparación de la novela que el talentoso intelectual nacido en noviembre de 1922 no pudo concluir son, por ejemplo, propuestas que mantienen vigente su figura.
Respecto al lanzamiento del relato inédito, su viuda, Pilar del Río, le aseguró a la agencia EFE que la editorial Alfaguara está detrás de su publicación en los países de habla hispana. Si no hay cambios al respecto, el libro, basado en el tráfico de armas, será difundido en 2012 bajo el título que le dio su creador: «Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas».
Además, la mujer reveló que se planea rendir homenaje a su difunto compañero por medio de varios actos, siendo el central el evento que se llevará a cabo en Lisboa el próximo sábado. Ese día, recoge el diario «ABC», se depositarán las cenizas del escritor frente a la sede de la fundación que lleva su nombre y preside Del Río.
Los restos, confió Pilar, serán enterrados «bajo las raíces de un olivo que se ha traído desde Azinhaga, la aldea natal de José» y serán custodiados por una gran piedra de mármol que lleva impresa la frase «No subió a las estrellas porque pertenecía a la Tierra».
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