La importancia de llamarse Ernesto de Oscar Wilde

«The importance of being Earnest» (o «La importancia de llamarse Ernesto», tal su título en español), es una comedia dividida en cuatro actos (aunque algunas ediciones la organizan en tres) que el autor irlandés Oscar Wilde escribió en 1895.

Con el tiempo, este material cuyo argumento gira en torno a las costumbres y particularidades de la sociedad de la Inglaterra del siglo XIX, fue traducido a una gran cantidad de idiomas y tuvo varias versiones cinematográficas.

Pese a su antigüedad, esta obra de teatro que, en algún momento, fue presentada como «una comedia banal para gente muy seria», aún genera curiosidad y fascina a miles de seres humanos por las características que posee.

Es que esta propuesta que comienza a desarrollarse a partir de que se empieza a cuestionar la identidad de un visitante llamado Ernesto, al aprovechar los dobles sentidos de algunas palabras y el significado social de ciertos términos, plantea con el lector/público una complicidad simpática.

Además, a medida que la trama avanza, «La importancia de llamarse Ernesto» deja al descubierto la hipocresía de la sociedad victoriana y cuestiona, siempre desde la perspectiva del humor, los valores que se defendían por entonces.

Respecto a la particularidad de incluír en la historia palabras con más de una interpretación, hay que decir que, ya desde el título, el también creador de relatos como «El príncipe feliz» puso en evidencia esa intención. Al oír el nombre de este exitoso trabajo en inglés, uno no sabe si se trata del nombre de una persona o bien de una referencia a la seriedad, ya que «Ernest» (Ernesto) y «earnest» (Serio) son palabras idénticas en materia fonética. De ahí, por ejemplo, que, en algunas traducciones, se presente la obra como «La importancia de ser severo» o «La importancia de ser Frank» (ya que, en catalán, «franc» significa franco o sincero).

Comentarios3

  • Elsy Alpire Vaca

    Excelente artículo donde permite al lector dar varias interpretaciones sobre lo que alude, es decir el nombre "Ernesto", bien como cualquier otro nombre lleva implícita la posibilidad de interprtarse conforme se entienda o se quiera pronun ciar, lo que nos indica que el lenguaje de las personas sigue sien do la base principar para extender sus pensamientos. Gracias amigo.

  • julio dominguez

    si a mi tambien me facina la obra, desde que lei la comedia tengo un hermano que se llama ernesto jajaja...

  • Graciela Dantes

    Muy buenas las observaciones.



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