Mary Wollstonecraft, la voz que se adelantó a todo un movimiento

Foto: The New York Public Library.

Que el feminismo tiene buena salud es algo que sabemos todos. Y, sin embargo, a veces me da la sensación de que sigue faltándonos una genealogía, un canon propio que nos sirva para plasmar las razones por las cuales fue necesaria su existencia, las razones que han cambiado con los años, los nombres que hicieron posible que este último año haya habido tantas manifestaciones a favor de la igualdad y la lucha social-sexual. Digo Mary Wollstonecraft y no parece haber tanto eco, como si muchos quisieran desterrarla al papel de madre de Mary Shelley. Es evidente que no habría sido posible «Frankenstein» sin Wollstonecraft, pero no porque ella haya sido la progenitora de Shelley, sino porque la autora de «El moderno Prometeo» se sintió sumamente inspirada por el pensamiento y el trabajo de su madre y se comprometió así con la causa feminista (antes de que el feminismo fuera puesto en palabras). Evidentemente Mary Wollstonecraft se merece nuestra atención y al movimiento feminista le faltan más nombres como el suyo (con planteos contundentes y buenas argumentaciones).

Mary Wollstonecraft, más allá de madre de nuestra adorada Shelley

El 27 de abril de 1759 nació en Spitalfields (Londres) Mary Wollstonecraft. A pesar de haber vivido una infancia donde los malos tratos y el peso del patriarcado dejaron su huella, intentó una vida distinta; para ella y para las que venimos después.

Wollstonecraft fue una mujer fiel a sus ideas. Lo abandonó todo (y esto representa sobre todo una estabilidad socioeconómica) para convertirse en escritora en una época en la que este era un oficio difícil, y absolutamente insólito que una mujer se dedicara a él. Pese a su coraje y a su labor, fue olvidada.

Durante muchísimo tiempo sus textos y su labor feminista fue anulada por el patriarcado, porque se visibilizó su empeño en vivir una vida fuera del sistema y no convencional y eso, en una época arraigada en las tradiciones, generó un desprecio por ella y el posterior olvido de su nombre. A Virginia Woolf le debemos su regreso al pedestal del que nunca tendrían que haberla bajado.

Wollstonecraft es para muchos la primera feminista. En sus cuentos, ensayos, novelas y cartas dejó bien clara su posición respecto al mundo. Rechazó la desigualdad entre hombres y mujeres e intentó hacerle entender a una sociedad retrógrada que la única diferencia que existía entre ambos sexos era consecuencia de un mecanismo cultural: donde los hombres accedían a la educación y las mujeres eran privadas de ella, condenadas a vivir encerradas en casas, escuelas y hospitales como madres, cuidadoras e institutrices.

Una de sus obras principales, «Vindicación de los derechos de la mujer», publicada en 1792, permite acercarse en plena forma a sus virtudes intelectuales y a su escritura. Critica en ella el hecho de que las mujeres no sean tratadas como seres racionales y propone una nueva estructura social donde el hilo conductor no sea la religión sino la razón. Sobre esta idea volverá en otros de sus libros.

La obra de Wollstonecraft

Sus ideas no se limitaban al papel, vivía de forma consecuente a lo que creía. Llevaba una vida de relaciones no convencionales; rechazó la vida en monogamia y se aventuró en relaciones conflictivas y mal vistas, en una época donde las apariencias lo eran todo.

Entre las relaciones que se le conocen se encuentran las que mantuvo con Henry Fuseli y Gilbert Imlay; con éste último tuvo una hija, que trajo consigo una depresión posparto y complicaciones emocionales y existenciales para Wollstonecraft. No obstante superó el malestar.

Después de separarse de Imlay se casó con William Godwin. Parecen haber tenido una relación saludable: vivían en casas separadas y se llevaban muy bien; cada uno podía desarrollar de forma libre su profesión. El de Mary, la escritura, ocupaba gran parte de su vida. William era filósofo, un intelectual ligado al anarquismo que en sus memorias dejó escrita su profunda admiración y amor por Wollstonecraft.

En ese punto de su vida se hallaba Mary: una intelectual que iba cobrando independencia y peso en un mundo difícil de masticar cuando se quedó embarazada de Godwin. Tenía treinta y ocho años y falleció mientras daba a luz a una de las grandes escritoras que ha tenido la literatura anglosajona, Mary Shelley. La historia ocultó la carrera brillante de Wollstonecraft. Pero nada es para siempre; tampoco los malos momentos ni las actitudes necias.

Su mirada crítica con la feminidad convencional y su vida cerca del deseo y lejos de las normas fueron elementos que la historia de la filosofía y la literatura tuvieran en cuenta para mantenerla fuera del canon durante más de un siglo. Así se manejan estas cosas: adelántate a tu tiempo y no serás recordado, salvo que tengas la suerte de que alguien mucho más tarde, también adelantado a su tiempo, decida recuperar tu memoria, hacer justicia. Ese alguien, en el caso de Mary Wollstonecraft fue Virginia Woolf quien la consagró como la primera mujer feminista de la historia.

¡Tenemos que leer más y mejor a Mary Wollstonecraft! Hoy puede ser un buen día para comenzar ya que recordamos la fecha de su fallecimiento: el 10 de septiembre de 1797. ¡Siempre viva nuestra Wollstonecraft!

 



Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.