Muchos son los escritores especializados en novela policíaca que no dudan en proceder a crear a investigadores con un magnetismo especial para que protagonicen sus obras. Y esto es lo que ha hecho el autor gaditano Juan Bolea, que creó a la inspectora Martina de Santo.
Ese personaje se ha convertido en uno de los amados por sus lectores, que la pueden encontrar en numerosas obras.
Si tú eres uno de esos incondicionales de dicha pluma o si tienes curiosidad por conocer a esa mujer inteligente y sagaz, aquí tienes algunas de las últimas obras que se han publicado teniéndola como eje central:
La melancolía de los hombres pájaro
En el año 2011 fue cuando vio la luz esta novela que arranca con un asesinato: el de una joven llamado Gloria. Esta es hija de un importante abogado criminalista llamado Labot.
Pasado un tiempo de ese crimen, Labot junto a su esposa acudirá como invitado a la inauguración del hotel de su cuñado, un polémico empresario llamado Camargo, en la isla de Pascua. Un importante evento al que también asistirá la famosa escritora Úrsula Sacromonte, el embajador de España en Chile y la inspectora Martina de Santo.
La inauguración ha sido perfectamente organizada y va a tener lugar durante la noche en la que sucede un eclipse. Pero algo más acontecerá. Y es que durante los escasos cinco minutos que dura ese fenómeno, se produce un nuevo asesinato. Un crimen que estará relacionado con el anterior y que hará que la investigadora tenga que poner en marcha toda su profesionalidad para dar con el responsable.
Pero no lo tendrá nada fácil, pues entrarán en escena desde el diario de la primera fallecida hasta un yacimiento arqueológico pasando por la existencia de un hijo bastardo que podría acabar con la reputación familiar.
El oro de los jíbaros
Otra de las últimas novelas escritas por Juan Bolea y protagonizada por Martina, es esta otra que vio la luz en el año 2013.
La misma cuenta que la inspectora tendrá que enfrentarse a un caso realmente peculiar. Nos estamos refiriendo al de la desaparición de dos personas, cuyo rastro ha desaparecido por completo. Lo único que ha quedado como pista son sus cabezas reducidas.
A partir de ese momento, la protagonista iniciará una investigación que también tendrá un matiz personal. Y es que recibirá la carta de un amigo en la que le pide ayuda, en la que le expone que se siente amenazado.
Pero eso será solo el punto de partida del caso. Desde ahí la inspectora se verá en la necesidad de conocer a fondo la práctica de la reducción de cabezas realizadas por los jíbaros e incluso de descubrir figuras importantes en ese sentido en la historia como la de Juan Gastón. Es más, tendrá que viajar hasta el corazón del Caribe para poder encontrar más datos y pistas que le lleven a dar con el responsable de todo lo que está sucediendo.
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