Segovia, tierra de inspiración para Antonio Machado

Uno de los máximos exponentes de la literatura española de todos los tiempos es el sevillano Antonio Machado, un gran poeta inmerso en la Generación del 98 que nos ha legado versos de indudable belleza y significado como los ya conocidos: «caminante no hay camino, se hace camino al andar».

Como decíamos este autor es hijo de Andalucía pero su vinculación con las tierras castellanoleonesas es muy fuerte pues en algunas de sus ciudades ejerció como profesor. Estas le hicieron descubrir nuevos paisajes y nuevas formas de entender la vida a la par que le ofrecieron fuentes inagotables de inspiración.

Aunque es quizás más conocido su paso por Soria, Machado también estuvo unos años en Segovia, en concreto desde 1919 hasta 1932, cuando se trasladaría a vivir a Madrid.

Una época aquella, la segoviana, donde ocupóla Cátedra de Francés del Instituto y en la que entabló amistad con hombres de letras como él tales como Julián María Otero o José Tudela. Asimismo en esta etapa llevó a cabo la escritura de trabajos de gran importancia.

Entre estos destaca la obra Nuevas canciones (1924) en la que reúne un amplio conjunto de poemas caracterizados y definidos por su carácter breve y su sencillez lingüística. Una recopilación de textos en los que estará muy presente el tema del amor, y, en concreto, el recuerdo a su esposa fallecida.

En estos años, Machado empieza a apasionarse cada vez más por el teatro y fruto de ello es la obra Desdichas de la fortuna o Julianillo de Valcárcel, que publicó en el año 1926 junto a su hermano Manuel.

En él se narra la historia de un hijo bastardo del Conde Duque de Olivares, llamado como el nombre del libro, que es obligado a dejar su vida tranquila y a su amor (Leonor) para vivir enla Corte. Una circunstancia que le abatirá.

Entre la escena y el verso

Dos años después de aquella historia llegaría a engrosar la bibliografía de este autor un nuevo trabajo teatral: Las Adelfas. Un relato en el que se narra la vida de la joven viuda Araceli, Duquesa de Tormes, cuyo marido acaba de suicidarse. Ella necesita saber cuáles fueron los motivos que llevaron a su esposa a tomar tal decisión y por ello intenta analizar los hechos con un amigo médico, quien la ama en silencio.

Como vemos, un importante número de ingredientes que consiguen enganchar al lector o al espectador según se mire.

En 1929 se publica otra de las obras teatrales de dicho autor y su hermano: La Lola se va a los puertos. Un trabajo que logró gran éxito popular y que contaba como un padre y un hijo llegan a enamorarse de la misma mujer.

Pero el alma poética no deja de estar presente en Antonio y por ello saca al mercado una edición de Poesías completas. Un libro este en el que se reúnen un conjunto de rimas, de poemas, de muy diversa índole, desde filosóficos hasta eróticos. Estos últimos inspirados por el que fuera el último gran autor, la también poeta Pilar de Valderrama.

Como vemos, la estancia de Machado en Segovia fue importante para su bibliografía pues creó durante ella algunas de sus obras más aclamadas. Asimismo este período en tierras castellanas le valió para fundar, junto a otros autores,la Universidad Popular Segoviana.

Del mismo modo, esta etapa será especialmente vital para el sevillano pues durante ella será nombrado miembro de la Real Academia y además conocerá a la citada Valderrama.

De todas estas vivencias aún en Segovia se mantiene la esencia gracias a la Casa Museo de Antonio Machado que existe, la vivienda en la que, de modo humilde, vivió unos años de gran aprendizaje y prolijidad.



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