Nuevos escritores mexicanos

México no sólo es el país donde se lleva a cabo la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, una de las más importantes de todo el mundo en lo que respecta a literatura hispanoamericana, sino que además es la tierra donde han nacido escritores de prestigio, como Juan Rulfo, Octavio Paz, Laura Esquivel y Ángeles Mastretta. Como país latino ha sufrido los embistes de la dictadura y la violencia y muchos de sus autores han dejado constancia de esa parte atroz y tristemente inolvidable de la historia. Sin embargo, la literatura actual de México van mucho más allá de esas realidades colectivas, ¿Quieren saber de qué se escribe hoy en este país? ¡A leer entonces!

México y el narcotráfico

Narcotráfico, inmigración y guerra son tres palabras que están íntimamente ligadas a la literatura de Centro América, sin embargo los autores de hoy se alejan un poco de esas temáticas, quizás trilladas en demasía, para meterse en una realidad mucho más intimista, en las historias mínimas escondidas en los rincones menos conocidos del país y relatar las violencias familiares e íntimas que en ellos habitan. Las nuevas voces mexicanas muestran una común necesidad de alcanzar una identidad que unifique cada uno de esos rincones, en un mundo globalizado y acelerado.

La narcoliteratura consiste en un género lúgubre y tenebroso donde los protagonistas son siempre maleantes, prostitutas con vidas que parecen indivisibles de las palabras miedo y muerte; son siempre historias violentas, corruptas en mundos sórdidos y llenos de incertidumbre. Sin embargo, pese a que existen muchos autores que cultivan este género en México, existen otros que han dejado atrás esos tópicos para escribir sobre realidades menos abarcativas, individuales pero no por ello menos complejas y tristes.

Según el escritor mexicano Emiliano Monge existen dos tipos de narcoliteratura, la policial y la literaria, la primera se centra en el desarrollo de las historias desde un punto de vista criminológico, intentando desvelar a los asesinos y de hacer justicia, mientras que la narcoliteratura literaria trabaja sobre los escenarios, espacios donde transcurren historias de amor, emigración y también actos viles y crueldad; ambas tienen a la violencia como uno de los elementos fundamentales, porque ella se encuentra presente no sólo en las sociedades sino en los universos íntimos.

Márquez y Villafuerte, violencias individuales

Entre los autores actuales mencionaremos a dos imprescindibles, César Silva Márquez y a Nadia Villafuerte.

César Silva Márquez consiguió pintar con la obra «Una isla sin mar»  a una ciudad Juarez cada día más fantasmagórica, donde todas las personas huían y quienes se quedaban estaban condenados a nadar en un mundo lleno de incertidumbres y donde la palabra futuro parecía inalcanzable.

Nadia Villafuerte por su parte publicó recientemente la obra «Por el lado salvaje» publicada por Ediciones B, la cual ya desde el comienzo te ata de pies y manos, con las palabras adecuadas para expresar lo que casi no tendría palabras para ser dicho. Nadia consigue atraparte desde la primera carilla de esta obra al decir:

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Existen otros autores como Yuri Herrera quien se basa en los silencios y un lenguaje norteño para contar historias íntimas, llenas de incertidumbre y desasosiego. Publicó recientemente su primera novela titulada «Trabajos del reino» una obra que se escapa de todos los clichés para enfrentar al artista con el poder. Una novela seguramente exquisita de un autor que resulta prometedor.

Hay otros autores que podríamos mirar y leer, como Carlos Velázquez («La biblia vaquera) o Antonio Ortuño («La señora de rojo»). Este último está convencido de que la literatura ha sido creada para contar las historias de las personas más que de los grupos, lo cual indefectiblemente se encuentra unido, porque seguramente para poder comprender la verdad de una sociedad es necesario analizar los universos individuales y de este modo llegar al fondo de los conflictos.

Otros autores se alejan aún más de la realidad del narcotráfico y de la violencia colectiva y se acercan a otras, tal es el caso de Luiselli que en «Los ingrávidos» reconstruye una vida colapsada por el violento paso del tiempo, o Guadalupe Nettel que en «El cuerpo en el que nací», narra el desarrollo emocional de un pequeña que se cría en una familia de exiliados, una novela un poco autobiográfica, llena de sentimientos y que roza la melancolía.

Autores actuales y globalización

La globalización juega un papel bastante fundamental en la nueva narrativa, donde los personajes viajan desde New York a Ciudad de México con la misma facilidad con la que se mueven dentro de los barrios de su ciudad.

Los cambios tecnológicos transforman nuestras sociedades y la literatura también debe adaptarse a ellos para ser fiel a la realidad, para no seguir contando historias de otra era, sino para decir aquello que el propio autor percibe en su medio.

Dejar la narcoliteratura para dedicarse a obras llenas de intimidad, de violencia familiar y de historias mínimas, es el gran paso que está dando la literatura mexicana, demostrando una vez más que de este país surgen autores que pueden motivar cambios revolucionarios en la realidad literaria de todo el globo.

 

Los nuevos autores se empeñan en renovar la imagen literaria de México, se alejan de nombres como Rulfo o Paz y se acercan a la lectura de José Emilio Pacheco, Jorge Ibargüengoitia y Sergio Pitol.

De todas formas lo que más caracteriza la obra mexicana del ahora es que no se trata de un movimiento (sería difícil agrupar a estos jóvenes autores en un mismo grupo, siendo que sus estilos y sus ambiciones son tan diversos) sino de voces individuales que narran historias absolutamente diversas.

Posiblemente esto tenga relación con aquello que expresa Monge de que todos los autores son cazadores de historias en parajes donde habitan bestias, pero es tan inmenso ese paraje y son tantas las realidades que deben ser contadas que estos autores no se rozan, cada uno lleva a cabo su labor sin irrumpir en el universo literario de los otros, «sin compartir presas ni armas de fuego«.



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