El cine y la literatura, en la obra de Jean-Claude Carriére

La Historia, el Cine, el Teatro y la Literatura. Estas son las tres pasiones del escritor francés Jean-Claude Carriére que a lo largo de toda su carrera siempre ha apostado por las tres en igual medida, pues las necesita para sentirse pleno y para poder desarrollar toda su imaginación y fantasía. Un elemento este último que es el que ha determinado que dentro del ámbito de las palabras esté considerado como un ferviente seguidor de lo que se da en llamar surrealismo francés, que ha sido precisamente el que le ha valido para trabajar con directores de la talla del español Luis Buñuel.

Entre las obras más significativas de Carriére podemos encontrar, por ejemplo, Viva María. En el año 1966 se decidió a publicar este trabajo que gira entorno a la figura de dos mujeres, llamadas María, que en un momento de sus vidas muy concreto descubren el striptease. En 1910 es cuando transcurre este hecho que convertirá en auténticos fenómenos de masas a estas féminas que incluso llegan a conseguir que durante su actuación el público se implique tanto que acabe desnudándose de igual manera.

De la misma forma, además de esta circunstancia, una de las dos protagonistas vivirá una situación personal muy complicada pues se enamorará perdidamente de un revolucionario y eso le supondrá que se vea inmersa en una revuelta campesina.

La Historia y Carriére

Sin duda alguna, uno de los libros más interesantes y de mayor calidad que forman parte de la bibliografía de este autor que nos ocupa es el que lleva por título La controversia de Valladolid. En el año 1998 fue cuando vio la luz dicha narración, llevada a los escenarios teatrales, donde se acerca al lector a uno de los acontecimientos históricos más relevantes que tuvieron lugar respecto a la conquista de América.

En concreto, se nos da cuenta de que la citada conquista trae consigo que el Papa tenga que llevar a cabo, en 1550, un edicto donde debe establecer hasta qué punto se deben respetar los derechos y la cultura de los nativos. Para poder realizarlo de la manera más sabia requerirá la ayuda y el consejo de dos figuras a través de las cuales se puede descubrir la actitud imperialista de la época o el importante peso de la Iglesia.

Uno de los consejeros será Bartolomé de las Casas que aboga en todo momento por defender la cultura de los indios así como por no utilizarlos como esclavos. Y frente a dicha actitud se encontrará el segundo hombre de confianza del Papa, Ginés de Sepúlveda, quien tiene una postura muy radical sobre este asunto.

Y es que bajo su punto de vista hay que llevar a cabo un duro proceso de evangelización y de supresión de todos los valores y elementos culturales que definen a dicha población indígena.

A ambas obras hay que unir una que realizó Jean-Claude Carriére junto al director de cine Milos Forman y que fue la que le valió a este último para llevar a la gran pantalla la correspondiente película. Nos estamos refiriendo a Los fantasmas de Goya, de 2006.

La España de finales del siglo XVIII es el escenario donde transcurre esta historia en la que se nos da cuenta de cómo el citado Goya se ha convertido en el pintor de la Corte y por delante de él aparecen muchos personajes que desean ser retratados. Este será el caso de Inés Bilbatua, que es la hija de un amigo suyo, o de Lorenzo Casamares, un dominico perteneciente al Santo Oficio. Este se enamorará de aquella y eso dará lugar a un complicado conjunto de tramas donde la muerte, la pasión, las venganzas y la Inquisición serán las protagonistas.



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