Libros más abandonados en hoteles

En todos los hoteles debería haber una biblioteca. Si con la cantidad de libros que se abandonan en estos lugares se crearan salas de lectura, imagino que podrían llenarse fabulosas estanterías. Bibliotecas conformadas por los más olvidados.

Aunque, ahora que lo pienso mejor, no sé si bibliotecas… Habría demasiadas versiones del mismo libro. Sí, por diversos que seamos los humanos, parece que los títulos que se abandonan parecen reincidir.

Así lo demuestra un estudio realizado por Goodreads donde se dejó en evidencia que somos muchísimas las personas que abandonamos lecturas sin terminarlas y que las razones por las cuales lo hacemos no son tan diferentes entre unos y otros.

Por otro lado, según la estadística desglosada de dicho estudio, entre los títulos más abandonados hay muchos bestsellers que han vendido cantidades de volúmenes y autores que gozan de un determinado prestigio. Si al final va a ser cierto que no todo lo que reluce es oro… 😉

Los libros y los hoteles

Cuando viajamos, la lectura es nuestra fiel compañera, pero si nos resulta mala ¿por qué permitirle semejante lujo? Esto se preguntarán todos aquellos que dejan libros a medio leer, abandonados sobre las mesitas de luz de cualquier hotel. Con sus huellas digitales, sus manchas de café y la página señalada con un recibo de alguna compra rápida, incluso de la del propio libro.

Los hoteles están llenos de libros que alguien (muchos alguienes) se han dejado olvidados, mejor dicho, abandonados. Libros esperando por alguien que los rescate; aunque, lamentablemente la mayoría de ellos van a parar a los contenedores de basura (con suerte en los de color azul)…

Este hecho innegable fue el que llevó a que la red social para lectores, Goodreads, realizara una infografía en base a una encuesta sobre las razones por las que las personas abandonamos ciertas novelas. Los resultados me han resultado sumamente interesantes y creo que es un tema digno de comentar.

Dicho estudio recibió el nombre de «La psicología del abandono» y permitió conocer las causas más comunes por las que los lectores deciden dejar de leer un libro y cuáles son las razones que los llevan a continuar leyendo, aún si el libro no les atrapa lo suficiente.

Razones para abandonar un libro

Según las respuestas, las principales razones por las que un lector abandona un libro son: que le resulte lento o aburrido (el 46.4 % dio esta respuesta), que posea una escritura pobre (el 18.8 %) y que sea extremadamente estúpido (el 8.8%). El resto deja de leer porque considera que el argumento es ridículo, porque no empatiza con el personaje principal o por una combinación del resto de las razones mencionadas.

No obstante, no todos dejan la lectura a la mitad cuando no les interesa. Muchos lectores leen hasta el final cueste lo que cueste. ¿Por qué? Porque les gusta terminar las cosas (el 36.6 %), porque les intriga saber cómo termina todo (el 25.2 %) o porque consideran que un libro debe juzgarse por su final (3.2%). Otros lo hacen porque están comprometidos con la serie o el autor o por mero acto compulsivo.

¿En qué página abandonar?

Muchas veces me han preguntado cuándo decido dejar un libro; es decir, a partir de qué página considero que ya no vale la pena intentarlo. Muchos libros comienzan fatalmente y después consiguen remontar, lo que significa que si dejamos de leerlo antes no podremos saber si realmente era o no bueno. Teniendo en cuenta esto es difícil tomar la decisión de abandonar una lectura; sin embargo, si no me siento realmente interesada dejo. A veces en el capítulo 1, a veces en el 10…

Es difícil responder a esta pregunta con exactitud; supongo que en parte depende de cuánto interés tengamos en el tema y el autor y en el tiempo que dispongamos para la lectura. Cuando estamos tapados de cosas para hacer y el tiempo con el que contamos para leer es reducido, seguramente querremos aprovecharlo al máximo, por lo que tendremos menos paciencia para los malos libros que si contáramos con más tiempo.

En lo que respecta a los resultados de la mencionada infografía, el momento en el que se abandona normalmente la lectura es: cuando se han leído menos de 50 páginas (el 15.8%), antes de llegar a las 100 páginas (el 27,9 %), después de las 100 páginas (el 10.6%). De todas formas, hay lectores muy empecinados que leen hasta la última página sin importarles cuánto les aburra (el 38.1%)

De todos modos, estos datos no deberían servirnos como guía para saber el momento de la historia en la que se encontraban; porque no es lo mismo la página 50 de una novela de 500 páginas que la de una de 250 páginas. Por eso decir hasta qué página le damos la oportunidad a los libros me parece demasiado categórico.

Cuando era pequeña no me permitía abandonar las lecturas, consideraba que si lo hacía era una mala lectora o no me interesaba la literatura lo suficiente, así que me obligaba a leer hasta el final todo lo que comenzaba; como si de un deber se tratara. Esta experiencia me lleva a preguntarme por qué algunas personas no son capaces de abandonar una historia a la mitad; creo que aprender a dejar de leer también es importante.

En mi caso, eso ha quedado atrás; aunque no dejo libros en hoteles porque me parece triste para ellos. No obstante, creo que una lectura que no trae disfrute (por mucho que pueda enseñarnos) no vale la pena. Acercarnos a un libro es internarnos en un mundo en el que deseamos estar. Un momento de evasión-inclusión de la propia realidad. Una forma de tener otra vida para poder mirar la propia desde otra perspectiva, para poder entender nuestra realidad y afrontarla como lo que es.

Hay libros que nos atrapan. Lecturas que no podemos dejar. Pero hay otros que son un verdadero hartazgo, porque nos cuesta meternos en ellos o porque la forma en la que han sido escritos no nos llega. Lo curioso es que, por más que los seres humanos somos tan diferentes no es tal la diversidad de libros condenados al olvido. El mismo título es abandonado el mismo día en hoteles diferentes, en diversos puntos del planeta.

Entre los libros más abandonados se encuentran «Una Vacante Imprevista», de J,K. Rowling,; «50 sombras de Grey», de E.L. James; «Comer, Rezar, Amar», de Elizabeth Gilbert; «La chica del dragón tatuado», de Stieg Larsson; y «Wicked, memorias de una bruja mala», de Gregoty Maguire.

Definitivamente, todos los hoteles deberían tener un refugio o santuario a donde fueran a parar esos libros huérfanos que alguien se ha cansado de intentar leer. Así, al menos tendrían una segunda o una tercera oportunidad. ¿Qué culpa puede tener un libro de que su autor no se esmerara lo suficiente o que los lectores no hayamos sido capaces de apreciarlo?