La coma criminal: tan innecesaria como frecuente

Te damos algunos consejos para evitar la coma criminal.

Consejos para evitar la coma criminal

En el mundo de la escritura profesional, ciertos errores pasan inadvertidos; pero otros, como la coma criminal, saltan a la vista. Se trata de una falta de puntuación que, aunque parece menor, puede dañar seriamente la claridad, la elegancia y la eficacia de un texto. Imagina una frase como «Mi jefe, llegó tarde a la reunión». A primera vista, la coma parece inocente, pero en realidad ha cometido un crimen gramatical: ha separado el sujeto del verbo. Este tipo de error es más común de lo que se cree y, por eso mismo, merece atención. En este artículo exploramos qué es la coma criminal, por qué puede afectar seriamente la comprensión de un texto y cómo podemos evitarla.

¿Qué es la coma criminal y por qué es un problema?

La coma criminal es, en términos técnicos, aquélla que se coloca entre el sujeto y el predicado de una oración sin justificación gramatical. Esta interrupción innecesaria altera el ritmo natural de la frase y puede generar confusión o ambigüedad. Es uno de los errores de puntuación más frecuentes tanto en textos académicos como periodísticos, corporativos o incluso literarios.

Veamos un ejemplo claro con una versión incorrecta y una correcta de la misma oración:

poem

En este caso, la pausa introducida por la coma no sólo es innecesaria, sino que entorpece la lectura. El sujeto completo es «Los estudiantes del último curso», y el predicado es «presentaron sus trabajos finales». Separarlos con una coma es un atentado contra la estructura natural del idioma. De ahí el nombre irónico, pero acertado, de «coma criminal».

¿Por qué es tan problemática? Porque rompe el flujo lógico de la oración. Al leer en voz alta, esa coma obliga a una pausa que no corresponde. Al leer en silencio, produce una interrupción en la comprensión, especialmente en frases largas o complejas. Para quien escribe con objetivos profesionales —sea en marketing, en docencia, en divulgación o en narrativa— estos detalles son fundamentales: el texto pierde precisión, fuerza y estilo.

Además, este error afecta la percepción del autor o autora. Puede transmitir descuido, falta de dominio del idioma o incluso una idea equivocada de sofisticación, como si la puntuación excesiva diera un aire más elaborado al texto. En realidad, ocurre lo contrario: enturbia la claridad y mina la confianza del lector.

Hombre joven escribiendo en su ordenador portátil, sentado en una cama

La coma criminal interrumpe y distorsiona el mensaje.

Cómo evitarla y escribir con claridad

Afortunadamente, evitar la coma criminal no es difícil si se entrena el oído gramatical y se desarrolla cierta conciencia estilística. El primer paso es identificar con claridad el sujeto y el predicado de la oración. Una vez localizados, conviene recordar esta regla de oro: nunca se separan con una coma, salvo en casos muy específicos de aclaración o enumeración interna, que no son la norma general.

Una estrategia útil es leer el texto en voz alta. Las pausas naturales del habla no siempre coinciden con las pausas gramaticales. De hecho, uno de los motivos por los que esta coma aparece tan a menudo es que el hablante escribe como habla, introduciendo comas donde hace pausas respiratorias o enfáticas. Pero la puntuación escrita se apoya en reglas diferentes. El oído prosódico puede ayudarnos a identificar ritmos, pero es el análisis sintáctico el que determina si una coma es correcta.

También es recomendable revisar los textos con atención específica en este punto. A lo largo de la edición, es útil preguntarse: ¿qué función cumple esta coma? ¿Está marcando una aclaración? ¿Introduce una enumeración? ¿Separa dos ideas independientes? Si no cumple ninguna de estas funciones, probablemente esté de más.

En caso de duda, conviene consultar gramáticas breves, ejemplos contrastivos o incluso herramientas de corrección que detectan patrones recurrentes. No todas son infalibles, pero pueden servir como una primera advertencia. Y, por supuesto, contar con un corrector profesional cuando el contexto lo requiere siempre es una inversión valiosa.

Por ultimo, recordemos que escribir bien es mucho más que respetar las normas de la lengua: no debería existir un abismo entre nuestros textos y nuestras conversaciones. La clave para la corrección reside más de una vez en preguntarnos «cómo habríamos dicho esto en el habla cotidiana». La escritura debería servir para limpiar los mensajes orales de las pausas de la respiración, las muletillas y las lagunas mentales; pero nunca debería alterar su significado, algo que provoca inevitablemente la coma criminal.

Finalmente, vale la pena recordar que escribir bien no es sólo una cuestión de norma: es una cuestión de respeto. Cada vez que puntuamos mal, estamos haciendo más difícil el trabajo del lector. En cambio, cuando escribimos con precisión y fluidez, favorecemos una lectura clara, cómoda y efectiva.

Mujer joven escribiendo en su cuaderno, junto a su ordenador portátil, sus gafas y una taza de café

Se puede detectar la coma criminal repasando los textos en voz alta.

Comentarios2

  • Pato_iqq

    Gracias, siempre me ha costado la escritura y con mayor razón la ortografía, pero me gusta, me enfocaré de mejor manera para ir aprendiendo como corresponde el uso del lenguaje.
    Saludos

  • Andres Almina

    Precisa y claro! Conclusión, no hay que ser criminal con la "," y es muy bueno recordar. A todos se nos puede pasar. Saludos a todos!!
    "Pensemos y poeticemos con pasión y manifestar lo que hay en el corazón con letras ". A.V.A.N. Me acaba de nacer este pensamiento.



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