Te contamos quién fue Juan Guadalberto Godoy, precursor de la literatura gauchesca.
En 1970 Félix Weinberg publica un texto que ha sido hallado una década antes en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro en 1963. Se trata de Corro, de Juan Guadalberto Godoy, que pasará a considerarse como el primer poema gauchesco, precursora de toda la lírica Rioplatense producida en Argentina y Uruguay durante el siglo XIX. Hasta ese momento, había permanecido en las sombras, pese a que este texto y su brevísima obra poética datase de principios de 1800 y contara con algunos de los elementos por los que después se destacará la poesía gauchesca. A tal punto fue innovadora su obra que podríamos pensar en él como en el primer poeta nacional. ignorado hasta esa fecha y, por lo tanto, desconocida la primacía de fechas respecto de los considerados precursores de la gauchesca, Bartolomé Hidalgo e Hidalgo Ascasubi.
¿Quién fue Juan Guadalberto Godoy?
Entre los nombres que no pueden faltar en un análisis de la literatura gauchesca encontramos el de Juan Guadalberto Godoy, poeta mendocino que viajó por los caminos produciendo payadas y sentando las bases de la que posteriormente se conocería como Poesía gauchesca. Su relación estrecha con los orígenes de este desarrollo estético es contundente. Su poema Confesión histórica en diálogo que hace el Quijote de Cuyo, Francisco Corro, a un anciano que tenía ya noticias de sus aventuras, sentados a la orilla del fuego la noche que corrió hasta el pajonal, lo que escribió a un amigo daría pie al surgimiento de la literatura gauchesca, que tiene entre sus principales características la constitución de versos de arte menor, con rima asonante, y escritos en un tono que está a medio camino entre lo popular y lo literario.
Godoy nació en Mendoza, el 12 de julio de 1793, en el seno de una familia criolla. Desde muy joven sintió el llamado de la política y el pensamiento, y dedicó gran parte de su vida al desarrollo de la escritura y a las labores diplomáticas, llegando a convertirse en un escritor con alta trayectoria y en diputado nacional. Ayudó a su evolución el haberse criado en un contexto de absoluta transformación en el Río de la Plata. Las guerras de independencia y las luchas por la organización nacional empujaron al joven a involucrarse activamente en el movimiento político del país.
Podría decirse que su oficio era el de la palabra: ya sea desde un púlpito o desde una hoja, desde la tribuna política o desde el verso. Lo cierto es que participó activamente en los procesos revolucionarios e independentistas, como militar y como periodista político. En sus exposiciones defendió el liberalismo y se sumó al federalismo; esta postura ideológica provocó que fuese perseguido a lo largo de toda suy vida y que, en diversas ocasiones, tuviera que huir del país para exiliarse en las patrias vecinas: Chile y Uruguay.
Sus ideas políticas lo llevaron a ser perseguido, por lo que se vio empujado a alejarse de Mendoza y refugiarse en la provincia de Buenos Aires. Allí abrió una pulpería, que le serviría para entrar en contacto con el paisanaje y empaparse de las costumbres que el gaucho pampeano tenía, que eran diferentes a las del gaucho mendocino. Aunque no se tiene la certeza, hay quienes opinan que la pulpería de Godoy es la misma en la que Santos Vega tiene su encuentro con el diablo. Con menos certeza y más deseo también se dice que el payador que aparece en el poema de Rafael Obligado, el forastero, el «Juan sin ropa», no era otro que Juan Guadalberto Godoy. La idea está ahí, imaginarlos en este poema a estos dos personajes inolvidables nos llena de entusiasmo. El payador libre y el que inauguró el metro de los payadores en la literatura argentina.
La obra de Godoy se reduce a unas pocas octavas, pero también cultivó una vasta obra periodística. Curiosamente, fue uno de los impulsores del periodismo satírico en argentina. Algo que, posiblemente, le venía por su gran admiración hacia Quevedo, de quien había aprendido a burlarse de la realidad y a desentrañar los bulos de la política a través de curiosas frases. En ese intento por construir nuevas maneras de decir, fundó varios periódicos en esa línea de humor crítica, entre los que podríamos mencionar «El Coracero». Su trabajo en este medio lo empujaría nuevamente al exilio. Esta vez un exilio mayor, hacia Chile, donde resistió el destierro durante más de 26 años. En 1856 regresó a su Mendoza natal donde fallecería una década más tarde.

Juan Guadalberto Godoy, el primer gaucho
«Corro», la obra precursora de la poesía gauchesca
Corro es una especie de plaquette, de unas treinta páginas con versos escritos en octavo y que presenta, por primera vez en la historia de la literatura argentina, el metro propio de la payada. Godoy no sólo era periodista y cultivaba la escritura sino que se tienen datos de que fuera además un gran payador.
En este poema conocemos a Francisco Corro, un “Quijote de Cuyo”, que relata sus peripecias políticas, amores y derrotas. El gran acierto es que se presenta en forma de diálogo, entre este personaje y un viejo gaucho. Este texto circuló primero de forma oral y posteriormente fue editado en cartillas. Con el tiempo perdió toda relevancia y estuvo en las sombras durante más de un siglo. En 1970 fue descubierto en los archivos de la Biblioteca Nacional de Brasil y volvió a editarse, gracias al trabajo de Félix Weinberg. A raíz de este descubrimiento se tuvo que reconsiderar el origen de la poesía gauchesca argentina, y proclamar a Godoy como el gran precursor de esta estética.
Los cuatro recursos mejor usados por el poeta son la ironía política, el lenguaje popular, el testimonio de su tiempo y el estilo de payada con su contrapunto. Al leerlo no podemos evitar pensar en que su obra anticipa los temas y el tono que desarrollarán más tarde Estanislao del Campo y José Hernández. En el paratexto al poema, el propio autor nos adelanta los pormenores de la vida de este gaucho que va a tomar voz en el el texto. Luego, en el poema podemos apreciar el juego de desdoblamiento del poeta, que nos ofrece una historia de ficción mezclada en un poema autobiográfico, donde la oralidad y el ritmo son populares. Leemos:

Juan Guadalberto Godoy es el precursor de la literatura gauchesca
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