
Todos conocemos las muchas buenas obras que han caído en el olvido a causa de la censura, pese a contener verdades primordiales y necesarias para la sociedad de su momento. Lamentablemente, la censura no es un tema que haya quedado en el pasado, continuamos presenciando situaciones donde se priva a los individuos de la libertad de escoger aquello que desean leer o ver.
La libertad sexual
Recientemente a la lista de obras censuradas, se agregó el libro del escritor, filósofo y teólogo español Marciano Vidal, una obra abierta donde habla sobre homosexualidad y obliga al razonamiento; como a la iglesia aún no le conviene ceder en estas cuestiones, ha declarado a la obra como «no grata» prohibiendo su reproducción. Este libro ya ha sido sacado de las librerías de Buenos Aires, pero continúa vendiéndose en Brasil. Imagino, de todos modos que podrá adquirirse a través de Internet, les recomiendo que lo googleen, se llama «Sexualidad y condición homosexual en la moral cristiana«.
Las ideas de Marciano Vidal llaman la atención a los que forman parte del Santo Oficio, por lo controversiales aunque poco exageradas. ¡Es lamentable que la apertura todavía llame nuestra atención cuando debería hacerlo la cerradez y la actitud retrógrada!
En su obra, Marciano expresa una postura abierta respecto de la homosexualidad, asumiéndola como una forma más de amar al prójimo (¡lógico!¿no?); además justifica la masturbación, la contracepción, la fecundación artificial y afirma que está a favor de la liberación jurídica del aborto. Son afirmaciones un tanto fuertes si se tiene en cuenta que la iglesia sigue atribuyéndose el poder de decidir qué cosas son buenas y cuáles no lo son.

El poder absoluto debe terminarse
Todo esto me lleva a pensar, es perfectamente asumible que la Santa iglesia Católica continúe haciendo uso de su poder absoluto sobre la mentalidad y emociones de sus súbditos. Sin embargo, lo que realmente no me cabe en la mente y no puedo tolerarlo es saber que lo consigue. ¿Por qué? ¿Por qué se les sigue permitiendo tener ese poder absoluto? ¿Cuándo todos los seres humanos tomaremos la decisión de escoger libremente lo que nos plazca, lecturas, películas, fotos, todo…sin temer a lo que pueda pensar este organismo, tan nefasto para la vida como tantos otros que tachamos de intolerables?
En fin, en realidad el artículo estaba concebido como una noticia acerca de esta censura puntual, pero ¡lo siento!, no puedo evitar decir lo que pienso al respecto de estas cuestiones, porque creo que en estas censuras reside una de las injusticias legalizadas, la privación de la libertad sin escrúpulos.

Ferrer y Vidal en la mira de la Santa Sede
Siguiendo por los libros publicados por la Editorial San Pablo, una de las más importantes en cuestiones religiosas, otra obra que ha sido censurada ha sido la del argentino Pablo Manuel Ferrer que se titula «Pareja y sexualidad en la comunidad de Corinto». Ambos libros fueron sacados de las librerías y dejó de hacerse publicidad sobre ellos, alegando que promulgaban ideas contrarias a la doctrina de la iglesia. ¿No les parece (al margen) que incluso la palabra doctrina nos habla de algo pasado ya de moda y que debería renovarse?
A diferencia de lo que sucede en Argentina, Santuario, la editorial de los redentoristas que distribuye la obra en este país, no ha recibido ninguna orden de Roma de censurar la obra, de todas formas su director, Marcelo Araújo, asegura que aún así no piensa retirarlo de la venta porque es un libro desde su punto de vista que permite entender cuestiones básicas de la sexualidad y la interpretación que la iglesia ha hecho a lo largo del tiempo sobre ella, equivocándose muchas veces.

Sociedades abiertas, nuevas familias
En el caso de Ferrer, su obra pertenecía a una colección ecuménica en la que colaboraban varios teólogos aportando sus estudios y razonamientos. En su obra planteaba la posibilidad de diversos modelos de familia, y posiblemente sea eso lo que ha tachado la Santa Sede, teniendo en cuenta su postura con respecto a la familia: padre y madre. Por su parte, Vidal, en su texto intenta contagiar a los lectores para que se planteen el tema de la homosexualidad con naturalidad.
Asegura que las posturas extremistas, aquellas soluciones mágicas que plantea la iglesia frente a este tema son nefastas, se refieren a la abstinencia absoluta o a volverse heterosexuales. ¿Puede existir una forma más clara de coartar la libertad de las personas que obligarlas a ser alguien que no son?
Nací en una familia de catolicismo extremo, y pude salirme de ello, no acepto que me digan que es difícil, porque lo sé; pero no podemos seguir permitiendo que nos traten como títeres, debemos frenar esta teoría de que el Santo Padre sabe qué es lo mejor para sus hijos. Yo ya no pertenezco a la iglesia pero invito a todos los que sí a que corran a leer esa obra y todas las que se encuentran en la lista negra, porque seguro que les aportarán mucho más que las escritas por los tan mencionados Bergoglio o Benedicto XVI.
