Héroes masculinos literarios

Cuando hablamos de héroes parece que irremediablemente a la gran mayoría se nos viene a la mente un conjunto de personajes dotados con poderes sobrenaturales cuyo fin constante es salvar a la humanidad de una grave catástrofe.

Sin embargo, la palabra héroe engloba una serie de características que hacen que cualquier hombre pueda llegar a ser considerado como tal. Así, el Diccionario de la Lengua española define este concepto como «aquel varón ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes».

Partiendo de ese concepto nos damos cuenta de que la historia de la literatura universal tiene entre sus historias a grandes héroes, a seres que por su personalidad se han convertido en dignos de admiración.

Diego Alatriste y Tenorio, más conocido como el Capitán Alatriste, es el personaje ficticio que Arturo Pérez Reverte creó para ejercer de protagonista del conjunto de las novelas Las aventuras del Capitán Alatriste.

En 1996 fue cuando vio la luz por primera vez este espadachín que está considerado como héroe dados su valentía y arrojo en el frente. Y es que es un veterano soldado de los conocidos Tercios de Flandes que suma victoria tras victoria en el campo de batalla, teniendo lugar la primera de ellas a la edad temprana de 14 años.

De un capitán a otro, en este caso al famoso Capitán Nemo, el comandante del submarino Nautilus que surcaba los océanos en 20.000 leguas de viaje submarino (1869). Julio Verne es el autor de esta novela protagonizada por dicha figura: un hombre, que dejando atrás su pasado de príncipe y sus desgracias personales, se encuentra en un continuo trabajo de investigación en pro de la ciencia.

Pero también es un ser humano decidido a luchar con todas sus fuerzas por la justicia, de ahí que respalde a los griegos en su campaña para independizarse de Turquía.

África y Londres

Un hombre aventurero, en el que en parte podría haberse inspirado la figura del cinematográfico Indiana Jones, es Allan Quatermain. Este es el protagonista de Las minas del rey Salomón (1885) y de un conjunto de novelas ideadas por el inglés H Rider Haggard.

Un auténtico aventurero en este cazador que decide dejarlo todo en Inglaterra para marcharse a África donde, además de descubrir tesoros, mostrará su simpatía y respeto hacia los nativos. Con ellos convivirá en agradable armonía demostrando tener una mente mucho más abierta y tolerante que la de sus compatriotas victorianos.

Héroe es también, en otro sentido de la palabra, Oliver Twist, el niño que da su nombre al título del libro que publicara en el año 1837 Charles Dickens.

Y decimos que es un ser admirable porque este huérfano de 9 años tiene que enfrentarse a la dura vida que le ha tocado por desgracia en Londres donde la explotación infantil en aquella época que narra está a la orden del día.

Con valentía, defendiendo a sus amigos e intentando salir hacia delante, en ocasiones tragándose su orgullo, afronta el presente este pequeño que es un ejemplo perfecto de la capacidad humana para solventar las adversidades y encararse a la vida y a la muerte.

Todos estos personajes citados son sólo una pequeña muestra del amplio conjunto de héroes que a lo largo de los siglos y de las páginas de un libro han demostrado que para serlo no hace falta disponer de superpoderes. Sólo es necesario poseer tesón, carácter, valentía y principios que enarbolar en todo momento.



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