Gloria Fuertes en «Entrevistas para el Recuerdo»

«Estoy más sola que yo misma», dice Gloria Fuertes en uno de sus poemas más impresionantes: «Nota autobiográfica». Una soledad que aparece de forma reincidente en su poesía y que la atraviesa. Ayer conmemoramos los 99 años de su nacimiento; casualmente nació el mismo día que una inmensa autora de literatura infantil, Beatrix Potter, de la que escribí ayer. Hoy, en Entrevistas para el Recuerdo rescato la imagen de Fuertes en su propia voz.

Dice Fuertes en una entrevista. Y me parece una contundente forma de mostrarnos sus intenciones poéticas. Porque, como no pudo remediarlo se dedicó a la poesía con todas sus ganas y nos ofreció una obra monstruosa. Según lo expresó en varias ocasiones si bien comenzó a escribir de pequeña fue recién al acabar la guerra cuando con rotundidad se asumió como escritora.

Gloria Fuertes nació el 28 de julio de 1917 en el barrio de Lavapiés (Madrid). Después de una infancia que se caracterizó por las dificultades propias de una vida de una familia de clase obrera, Fuertes tuvo que enfrentar una adolescencia más infeliz, marcada por la pérdida de su madre y por la guerra. Estos profundos dolores la marcaron para siempre y la condujeron por la senda de la escritura, en la que supo encontrar la forma de canalizar toda esa angustia, decantándose por una literatura antibélica, humorística y tierna.

A Gloria Fuertes se la vincula con la literatura infantil y eso para muchos eruditos resulta molesto. Siempre me he preguntado por qué ese exacerbado interés en salvar a los autores de esta etiqueta no se emplea en salvar a la literatura infantil del descreimiento y la sordidez en el que se halla inmersa. Es cierto que Gloria Fuertes tiene una poesía social sumamente potente, pero eso no la aleja de la literatura infantil; de hecho, si no existieran tantas etiquetas, probablemente habría mucha más poesía para niños que se pareciera a la poesía para adultos, y viceversa.

Los que la conocieron aseguran que Fuertes era una mujer auténtica que no se doblegaba ante nada. Basta ir a sus entrevistas, donde asegura que no hubo autores que le influyeran. Y agrega que cuando comenzó a escribir poesía no había leído a casi nadie, tenía ese don y le hacía caso. Aunque eso de no tener influencias yo lo pondría entre líneas porque creo que todos las tenemos, considero que su forma de acercarse a la palabra dejó en evidencia que había en su interior una voz firme dispuesta a expresarse.

Volviendo a lo de las etiquetas, supongo que con menos razón deberíamos darles importancia tratándose de una mujer que dijo:

Apasionada de la poesía, Gloria decía que se trataba del estilo literario más delicado que existe donde el escritor tiene la obligación de decir más con lo mínimo. Al leerla estas sentencias se ven claramente reflejadas en su obra, donde no hay erudición sino sensualidad y un gusto por las formas que deslumbra. Sin duda tenía su propio estilo y es gracias a él que pudo convertirse en una de las voces más relevantes de la poesía española del último siglo.

Lamentablemente, la empatía de Gloria Fuertes se rompía cuando aparecía el tema de la tauromaquia. No sólo dedicó varios poemas a enarbolar el toreo sino que también se declaró taurina hasta la médula. Estas contradicciones nunca voy a entenderlas, pero bueno. Ahí tenemos también a Hemingway. Habrá que rescatar la lucidez y hacer a un lado las sombras.