13 curiosidades sobre Leopoldo Alas, Clarín

Muchas son las obras de la literatura española que han conseguido fama internacional y que hoy están consideradas clásicos, imprescindibles. Entre todas esas se halla, sin lugar a dudas, La Regenta (1884), que fue escrita por el zamorano Leopoldo Alas, Clarín.

Como suele suceder en muchas ocasiones, y en este caso concreto, esa novela quizás se encargó de igualar o tener más relevancia que la pluma que la escribió. De ahí que esta quizás no haya conseguido ser tan conocida como otras.

Por eso, a continuación, para poder solventar esa situación vamos a exponer algunas curiosidades y particularidades de Clarín, como son las siguientes:

Su nombre completo era Leopoldo García-Alas y Ureña.
El seudónimo de Clarín tiene su origen en el tiempo que estuvo colaborando para un periódico llamado “El Solfeo”. En el mismo, a petición del director, cada uno de los redactores tuvo que ponerse el nombre de un instrumento musical y el autor que nos ocupa optó por llamarse Clarín, con el que firmaba un espacio titulado “Azotacalles de Madrid”.
En el colegio de los jesuitas donde estudió, sito en León, era conocido como “el gobernador”, en alusión al trabajo de su padre.
Siendo muy joven dio forma a un periódico manuscrito llamado “Juan Ruiz”, del que era director y redactor. Una publicación que repartía entre sus compañeros de estudios.
Tenía como referentes literarios a Miguel de Cervantes Saavedra y a Fray Luis de León.
Durante su etapa de estudiante en Madrid creó con otros compañeros y amigos una tertulia en la Cervecería inglesa de la calle San Jerónimo, que era conocida como Bilis Club. ¿Por qué este nombre? Por las críticas y sátiras feroces que realizaban sobre todo tipo de temas y cuestiones.
Fue profesor de Derecho en la Universidad de Oviedo, donde era conocido por su severidad.
Quizás no sea una faceta tan conocida de Clarín, pero escribió cuentos. Un claro ejemplo es el libro titulado Pipá.
El cuento Cambio de Luz tiene como protagonista a Jorge Arial, que está considerado un absoluto álter ego del autor. Y es que venía a contar precisamente la situación personal en la que se encontraba ese en cuanto dudas religiosas y filosofía.
Fue un gran aficionado al teatro, más aún a raíz de su amistad con profesionales del mismo de la época tales como la famosa actriz María Guerrero. Precisamente en su bibliografía hay una única obra teatral escrita: Teresa, que se estrenaría en el año 1895.
El escenario de su novela La Regenta es una ciudad conocida como Vetusta. Se considera que bajo ese nombre, en realidad, quiso esconder a su adorada Oviedo.
Una de las particularidades que tenía Clarín es que poseía una letra realmente ininteligible y así lo comentaban amigos suyos, como Benito Pérez Galdós o Emilia Pardo Bazán, cuando recibieron alguna carta suya de puño y letra.