¿Conocías esta curiosidad de Nikolai Gógol?

Te contamos una curiosidad bastante llamativa de Nikolái Gógol.


Un 1 de abril de 1809 nacía Nikolái Gógol, uno de los autores rusos más importantes del siglo XIX. Aunque Gógol fue un escritor tremendamente conocido y exitoso, no estaba exento de las manías propias del oficio. Tanto es así que una de sus obsesiones lo atormentaba de un modo muy peculiar. Te invitamos a leer este artículo en el que te contamos sobre este detalle de la vida del autor de

¿Quién fue Nikolái Gógol?

Nikolái Gógol fue un destacado escritor ucraniano-ruso nacido el 31 de marzo de 1809 en Soróchintsy, una aldea que actualmente pertenece a Ucrania. Es considerado uno de los principales exponentes de la literatura rusa del siglo XIX y un precursor del realismo mágico.

Gógol nació en una familia de pequeños terratenientes y recibió una educación en una escuela local. En 1828, se trasladó a San Petersburgo para seguir una carrera como funcionario público, pero pronto abandonó ese camino para dedicarse por completo a su gran pasión, la literatura.

Su carrera literaria despuntó con Noches en una granja cerca de Dikanka, una colección de relatos cortos que destacan por su estilo folclórico y humorístico. A través de ellos Gógol demostró ser un escritor de una gran delicadeza y una gran capacidad para expresar de forma bella situaciones dramáticas e incluso cotidianas de la vida. Gracias a esta obra, consiguió un gran reconocimiento que le permitió alcanzar una gran reputación como escritor.

Sin embargo, no fue su primera obra la más importante, sino la que le seguiría, Almas muertas. De hecho, para muchos es una de las obras más valiosas de la literatura rusa. En ella, Gógol plantea una perfecta sátira sobre la sociedad rusa. Pretendía ser la primera parte de una trilogía, pero nunca la continuó. La crisis espiritual y emocional que experimentó Gógol hacia el final de su vida le impidieron concluir sus proyectos de escritura.

La sátira es uno de los recursos que mejor supo explorar Gógol. También la encontramos en su obra de teatro más famosa, El inspector, que satiriza la corrupción gubernamental y ofrece una crítica humorística a la burocracia. A lo largo de su trayectoria Gógol supo combinar con maestría elementos del realismo con lo fantástico y lo grotesco, a tal punto que muchos lo consideran uno de los padres del Realismo Mágico.

Nikolái Gógol falleció el 4 de marzo de 1852 en Moscú, Rusia. En sus últimos años se había vuelto retraído y escapaba del contacto social. Terminó sus días de forma solitaria, pero su legado permanece y ha sido lo suficientemente valioso como para sostener su nombre entre los altos nombres de la Literatura Universal.

Nikolái Gógol

Nikolái Gógol, un escritor maniático

La manía inconfesable de Gógol

A Gógol se le conoce principalmente por su gran capacidad para mezclar lo fantástico y lo realista en cada una de sus obras; sin embargo, de su vida privada se habla poco. No obstante, hay mucho que explorar en su comportamiento que podría servirnos para comprender mejor sus obras.

Una de las peculiaridades de Gógol es que era un hombre tremendamente exigente y que vivía atormentado por una idea: que lo enterraran cuando todavía estuviera vivo. Ya comenzaban a surgir casos de catalepsia en aquella época y, evidentemente, el escritor tenía un miedo tremendo a que le pasara algo así. Tan profundo era su miedo que incluso llegó a ordenar que colocaran una campanita dentro del ataúd en el que descansaría en paz, para poder pedir ayuda en caso de que su terrible miedo se volviera realidad.


Las obsesiones de Nikolái Gógol
iban desde una excesiva limpieza y orden, hasta una rutina meticulosa que lo llevaba a trabajar siempre la misma cantidad de horas y a realizar las comidas a la hora puntual cada día. La autoexigencia llegaba a límites extremos: se esforzaba por alcanzar la perfección en sus escritos y a menudo se sentía insatisfecho con sus logros, lo que lo empujó a sufrir terribles crisis emocionales y existenciales. El éxito no era, parece, suficiente prueba de su buen hacer.

Gógol era una persona muy supersticiosa y creía firmemente en el mundo sobrenatural. Sus creencias supersticiosas se reflejan en muchas de sus obras, donde los elementos fantásticos y misteriosos son comunes. Pero su última etapa fue religiosa, es posible que el temor a lo que viniera después de la muerte lo llevaran a volverse cristiano.

Se dice que al escritor lo frecuentaba un amigo sacerdote fanático que llegó a convencerlo de que su obra era pecaminosa y que debía deshacerse de ella. Aparentemente, Gógol quemó la segunda parte de su gran obra Almas muertas que tenía casi acabada para purgar sus pecados antes de que le llegara su hora. No se sabe a ciencia cierta si fue realmente así, pero sin duda es una razón más para que la intriga acompañe su distinguido nombre.

Almas muertas, de Nikolái Gogol, traducido por Marta Rebón

Almas muertas, la obra maestra de Nikolái Gogol, traducida por Marta Rebón