4 científicas que escribieron

El mundo de la literatura está lleno de voces fascinantes. En ese rastreo por mujeres valientes que hayan sabido hacer grandes avances científicos y que se hayan dedicado con pasión también a la literatura he encontrado muchas a las que admiro especialmente.

Aquí van tan sólo algunas de ellas: Mary Fairfax Somerville, Ada Byron, Beatrix Potter y Rachel Carson. ¡Tienen que conocerlas!

1- Mary Fairfax Greig Somerville (1780 – 1872)

Fairfax, como el personaje de Jane Eyre pero con una fuerza y una valentía únicas. Somerville es un nombre del que cuesta desprenderse, y es la reina de la astronomía del siglo XIX. Además de dedicarse con ahínco al estudio de las matemáticas y a otear el cielo en busca de nuevas estrellas, es la responsable de libros como «De la ciencia molecular y microscópica» y «La conexión de las ciencias físicas». Su obra se compone de cuantiosos ensayos que le valieron un título honorífico en la Real Academia Inglesa (ante la imposibilidad de forma parte de la misma institución por ser mujer).

Somerville consiguió que la astronomía se volviera más relevante en el contexto científico y dedicó su vida a las ciencias, como quien construye un castillo de arena. El suyo no se ha desplomado; por mucho que el abrasivo mar ha intentado derrocar su legado, la apasionada Fairfax continúa siendo una de las científicas más relevantes del suyo y del nuestro tiempo. Poco antes de morir escribió:

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2- Ada Lovelace (1815 – 1852)

En su libro «H(adas). Mujeres que crean, programan, prosumen, teclean» Remedios Zafra presenta una intensa biografía sobre la hija de Lord Byron, Ada Lovelance, a quien se considera la primera programadora. Mientras sus contemporáneos centraban su atención en las capacidades de una máquina para hacer cálculos, Ana comprendió que los ordenadores irían más allá de los simples cálculos, rozando un universo de posibilidades nunca antes imaginado. Y no se equivocó.

Además, Ada fue poeta y combinaba su pasión por las matemáticas con la poesía, vocación que quizá en parte le heredó su padre. Busco desde hace tiempo textos de Ada sin conseguir nada lamentable. No obstante, intuyo que en algún momento saldrá a la luz su voz y podremos disfrutar de ella. Sea como sea es un personaje impresionante, fuerte, audaz, valiente y responsable de que exista un día en el que se eleve la figura de la mujer en el área de las ciencias; se lo llama, de hecho, «El día de Ada Lovelace» y se celebra cada año a mediados de octubre.

3- Beatrix Potter (1866 -1943)

Cómo dejarme fuera a la gigantesca Beatrix Potter a quien quiero y admiro a partes iguales. La creadora de Perico, el conejo travieso, era una apasionada bióloga, especializada en el universo de los hongos. Desde pequeña desarrolló una vocación por ese universo pequeñito e hizo importantes descubrimientos. Por ser mujer no le permitieron entrar en los Reales Jardines Botánicos en Kew, pese a que su tío presentó en su nombre un extenso trabajo que fue aplaudido locamente por los que pesos pesados de dicha institución. Nada sanjaría su amor por la naturaleza, así que cuando tuvo el dinero suficiente se compró una casa en el campo y se fue a vivir rodeada de animales y plantas, para aprender más de ellos y de ella misma.

Sus cuentos infantiles permiten observar diversos comportamientos humanos en personajitos fabulosos y pícaros. Además, supo revolucionar con su lenguaje los típicos cuentos infantiles con moraleja, otorgando una mirada menos cerrada al mundo de los libros pequeños. Su interés por la naturaleza la llevó a comprar grandes terrenos con el fin de que no pudieran construirse ciudades en ellos. La Fundación Nacional para los Lugares de Interés Histórico o de Belleza Natural, es ahora quien gestiona esos terrenos y trabaja por la conservación del entorno natural que tanto amara la Potter.

4- Rachel Carson (1907 – 1964)

«Primavera silenciosa». Así se llama la obra más relevante de Rachel Carson, en la que planteó una nueva visión sobre la comunicación de nuestra especie con el entorno. Su pasión por la naturaleza y la escritura la llevaron a convertirse en una investigadora de las consecuencias medioambientales del comportamiento humano, y a ella le debemos las primeras ideas en torno a la conciencia medioambiental.

Como bióloga marina estudió a diversas especies, centrándose en los cambios de rutinas y comportamientos e intentando dar con respuestas para ellos. El uso de pesticidas y sustancias químicas en el cultivo fue su gran enemigo, contra el que luchó con pluma firme, acusándolo de ser el responsable de la desaparición de numerosas especies de pájaros e insectos. Nos ha dejado un texto maravilloso que es el que aquí cito y la necesidad de trabajar por mejorar nuestra relación con el entorno. Razonamientos como éste la vuelven grande y necesaria.

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