Fernando de la Cierva, respuestas en 280 caracteres

El murciano Fernando de la Cierva Bento reparte su tiempo entre actividades literarias y sus obligaciones como director médico del Hospital Reina Sofía.

Fernando de la CiervaEste especialista en otorrinolaringología es creador de “Catálogo de buenos recuerdos”, “Un invierno en Filadelfia” y “Entonces supe que iba a morir”, entre otras obras a través de las cuales llama la atención de mucha gente, cautivando especialmente a aquellos que sienten atracción por el género de la novela negra.

Las respuestas breves que, muy gentilmente, él elaboró a pedido de Poemas del Alma sirven para conocer distintos aspectos de su vida y obra.

Si desean conectarse con Fernando de la Cierva a la distancia y mantenerse al tanto de sus novedades profesionales, tengan en cuenta que a este escritor que tiempo atrás se presentó en la Feria del Libro de Murcia 2022 es posible encontrarlo, por ejemplo, en Twitter.

En base a sus conocimientos y experiencias, ¿la lectura puede influir, ya sea positiva o negativamente, en la salud de una persona? ¿Qué opina al respecto?
– En mi opinión la lectura puede influir sobre todo en la salud mental de una persona, más que en la física, la mayor parte de las veces de una forma positiva, pero hay ciertas lecturas, que pueden afectar negativamente a mentes no formadas.
¿Cuáles son las cualidades o aspectos más atractivos que le reconoce a “Entonces supe que iba a morir”?
– Se trata de una novela negra que engancha desde la primera página y no se resuelve hasta el último capítulo. Es una trama fílmica y narrada en primera persona por tres de sus personajes principales, cada uno de los cuales aporta al lector un punto de vista diferente.
¿Cómo se explica, desde su punto de vista, el interés creciente por la novela negra, tanto por parte de quienes elaboran relatos como de aquellos que eligen leer libros de este género?
– Se trata de un género muy atractivo que bien desarrollado mantiene en vilo al lector y lo hace cómplice de la trama. Tanto para el autor como para el lector es como un rompecabezas en el que cada pieza que va encajando produce cierto tipo de placer. Termina haciéndose adictivo.
¿Qué reflexiones, sentimientos o sensaciones fueron acompañándolo a medida que creaba “Un invierno en Filadelfia”?
– Al novelar la biografía de mi abuelo intenté utilizarlo a él como narrador en primera persona. A la vez, traté de mantener cierta neutralidad en algunas etapas del relato, pero me resultó muy difícil tanto en los momentos más dulces como en los más amargos de su vida.
¿De qué modo afrontó y ha ido procesando la pandemia de coronavirus, teniendo en cuenta que desarrolla tareas vinculadas a la ciencia y al arte?
– Al principio de la pandemia me refugié en la lectura para abstraerme de los problemas que me encontraba en el hospital y me veía incapaz de escribir. Pasado un año pensé que ya estaba bien, volví a sentarme delante del ordenador y me lancé a por “Entonces supe que iba a morir”.



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