Que no te pase a ti

 

Era caída la tarde. Supe que Mario llegaba porque el portón rechinó. El perro de la casa lo recibió festivamente. Yo le dije el mimo al que lo tenía acostumbrado, cuando abrí la puerta: "Pero si vas a resfriarte con el fresco de la calle, cariño. Pasa pronto, pronto, y tomaremos un té de chamomilla ". Los hombres ...

El neuropsiquiátrico sobre la calle Norte

 

Estaba yo hablándole con toda la vehemencia de mi razón; sin embargo era inútil que tratara de persuadirle, que intentara convencerle de que juntara sus fuerzas. La lluvia caía con el juicio perdido y de un momento a otro podía arrastrarla, como arrastra a su salvador quien, llevado por la corriente de los jacintos de agua ...

El club de los melancólicos

 

Levanté la mirada y caí rendida de desolación. Cuán grande era la casa, con sus habitaciones desnudas y húmedas por donde corría el viento frío de la tarde de agosto. Un agosto ventoso y huraño. Pensé, no sé porqué, en mi amigo Antonio, que estaría - seguramente - aguardando las campanadas de las cinco de la tarde ...

Resumen de La isla misteriosa

 

Si uno tiene que elegir uno de los numerosos libros que ha escrito Julio Verne, seguramente el resultado no será parejo ya que cada lector tiene sus propias preferencias. Algunos, por ejemplo, creerán que el mejor es "Veinte mil leguas de viaje submarino", mientras que otros preferirán a "El faro del fin del mundo" y hasta habrá quienes opten por recomendar la historia de "Miguel Strogoff". ...

El límite

 

Siempre que iba a la farmacia para comprar apósitos, aspirinas, violeta de genciana y aquellas medicinas menores con las que mantenía completo mi botiquín, me solía hacer acompañar por Ogro, mi perro. El tránsito estaba endemoniado aquel día. Lo noté al sacar la cara. Ante aquella impaciencia de los autos por llevarse adelante los segundos que faltaban antes de ...

Domingo sin Francisco

 

Vea usted: Yo he amado mucho. Cuánta noción de firmamento, de estrellas cayendo en silencio mientras la gente dormía, de lucero parpadeando sobre el rocío del pasto, empecé a tener desde que conocí a Francisco. Se me vino encima toda la constelación. Él me hablaba muy por debajo de su edad (ya tenía cincuenta y cuatro años) pues ...