Rosario de Acuña

La vida de la periodista y escritora española Rosario de Acuña y Villanueva, creadora de propuestas poéticas como “La vuelta de una golondrina” y “Ecos del alma”, comenzó el 1 de noviembre de 1850 en suelo madrileño.

Esta mujer, la única heredera de la pareja conformada por Felipe de Acuña y Solís y Dolores Villanueva y Elices, viajó en su adolescencia a Francia para asistir a la Exposición Universal de París y, tiempo después, se instaló unos meses en Roma.

En enero de 1875, ya con textos de su autoría en las páginas de “La Ilustración Española y Americana”, la autora celebró el estreno en Madrid de su primera obra teatral, un material titulado “Rienzi el tribuno”. Poco más tarde, Rosario celebró su boda con Rafael de la Iglesia y Auset, con quien pronto partió hacia Zaragoza por cuestiones laborales: la pareja, sin embargo, no duró demasiado ya que ella, cansada de los recurrentes engaños de su marido, optó por abandonarlo.

“Amor a la patria” (un drama que firmó con el seudónimo de Remigio Andrés Delafón), “Tribunales de venganza”, “El padre Juan”, “Sentir y pensar”, “Un certamen de insectos” y “La casa de muñecas” son otros de los títulos que le permitieron a esta intelectual incrementar su popularidad y mostrar su talento para la creación artística.

A lo largo de su trayectoria, De Acuña también fue colaboradora de “Las Dominicales del Libre Pensamiento”, “Revista de España”, “Revista Contemporánea”, “El Liberal” y “El Imparcial”. En “El Cantábrico de Santander”, además, publicó una serie de artículos centrados en la avicultura, una actividad que llegó a apasionarla.

En 1911, Rosario se mudó a una vivienda que construyó en Gijón y allí, con excepción de los años que pasó exiliada en Portugal, se mantuvo hasta su fallecimiento, hecho que tuvo lugar el 5 de mayo de 1923 como consecuencia de una embolia cerebral.



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