El nacimiento de Enrique Gil y Carrasco, el inolvidable creador de la novela «El señor de Bembibre», se produjo en la localidad española de Villafranca del Bierzo el 15 de julio de 1816.
El autor, descendiente de Manuela Carrasco y Juan Gil, creció en el seno de una numerosa familia acomodada, católica y tradicionalista. Sus primeros estudios los cursó en el convento agustino de Villafranca y los amplió a partir de 1828 en la fundación benedictina de Vega de Espinareda.
En octubre de 1829, Enrique ingresó en el seminario de Astorga, pero tiempo después abandonó ese ámbito para especializarse en Leyes en Valladolid. Después de interrumpir su formación para cumplir como soldado en el ejército y contra la voluntad de su padre, Gil y Carrasco retomó su carrera en Madrid, donde se graduó en 1839, meses antes de conseguir empleo como ayudante de la Biblioteca Nacional.
Ya convertido en integrante de «El Parnasillo» (tal como se denominó a la tertulia del Café del Príncipe), Enrique publicó varios de sus poemas en «El Español» y «No me olvides» y se transformó en colaborador de «El Correo Nacional», medio en el cual también probó suerte como crítico teatral.
«El anochecer de la Florida», «A Espronceda», «El lago de Carucedo», «Bosquejo de un viaje a una provincia del interior», «El cisne» y «A la memoria del Conde Alange» son sólo algunos de los títulos que forman parte de la destacada producción literaria de este español que, a lo largo de su vida, llegó a dominar idiomas como el francés, el inglés y el alemán.
Enrique Gil y Carrasco, un gran exponente del romanticismo español que tuvo el privilegio de recorrer Valencia, Barcelona, Marsella, Berlín, Lyon, París, Ámsterdam, Hannover y Rotterdam, entre otros sitios, falleció en la capital alemana el 22 de febrero de 1846.
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