A diferencia de otros niños de su edad, durante su primera infancia, la española Carmen Martín Gaite no asistió al colegio por decisión de su padre, un hombre que no estaba de acuerdo con la educación religiosa e institucionalizada. Por eso, esta niña nacida el 8 de diciembre de 1925 en Salamanca que, años más tarde, se convertiría en escritora, recibió formación académica a través de profesores particulares y de su propio padre, quien la inició en el arte, la historia y la literatura.
En 1943, tras cursar el bachillerato en el Instituto Femenino de Salamanca, Gaite comenzó la carrera de Filología Románica en la Universidad de Salamanca. Por ese entonces, además de hacer teatro universitario, la joven publicó sus primeros poemas en la revista “Trabajos y días”. Tres años después, gracias a una beca, llegó a la Universidad de Coimbra y, en 1948, esta licenciada en Filología Románica volvió a obtener una beca que le permitió estudiar en la universidad de verano de Cannes, sitio donde comenzó a tomar contacto con la literatura francesa.
Luego de una temporada en Madrid, donde se dedicó a publicar cuentos y artículos en diversas revistas, y se ganó la vida confeccionando fichas para un diccionario de la Real Academia Española, la escritora contrajo el tifus. Tras cuarenta días en cama a punto de morir, Carmen se recuperó y utilizó esa experiencia para crear “El libro de la fiebre”.
Casada en 1953 con Rafael Sánchez Ferlosio, la novelista recorrió diferentes ciudades italianas, tales como Roma, Nápoles, Florencia y Venecia. Un año después, su novela corta titulada “El balneario”, fue reconocida con el Premio Café Gijón, galardón al que se sumaría, en 1957, el Premio Nadal por “Entre visillos”.
Pero las distinciones obtenidas por Carmen Martín Gaite no terminaron allí. En 1978, ya separada de su marido, la escritora consiguió el Premio Nacional de Literatura gracias a la novela “El cuarto de atrás”; en 1987 obtuvo un Premio Anagrama de Ensayo, un año después compartió con el poeta José Ángel Valente el Premio Príncipe de Asturias y, tiempo después, consiguió el Premio Castilla y León de las Letras y el Premio Nacional de las Letras Españolas.
La muerte de esta premiada y reconocida escritora española tuvo lugar el 22 de julio de 2000, en la ciudad de Madrid.
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