Antonio Espina

La vida del español Antonio Espina García, quien enriqueció al mundo de las letras como ensayista, narrador y poeta, comenzó el 29 de octubre de 1891 en suelo madrileño.

Este autor, heredero del grabador y pintor Juan Espina y Capo, fue alumno del Instituto de San Isidro y, para seguir los pasos de tíos y abuelos, se inscribió durante su juventud en la Facultad de Medicina. Sin completar la carrera, cumplió en África con el servicio militar. Después centró su energía en la actividad periodística y la creación literaria.

“El Sol”, “Heraldo de Madrid” y “Vida Nueva” fueron algunos de los medios que tuvieron como redactor a este hombre que visitó con frecuencia la tertulia del Café Pombo y que llegó a viajar por territorio francés, Marruecos y Portugal. Asimismo, Espina fue colaborador de “La Pluma”, “España”, “La Gaceta Literaria” y “Revista de Occidente”.

En 1934, a cuatro temporadas de haber empezado a dirigir la revista “Nueva España”, Antonio lanzó una serie de ensayos denominada “El nuevo diantre”. Meses más tarde, un artículo suyo en “El Liberal” que se editaba en Bilbao le valió una denuncia por parte del por entonces cónsul alemán: en ese marco, el escritor fue procesado y se vio obligado a permanecer en prisión por un mes y un día. También estuvo privado de su libertad en Palma, donde en 1937 quiso cortarse las venas para ponerle fin a esa realidad: a raíz de ese episodio, se resolvió mantenerlo internado hasta 1939 en un psiquiátrico.

En 1946, asistido por unos contrabandistas, Antonio salió de su país de modo clandestino, teniendo a París como primer destino. Ya terminando 1948, él y su familia estuvieron en México: allí fue designado por el Ateneo Español como secretario de literatura. De regreso en su tierra, se ganó la vida trabajando en la Editorial Aguilar.

“Umbrales”, “Signario”, “Pájaro Pinto”, “Luna de copas” y “Diez triunfos en la mano” son parte de la producción literaria de este intelectual que encontró la muerte el 15 de febrero de 1972 en Madrid. Al día siguiente, sus restos fueron llevados al Cementerio Civil.



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